Capítulo 12

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POV Rose

—Es muy injusto, la dejaras utilizar una estaca hasta que tenga treinta. —me quejo.

Dimitri decidió que al haber ganado la apuesta, el decidiría cuando la bebe podría tener su primera estaca, claramente estaba en desacuerdo con eso, él podría ser un anticuado cuando se lo proponía y yo solo quiero que nuestra hija utilice la estaca a una edad normal.

—No esperaré hasta que tenga treinta, Roza.

Su risa inundaba la habitación desde el momento en el que comenzó nuestra discusión.Tal vez estaba exagerando un poco, pero los cinco minutos que llevábamos discutiendo eran suficientes como para no hacerme retractar.

Dejó de reír para inclinarse y depositar un beso en mi ya muy abultado vientre y le susurro palabras incomprensibles para mi mente.

—¿Qué le has dicho?

—Que la amo, que amo a su madre y a nuestra pequeña familia.

Acercó sus labios a los míos en apenas una caricia, pero las hormonas y sus palabras, que aunque fueron una excusa, solo hicieron que las mariposas de chica enamorada se removieron en mi estómago acompañadas del latido acelerado de mi corazón; es de las mejores sanciones que he tenido.

—Te has convertido en todo un romántico.

Levanta sus hombros restándole importancia.

—Que puedo decir, tengo las mejores inspiraciones.

Sonrió por su dulzura, pero la inminente visita de su familia empieza a comerme la cabeza.

—¿Cómo crees que reaccione tu familia al verme en este estado tan avanzado?

—Se sorprenderán, pero estoy seguro que adoran sentir a nuestra princesa.

—Eso espero, porque creo que ya no hay marcha atrás.

La familia de Dimitri siempre ha demostrado ser muy comprensiva, se que están felices por nuestra bebé, pero lo que más me preocupa es el hecho de que no me vean capaz de tener una responsabilidad tan grande.

No culparía a nadie que pusiese en tela de duda mi capacidad, después de todo apenas se me puede considerar una adulta, ¿cómo se supone que puedo cuidar de un bebé?.

Sin estar casada, 19 años y tengo siete meses de embarazo; es totalmente cierto que no estoy sola, pero eso no me reduce el temor al pensar que puedo fallarle a mi hija, inclusive puedo convertirme en Janine.

Un escalofrío me recorre el cuerpo ante ese pensamiento. Ser como Janine es de lo peor que podría pasar, durante toda mi infancia deseé tener una madre, la madre de Lissa y Alnerta tomaron ese papel durante mucho tiempo, y aunque las amo muchísimo, siempre quise tener a mi propia madre.

No quiero ni pensar que mi hija se sienta abandonada o triste por mi culpa; no tengo idea de como lo haré pero espero jamás lastimarla, nunca me lo perdonaría.

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No estoy muy segura de cómo sentirme, feliz no puedo estar, Dimitri se puso triste ante la noticia, la decepción fue clara en su rostro aun cuando trato de disimular; no puedo decir que reaccione igual que él, la realidad es que saber que nuestra única visitante sería Olena me da mucha tranquilidad.

Se que son buenas personas y que no me juzgarán pero tengo miedo de que en cuanto me vean cambien de opinión no la culparía al sentirse decepcionada de su hijo o de mi al ver que tengo 7 meses de embarazo; tal vez se moleste y mucho.

—Deja de comerte la cabeza con ideas irracionales Rose.

Dimitri me sujeta de los hombros y me hace verlo directo a los ojos. Esperamos en el vestíbulo a que llegue su madre, parece haberse dado cuenta de que estaba muy callada para ser yo.

—No puedo parar, su reacción me preocupa ¿y si nos rechaza?

—-Me convertiría en una gran idiota al rechazar a mi familia.

Me congelo en mi sitio y dirijo mi mirada hacia la puerta, Olena Belikova me la devuelve con el cariño marcado en ella mientras camina en nuestra dirección.

—Luces hermosa Rose, el embarazo te sienta bien.—Me dice, cuando llega frente a mí la expresión de su rostro se suaviza aún más y me envuelve en un abrazo.

Decir que siento alivio sería subestimar la emoción. Le devuelvo el abrazo lo más cómodamente posible que mi enorme vientre me lo permite.

—¿Cómo es que me crees capaz de hacer algo así Rosemarie?—Me dice mientras se separa de mí y me riñe con la mirada; yo misma no entiendo porque llegue a creerlo, mis preocupaciones fueron una completa tontería.

Han pasado dos días desde la llegada de Olena y no podría estar más feliz, se ha pasado todo el tiempo dándome consejos sobre maternidad y nombres para la bebé. Me contó muchas historias de cuando Dimitri era un pequeño; mi favorita es en la que cuando tenía 4 años rompió una retratera familiar y culpó a una mosca, sin duda una reacción muy poco camarada adulto.

Reí y disfruté mucho de su compañía, para el día siguiente mis ánimos no hicieron más que mejorar ante la noticia de que de alguna forma, el viejo, logró que mi amigos pudiesen visitarme.

Ver a mis amigos y compartir con ellos después de tanto tiempo me emocionaba muchísimo y creo que eso quedó muy claro cuando me puse a llorar por la noticia, agradecí el hecho de que fuese Dimitri quien me lo dijo y nadie más tuvo que presenciar mi penosa escena de hormonas.

Últimamente estaba muy sensible e incluso caprichosa a la hora de comer (más de lo normal), pero Dimitri como el novio perfecto que es cumplió cada uno de los caprichos de la bebé.

«Bebé»

No me gusta referirme a ella solamente «la bebé», necesita un nombre y todos lo sabemos, el problema es la cantidad de discusiones con mis padres (Abe en específico) que ha traído este tema, él quiere su nombre sea Marie o Janine, pero yo me mantengo firme con el nombre Alya, Dimitri se mantiene al margen diciendo que el nombre que yo elija es perfecto para nuestra pequeña; claro que eso no dejó muy satisfecho a Abe.

Me despierto de mi siesta por el fuerte sonido de algo cayendo, recorro la habitación con la mirada, no hay nada fuera de lo común, me levanto y salgo para buscar la fuente del ruido que entre más me acerco a las escaleras de la planta baja se intensifica y puedo apreciar el sonido de voces, bajo las escaleras y lo que veo me deja congelada.

Todos mis amigos están aquí, Lisa es la primera en correr a abrazarme, luego todos se unen y formamos un gran abrazo grupal, las lágrimas me pican los ojos por la felicidad de verlos después de tanto.

Nos separamos y Christian es el primero en hacer un comentario.

—Lo veo y no lo creo, Rose Hathaway llora por volverme a ver, ¿tanto me extrañaste Rosi?

Rosi, él sabe que odio ese apodo.

—He extrañado más a las cucarachas de los dormitorios Damphir que a ti chispita.—-Murmuro.

—-Tu sabes que me amas Rosi.

Le tiro lo primero que encuentro y este sale corriendo a esconderse detrás de Dimitri, miro a Dimitri a los ojos y este se aparta de Christian temiendo que le lance algo al rostro, Christian al verse desprotegido comienza a correr y yo a perseguirlo con mucha lentitud (por mi enorme vientre), todos ríen por nuestra escena.

Sonrío sintiendo que por primera vez después de mucho tiempo todo ha vuelto a la normalidad, con algunas cosas extras pero definitivamente normalidad.

¿Felices para siempre?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora