𝖼𝗁𝖺𝗉𝗍𝖾𝗋 𝗍𝗁𝗋𝖾𝖾

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Empezar el día ejercitando tu cuerpo por tu tranquilo y lindo vecindario, ¿Qué podría ser mejor?

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Empezar el día ejercitando tu cuerpo por tu tranquilo y lindo vecindario, ¿Qué podría ser mejor?

Dormir.

—Dios, ya no aguanto.— detengo mi trote y sostengo mi peso poniendo mis manos sobre mis rodillas tratando de recuperar el aliento.

Me dirijo a pasos lentos hacía la banca más cercana para tomar asiento.

Inhalo y exhalo.

Llevo una hora y media trotando, ya basta.

—Me voy a casa.

No podía negar que verdaderamente era una mañana muy bonita, con aire fresco y sol agradable. Pero el ejercicio y yo no nos llevamos demasiado bien.

Suspiro al ver mi casa a veinte metros de mi.

¿Como es que sentí que corrí demasiado pero no tardé ni quince minutos en regresar a mi casa?

Así lo requirió la trama.

Me detengo en la ancha puerta de madera e introduzco la llave en la cerradura. Me adentro y la cierro detrás de mí.

—¡Ya llegué! —aviso en voz alta.

—¡Ven a la cocina, cariño!

Me llama mi madre, me dirijo con pasos lentos hacía dicho lugar.

—Buenos días. —saludé a mi pequeña familia mientras entraba en la cocina. Mi padre levantó la vista de su celular y me sonrió mientras me daba un beso en la mejilla. Mi madre estaba untando Nutella en un pan y me devolvió el abrazo y el beso.

Mi hermano estaba con una expresión de profundo desdén y unas oscuras ojeras bajo sus ojos comiendo su cereal. Mientras saboreaba una cucharada, sus labios se humedecían y su lengua jugueteaba rápidamente con su piercing. Su cabello liso lucía completamente despeinado.

—Hola fifas, ¿a dónde tan peinado?— pregunté a mi hermano.

—A la escuela, —respondió mi madre por él. — Por cierto, Carly, ¿puedes llevarlo por nosotros?

Suspiré. Yo quería dormir un poco más, pero sabía que no podía dejar a mi hermano sin transporte.

— Está bien, mamá, lo llevaré. Pero primero tengo que bañarme— dije mientras tomaba un sorbo de mi néctar de naranja.

Mientras desayunábamos, mi padre me preguntó sobre un tema que había visto en Twitter.

— ¿Por qué el alter ego de mi hija es tendencia en media Latinoamérica en Twitter junto con el nombre de otro muchacho?... Un tal... ¿Sprite...?— preguntó.

Mi hermano abrió los ojos completamente atento y con una cara pícara, al parecer ya no odiaba existir. —Es Spreen, papá. — corrigió.

Solté una pequeña risita nerviosa.

𝗗𝗮𝘆𝗱𝗿𝗲𝗮𝗺𝗶𝗻𝗴 | SpreenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora