☁︎ ¡ℂ𝕒𝕟𝕔𝕖𝕝𝕒𝕕𝕠!

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───Max

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───Max. Max. Max.

───Mgh... ¿Qué quieres?

───Tengo miedo.

───Estoy cansado, Yakko... Vuelve a dormir.

───Bueno...

La voz del Animaniac no sonó muy convencida pero igual hizo caso y volvió a abrazarse por detrás a él, en forma de cucharita; tratando de volver a dormir.

Segundos después, Max despertó espantado y se irguió rápidamente a la vez que encendía la luz de la lámpara.

───¿¡Yakko!?

───Max. ¿Te acuerdas cuando te dije que mi jefe podría ser Doki el perro? Ahora es una realidad muy real.

Max se refregó el rostro con ambas manos, sin poder creer lo que oía, y lo que veía.
Miró el reloj en su mesa y suspiró.

───Yakko. Son las tres de la mañana, por Dios... ¿Qué estás haciendo en mi casa? ¿¡En mi cama!?

Aquello último lo dijo con la intención de un grito, pero en voz baja. No quería además despertar a su padre y que viera semejante situación tan... Rara.

───¿Te parece poco, Max Goof? ¿¡Te parece poco!? ¡Te lo advertí, te lo dije, te pedí ayuda! ¡Y no te importó!

Le reclamó, él sí gritando.

───¿Quieres bajar la voz? Por favor.

───Ok, pero... No te importó, Max Goof.

───... No sé de qué rayos estás hablando.

───Ah... Y para colmo no me pones atención. ¡Te lo estoy diciendo! ¡Ahora Doki me manda! ¡Es el mandamás de verdad, ahora sí oficial! ¡Me manda A MÍ! ¡Y HASTA A BUGS! Pero no se lo digas, porque anda de un humor que-

───Yakko, Yakko ───lo interrumpió, tallando su cara con ambas manos, teniendo bastante sueño aún───... ¿Y no podías esperar hasta mañana para contarme esto? ¿Y cómo entraste a mi casa además?

───¿Cómo entré a tu casa? ¿Eso es lo único que te importa, no, Max Goof? De verdad que no tienes corazón... Me estoy desnudando ante ti y tú-

───Oh, no... Déjame te detengo ahí porque sonó horrible lo que acabas de decir...

───¡Desnudando mi alma, Max! ¡MI ALMA!

Max suspiró. Suponía que esto no tendría salida tan fácilmente. Si quería librarse de él y poder dormir, tendría que darle lo que buscaba, por más flojera que tuviera.
A estas alturas lo conocía bastante ya como para saber eso. Por fortunio o infortunio.

───¿Si te escucho te vas?

───... Si ───cruzó los dedos al decir eso.

───Bien. ¿Porqué estás tan alterado al grado de venir hasta mi casa y mi cuarto a las tres de la mañana?

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