Ojos Canela !¡! 𝑫𝒂𝒏𝒊𝒆𝒍 𝒙 (___)

¿#?

Seis de la mañana. Siempre puntual para saludar un nuevo día en su vida; usted saca sobre la acera aquellos vívidos colores que me revuelven las entrañas. El día de ayer fueron tulipanes, hoy, los botones de cempasúchil se encuentran adornando la calle, dando esa sensación de estar en un país maravilloso y exótico.

Qué más puedo pedir, solo me quedo admirando su figura tan perfecta mientras carga los pesados pero delicados ramos. Haciéndome esbozar una sonrisa ya que, aquel sedoso mechón tapa nuevamente la parcialidad de su rostro por el esfuerzo infundado.

El observar sus brazos trabajados con los cuales, quisiera me protegieran ante la indiscutible nada e inmensidad de mis inseguridades; verlo nuevamente con las mangas arremangadas solo significaba una cosa: hoy sería un pesado pero grandioso día ya que llegará más mercancía.

Simplemente no puede darse un segundo para descansar, porque necesita entregar sueños a otras personas para así, solo sonreír satisfactoriamente al saber que su trabajo fue correspondido.

Sueños.

Ay, si solo usted pudiera conocer mi existencia, le agradecería infinitamente lo que logró inculcarme, me dio sueños con sus palabras de una manera indirecta, haciéndome buscar las fuerza para salir de aquel cuadro azul por el que pasaba. Hombre de linda sonrisa y cálido mirar, no conoce la infinidad de escritos que le he realizado a usted, con los cuales explayo, aunque sea una diminuta fracción, mis más sinceros sentimientos que tengo al verle trabajar de forma empeñada y vivaz.

Si tan solo conociera su nombre, podría comenzar a jugar con la morfología, agregar unas cuantas rimas y así, tratar de enamorarlo a la antigua, con cartas, chocolates y salidas.

Poder armarme de valor ante usted, decidirme para hablarle pero yo solo me acobardo, la sola idea me llena de impulsos pero, francamente me saboteo situándome con algo realista. Colocarme delante suyo solo le hará pensar lo raro de mi ser, repudiándome con el simple hecho de respirar el mismo aire que usted.

Si tan solo me animara a cruzar la calle, dejando de lado mis inseguridades para así, poder presionar suavemente sus labios contra los míos, probarlos y comparar cuán reales son de aquellas ocasiones en las cuales usted se entromete en mis sueños, haciéndome anhelarlos con locura. Esta percepción tan real me hace mostrar una duda. ¿Sus labios serán tan cálidos al igual que su mirar?

Sin duda, quisiera responderme esa pregunta antes de que el alba salga y el rocío de la mañana acaricie su rostro. Que su espera no sea tan corta ni mi pena tan larga, necesito escucharle hablar, una afirmación por parte suya e incluso una negación, me dejará al igual que un camposanto.

Pero tengo que aguardar el momento adecuado para no desesperar en mi plan.

Hombre de linda sonrisa y cálido mirar... ¿Podría usted amarme hasta la eternidad?