𝙋𝙄𝙉𝙆 𝙈𝘼𝙏𝙏𝙀𝙍┇𝘕𝘈𝘛𝘡𝘜

Capítulo Cuatro

Tzuyu no se había sentido tan nerviosa estando en clase de matemáticas desde los exámenes finales de último año en la escuela secundaria.

No tenía ni la más mínima idea de cómo acercarse a Nayeon después de que, aparentemente, logró enojarla tan solo un día después de conocerla, sobre todo porque ella ni siquiera estaba segura de qué había hecho mal. Por supuesto, había llamado a Momo una imbécil, pero no era como si la alfa nipona no hubiese hecho nada para merecérselo. Además, Tzuyu estaba segura de que Nayeon estaría de acuerdo con eso, después de todo fue la misma omega quien intervino más de una vez en su mejor intento de detener a Momo y sus comentarios hostiles, así que, ¿por qué diablos Nayeon se había visto tan triste al final de su conversación?

Tzuyu golpeó la punta de su lápiz contra el pupitre. Le había dado mil vueltas al asunto pero aún no había llegado a una respuesta, mucho menos a una solución. Era un as en matemáticas, álgebra y cálculo, pero no podía decirse que fuera igual de hábil descifrando ni interpretando a la casta contraria a ella.

Ociosamente, miró a Nayeon de reojo. La omega parecía normal, concentrada en su propio cuaderno mientras tomaba notas de lo que decía el profesor. De vez en cuando, y cómo lo había hecho la primera vez que se sentó a su lado, Nayeon entrecerraba los ojos, se inclinaba hacia adelante y luego copiaba la pizarra, y Tzuyu se preguntó si tal vez no veía correctamente desde su asiento. No estaban tan lejos de la pizarra, pero la omega no era tan alta como los demás en su clase y supuso que quizá el alfa que se sentaba en frente de ella, tan grande como solo un alfa podía serlo, le tapaba la vista.

Y entonces - la pequeña bombilla en su mente se encendió con una idea.

La alfa toma una de las esquinas de las últimas páginas de su cuaderno, rasgándola. Saca su bolígrafo y escribe en el pequeño trozo de papel un simple '¿quieres cambiar asientos conmigo?', escaneando las palabras por un segundo y preguntándose si tal vez suenan demasiado directas. Lo último que quiere es que Nayeon piense que está burlándose de ella o algo parecido. Así que decide decorar las palabras con una pequeña carita feliz al final solo para parecer más amigable. Pero todavía no siente como si fuese suficiente.

Tzuyu se muerde el labio, pensando que tal vez el problema persiste en que todavía necesita disculparse. Entonces, en la esquina de la hoja, agrega un pequeño perdón si te molesté antes.

Su corazón late con fuerza mientras arruga el papel y espera a que el profesor se gire para colocarlo rápidamente sobre el escritorio de Nayeon, mirando su reacción de cerca y rezándole a todas las lunas para que funcione. Espera mientras Nayeon lee el papel, sin reacción alguna hasta que sus ojos parecen aterrizar en la última parte de la nota y su expresión se suaviza. El corazón de Tzuyu late aceleradamente. Finge que está prestando atención a la clase incluso si todavía está mirando de reojo a Nayeon arrancar un extremo de su propio cuaderno, sacar su propio bolígrafo, y escribir en el trozo de papel que ha arrancado.

Un papel aterriza en su escritorio, doblado en un perfecto rectángulo. Tzuyu traga saliva, lo desdobla, y lee el contenido.

No te preocupes por eso, es lo que está escrito hasta arriba del todo. No estaba realmente molesta.

Las palabras se sienten extrañas, fuera de lugar. Tzuyu no es la más brillante cuando se trata de omegas se trata y aún así tiene el más pequeño presentimiento de que aquello no es toda la verdad. Pero sus ojos siguen leyendo, tal vez ignorando la corazonada, hasta que aterrizan en la parte inferior de la nota. Esta vez, las palabras no están escritas en negro como antes. Por alguna razón, Nayeon tomó la decisión consciente de cambiar a una tinta rosada y llena de brillo, casi como si quisiera que olvidara las últimas palabras, insípidas y poco interesantes, y que se concentrara en el lado más brillante y bonito del papel.