021. Chapter twenty one

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BaekHyun no daba crédito a lo que escuchaba, ¿Le gustaba a ChanYeol? Pero, ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Desde cuándo? Debía admitir que en algún momento se planteó la posibilidad de que le gustara ChanYeol, pero no se permitió consolidar esa idea puesto que, bueno... las cosas no iban a funcionar y pensó que el mayor daba por sentado lo mismo, pero al parecer no fue así.

Entonces Park estaba ahí, frente a él, con una mirada de vergüenza y pánico, habiendo confesado sus sentimientos al chico que le gustaba y con quien sabía no podría tener una vida amorosa, entonces, ¿Por qué lo hacía? No sabía, pero en él estaba la insana necesidad de decirle su sentir, porque si BaekHyun elegía a LuHan, al menos no podría decirse que no lo intentó. Nadie podría negar que ChanYeol no retó a la suerte al confesar su amor estando muerto.

Pero la reacción de BaekHyun no era lo que esperaba.

El menor solo se quedó observándolo con notoria sorpresa mientras su boca entre abierta intentaba articular una palabra, pero no sabía qué decir y cada segundo en ese momento para ChanYeol se sentía como una hora, una eternidad esperando una respuesta que empezaba a pensar no llegaría. Así que, herido, sonrió con tristeza mientras miraba hacia el suelo.

—No te gusto, ¿Verdad?

—Yo...

—Está bien, no tenía muchas esperanzas. Estoy muerto, solo quería que lo supieras.

—Chan...

—No, debo ser sincero, no tiene caso que te diga lo que siento para luego querer minimizarlo —interrumpió ChanYeol—. Sí tenía esperanzas, no sé cómo ni por qué, pero tenía la ilusión de que fuera recíproco. Tal vez porque sí te gusta LuHan, siendo como es, podría haberte gustado yo, siendo como soy. Pero ya veo que no fue posible. Y no quiero que te sientas mal por no poder corresponder, ni que las cosas entre nosotros no cambien.

—Yo no... Yo no...

—¿Te gusta LuHan?

—No creo que sea lo adecuado...

BaekHyun se sentía tan sofocado en ese momento y las palabras de ChanYeol solo lo estaban aturdiendo más, ¿Le gustaba LuHan? Ni siquiera él lo sabía, pero todos se empeñaban en decir que sí y que al parecer eso sería recíproco.

Estaba cansado de escuchar que todos sabían lo que quería menos él mismo, había pasado toda su vida alejado de otros como para que repentinamente todos lo conocieran mejor de lo que él se conoce.

—¿Qué se supone que debo decir, ChanYeol? —preguntó el menor mientras empuñaba sus manos, las lágrimas empezaban a acumularse en sus ojos pero se negaba a dejarlas salir por mero orgullo.

—¡Di algo! ¡Cualquier cosa que pueda minimizar este momento incómodo! Me he confesado y no puedes ni decir la hora.

—¡Me tomaste por sorpresa!

—¿Cómo no tomarte por sorpresa? Creo que cualquiera que pudiera verme notaría que me gustas, cualquiera menos tú.

—Pues disculpa, falté a la clase de cómo saber que le gustas a alguien que no sabías ni que tenía sentimientos —respondió con un deje de ironía mientras se cruzaba de brazos, pero entonces cayó en cuenta de lo que dijo—. ChanYeol, no... Yo no quise...

—No, no, está bien, entiendo perfectamente, ¿Quién esperaría que un vil muerto sintiera algo? —mencionó el pelinegro con dolor en su voz, no podía creerse lo que BaekHyun acababa de decir.

Fue entonces cuando sonaron unos leves golpecitos en la puerta y escucharon la voz que en ese momento menos querían escuchar, LuHan.

—¿BaekHyun? ¿Todo está bien?

Pero el menor no contestó, había una especie de guerra de miradas entre él y ChanYeol, una cargada de frustración, enojo, tristeza, y aunque ninguno lo admitía, un enorme peso de dolor. Porque el cariño entre ambos era indiscutible, y estar en esa situación de reclamos los estaba torturando emocionalmente. LuHan ingresó al lugar al no obtener respuesta, había escuchado a BaekHyun gritar, pero MinSeok estaba en las duchas, temía que algo le hubiera pasado. Pero ahí estaba, parado en medio de la habitación con los ojos brillosos y sus puños apretando con fuerza las mangas de su camisa blanca, lucía tan alterado que se preocupó.

—¿Qué tienes?

Preguntó el rubio mientras caminaba hacia el menor. La posición firme de ChanYeol se fue en el momento en el que LuHan lo atravesó para acercarse a abrazar a BaekHyun, en vez de eso una mueca de frustración se plasmó en su rostro, su respiración se mantenía agitada, entonces soltó el grito más lastimero y desgarrador que BaekHyun había escuchado. Fue un grito largo, doloroso, fuerte; su mirada se dirigió al techo de la habitación, podría jurar que en ese momento incluso sentía lágrimas inexistentes recorrer sus mejillas.

LuHan abrazó a BaekHyun quien se mantenía estático, asustado al ser el único capaz de escuchar esa especie de aullido doloroso sabiendo que él contribuía a que aquello sucediera. ChanYeol le dedicó una última mirada cargada de dolor antes de que LuHan se interpusiera por completo entre ellos. ChanYeol estaba muerto pero aún así sentía su corazón latir con tanta fuerza, y en ese momento lo odiaba, porque era BaekHyun el único capaz de hacerle sentir eso, y si bien en algún tiempo aquello le gustó, ahora lo odiaba.

El más joven dejó finalmente salir sus lágrimas ya que el pelinegro no podía verlo, pero no correspondía al abrazo de LuHan aunque este, en su ignorancia, intentaba consolarlo. No podía entender nada, en un día había recibido una bomba de emociones, pese a todo solo seguía siendo alguien joven que sabía no tenía por qué estar cargando con ese tipo de cosas, una sola acción lo llevó a ese final: hablarle a ChanYeol. Él ni siquiera lo había visto hasta que se acercó a hablarle, ahora las cosas podrían ser diferentes, pero por alguna razón, apenas ese pensamiento cruzó su mente, desistió de seguir imaginando, pues una parte de él no imaginaba sus días si ChanYeol no hubiera llegado a su vida.

Fue entonces cuando se permitió abrazarse a LuHan y acompañar aquel llanto desconsolado que no cesaba en la habitación, pues se había dado cuenta de algo. Le gustaba ChanYeol, pero ninguno podía hacer algo para cambiar el cruel destino que ahora enfrentaban, el no poder estar juntos.

Rubatosis | ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora