CAPÍTULO 2 Titulado: "Aun llorando"

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Era como una película de terror, decirle adiós a la persona a la que más quería, era algo para lo que jamás había estado preparada. Asistí al funeral hecha pedazos, al igual que mi corazón y yo solo deseaba que fuese una pesadilla o una broma de mal gusto; porque, por muy lindo o tranquilizador que pareciera, aún sentía su presencia junto a mí.

Era devastador el tan solo pasar por su casa y no verlo a través de la ventana, ir a clases y solo observar su foto inanimada en el salón, observar aquella banca del parque, donde solíamos sentarnos todo el día, ver el árbol, donde gravamos nuestros nombres. Era una horrible sensación. Muchas veces me parecía verlo cuando me encontraba en la calle, pero en cuanto me quedaba más fijamente, viéndolo, desaparecía junto con una rosa roja, como las que solía regalarme en ocasiones especiales, pero yo siempre pensaba estar alucinando.

(Tiempo después)

Un día en la escuela, me encontraba con mi mejor amiga Alicia, y ella notó algo raro en mí, así que me pregunto:

-Alicia: ¿Estás bien Elizabeth?

-Elizabeth: Sí, ¿por qué?

-Alicia: No has tocado tu comida

-Elizabeth: No tengo hambre...

Alicia: ¡Elizabeth escúchame! Yo también estoy triste por lo de John, pero, ya pasó casi un año desde aquel día. Tienes que seguir con tú vida, no quedarte estancada con esto. ¿Te parece ir a una fiesta conmigo?

-Elizabeth: No lo sé, no me parece buena idea

-Alicia: ¿Paso por ti en la noche?

-Elizabeth: (Reí) está bien, pero no muy noche.

No podía creer que me había dejado convencer por Alicia, y la verdad, no estaba muy a gusto.

(Ya estando en el lugar)

-Alicia: ¡Elizabeth, vamos a bailar!

-Elizabeth: No gracias, me duele un poco la cabeza.

-Alicia: Está bien ¡Vamos Max! ¡Vamos a bailar!

Estaba completamente sola cuando un muchacho se me acerco:

-Steef: Hola  ¿Cómo estás?

-Elizabeth: Bien, gracias.

-Steef: ¿quieres hablar en un lugar con menos ruido?

-Elizabeth: Si. Claro. Al pasar el rato, me empezó a caer bien y hablamos de muchas cosas, me hizo sentir mejor. Lo malo es que al parecer yo le gustaba a él, pero él a mí no, y al saber eso Alicia, ella era feliz, según ella, eso me haría bien.

Para siempre (Próximamente en Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora