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Drabbles - Kiribaku

"¡OI BAKUGOU, sonríe!" el click de la cámara, seguido del flash y la carcajada de jubilo del pelirrojo inundaron la habitación, Bakugou hizo una mueca de desagrado, ¿debería arrebatarle ese molesto aparato de las manos?, bufó, los puntiagudos dientes y los ojos rasgados por la extensión de su sonrisa de cachorro lo irritaban, porque debía admitirse a sí mismo lo adorable que era.

"Regalarte esa cámara instantánea fue la peor idea que ha tenido Mina en años" refunfuñó, pero mientras Kirishima extraía la fotografía de su nueva cámara roja y la sacudía para revelar la imagen pudo notar la ligera y rápida sonrisa ladeada de su no sólo compañero de equipo, ni su mejor amigo en todos los sentidos, si no también su pareja.

"Tu sonrisa es muy bonita, Katsuki" susurró acariciando ligeramente su mejilla, tomándolo desprevenido y provocando que el rubio se colocara del color del cabello del chico que le sostenía la mirada más sincera y llena de sentimientos desbordantes que jamás había visto.

"Para con esta mierda, eres demasiado empalagoso, contrólate" escupió tratando de alejarse pero Kirishima se irguió en su lugar de la cama haciéndolo rodar boca arriba sobre las mantas.

"¿Por qué? ¿Te pongo nervioso, Blasty?" Eijirou Kirishima era la persona más coqueta del universo cuando se lo proponía, y la única por la que Bakugou tenía esa maldita debilidad de caer bajo sus encantos.

"No, te ves como un idiota, eso es todo" mierda, ni siquiera podía sostenerle la mirada y taparse la mitad del rostro con el dorso de su mano parecía aún más estúpido que esos rubíes juguetones observándolo con atención, como un cachorro esperando una instrucción.

"Mírate…no puedes men-tir-me”su sonrisa resplandeciente y sus manos recorriendo la suave piel de su delgada cintura lo hicieron estremecer, justo antes que una sonora carcajada y esos mismos dedos afianzándose a su cuerpo para torturarlo con cosquillas.

“KIRISHIMA…BASTA…ERES UN IDIOT-” las carcajadas de ambos inundaron la habitación, remarcando el ambiente e iluminación tan cálido como aquel amor febril que sentían el uno por el otro.

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"Hey Kats, ¿estábamos divirtiéndonos mucho ese día no es verdad?" la mano de Kirishima acomodó la foto en su lugar.
"No podías dejar de quejarte a pesar de lo mucho que me daba cuenta que disfrutabas mis mimos" se reacomodó el bolso del gym que traía colgando sobre su hombro izquierdo y sonrió genuinamente.
"Por cierto, te traje estas golosinas... eeehh, son un nuevo lanzamiento bajo el nombre de mi marca... creí que, bueno, creí que sería buena idea aprobarlos" dijo distraído mientras extraía un paquete bajo los colores rojo y naranja "DynaRiot" susurró contemplando con ternura aquellos pequeños paquetillos con caramelos.
"Claro que son extra picantes, por si te lo estabas preguntando" su gigantesca sonrisa de tiburón, que siempre iluminaba su rostro se emsombreció por un momento.

"No sabes cuánto daría por compartirlos contigo y que me dijeras qué te parecen" Kirishima Eijirou, alias Red Riot, el Pro Hero con el puesto número 4 en Japón, se levantó presentando sus mayores respetos al santuario dónde había ido a visitar a su amado, el incienso que había prendido al llegar estaba a punto de consumirse y las ofrendas que le había traído al rubio comenzaban a llenarse de insectos por la cantidad de tiempo que había permanecido allí.

Habían pasado la cantidad de años suficientes como para que Eijirou lo hubiera olvidado y trazado otra vida, pero aquel pelirrojo, era tan fiel a sus sentimientos que no podría hacerlo jamás.

Con un nudo en su garganta y esa familiar presión en el pecho tomó sus cosas y emprendió camino sobre los jardines, sintiendo una inusual brisa de verano acariciando gentilmente su mejilla haciendo que las lágrimas rodaran, ante el recuerdo de sus manos jugueteando en su rostro.

Lo extrañaba, cualquier persona sabía esa respuesta, y aunque ya no se culpaba a sí mismo por no haber estado allí para protegerlo cuando más lo necesitó, no podía evitar sentirse melancólico imaginando lo que hubiera sido de ellos, si la historia se hubiese escrito diferente.

Créditos: Página que te avisa cuando Todoroki entienda una indirecta