Capitulo 7

274 22 4
                                    

POV Rose

El beso estaba tan cargado de emociones que no tardo mucho tiempo en convertirse en algo más. Como el hombre más perfecto de este planeta, Dimitri me tomo entre sus brazos y me hizo suya como la primera vez, demostrándome tantas emociones que se me hace imposible distinguirlas, pero no me asuste y le demostré que lo amo y que sin importar lo que haga yo estaré para él con cada beso, caricia, suspiro y no pienso apartarme de su lado. Me trato como a una reina, apreciando cada curva de mi cuerpo, saboreando mis labios, así fundiéndonos juntos en olas de sentimientos guardados que promete consumirnos.

Suaves caricias en mi rostro me sacan poco a poco del mundo de los sueños y me transportan a la realidad de la que no quiero despertar jamás. Abro mis ojos despacio y una enorme sonrisa se forma en mi rostro al ver a Dimitri a mi lado, transmitiéndome solamente tranquilidad.

— Hola, camarada – Lo saludo mientras me siento en la cama observando a mi alrededor.

— Hola, roza – Mi vista queda fija en sus pozos color chocolate.

— ¿Cuánto dormimos? – La pregunta sale de mis labios, pero mi vista va bajando inspeccionando su cuerpo que solo está cubierto por una sabana de su vientre hacia abajo.

— Creo que menos de una hora – Él sigue hablando mientras yo sigo inspeccionando su cuerpo minuciosamente, los abdominales perfectamente formados son un manjar para la vista.

— ¿Rose, me estas escuchan? – Mi vista viaja rápidamente hacia sus ojos, siento mi cara calentándose con el indiscutible sonrojo que se apodera de ella al haber sido atrapada observando su cuerpo descaradamente.

— Roza — Si cámara – Murmuro mientras sigo admirando su cuerpo.

— Si me sigues viendo así no saldrás de aquí en mucho tiempo – Una sonrisa muy sexy se forma en su rostro y sin esperar nada me levanto de la cama desprendiéndome de la sabana que cubría mi cuerpo desnudo, su mirada se centra en mi cuerpo y no puedo evitar regodearme un poco.

— Te gusta lo que ves Dimitri — Demasiado – Se mueve rápidamente y me toma de la cintura halándome hacia la cama, una carcajada se me escapa mientras él se sube encima de mí y me empieza a hacer cosquillas, sube a mi boca y nos fundimos en un beso casi lleno de desesperación donde sus labios se mueven sobre los míos mientras nos reclamamos el uno al otro. Nos separamos por la falta de aire y él justa su frente con la mía.

— Será mejor que nos vayamos – Asiento dándole la razón y ambos nos paramos. Cuando ya estoy completamente vestida me volteo hacia Dimitri y le extiendo mi mano para que nos marchemos, pero él no la toma de inmediato y veo duda en sus ojos, pero finalmente la toma y salimos juntos.

Mientras caminamos su mirada perdida no pasa desapercibida y mi corazón se encoge pensando que podría estar arrepintiéndose. Me reprocho mentalmente al creer que estaríamos como antes después de dormir juntos, él aún tiene muchas cosas que superar y yo tengo que invocar a la paciencia y apoyarlo.

— No te preocupes— Trato de sacarlo de la profundidad de sus arrepentimientos.

— No puedo evitarlo, hice cosas horribles, no sé cómo puedes amarme, como siquiera puedes besarme cuando mis labios estuvieron en la yugular de alguien a quien le arrebate la vida sin siquiera dudarlo, como puedes dejar que te toque cuando con mis manos cometí pecados atroces, te he dicho cosas horribles, no lo comprendo – Apreté fuertemente su mano y me puse frente a él acariciando con mi mano libre su rostro.

— Solo tengo que ver a tus ojos y se que eres el hombre al que he amado con cada parte de mi ser, el hombre que jamás me dañaría si no el que daría su vida por mí, si has dicho cosas horribles que me han hecho sentir como la mierda, pero aquí estoy contigo, amándote hasta el final de los tiempos y dispuesta a dar todo por ti y apoyarte, porque eres lo que más amo en este mundo y te apoyaré siempre, no importa que – Me pongo de puntillas y dejo besos por todo su rostro y por último planto uno en sus suaves labios.

¿Felices para siempre?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora