5. El poder de la princesa

572 45 0
                                    

- ¿Hi-Hinata? - Naruto no podía creer lo que sus ojos estaban viendo, toda la energía que prometía explotar en su interior de repente se había desvanecido. Sin duda, quien estaba en frente de él era su esposa, pero al verla a los ojos parecía otra persona.

- ¿Me hablas a mí? - contestó un poco divertida la mujer - Creo que te equivocas, me estás confundiendo con alguien más - Aunque no tuviera el Byuakugan activado podía sentir como lo penetraba con la mirada, pero en sus ojos no estaban la amabilidad y la calidez que siempre la caracterizaban.

- Te dije que si la vencías recuperarías a tu esposa ¿no es así? - interrumpió aquel villano con una mirada maliciosa - Nunca dije que viva - le lanzó una sonrisa cínica.

- ¿Qué le has hecho? - El Hokage no sabía si sentir rabia, temor, tristeza o felicidad. Se alegraba de estuviera con vida y frente a él, le entristecía que no lo reconociera, y aún más, lo enojaba que le hicieran lo que sea que le habían hecho.

- Sólo la modifiqué un poco - caminó hacia adelante para posicionarse a lado de la ojiperla - Claro que podría devolverla a su estado original, o mmmm, no estoy seguro jajaja - se estaba divirtiendo con todo aquello - En fin, no dudo que puedas vencerla, no tuve tanto tiempo para entrenarla, había perdido algo de condición ¿cómo el Hokage puede permitir algo así? La dificultad radica en que... la venzas sin matarla... ¿Qué dirán tus hijos cuando sepan que mataste a su madre? ¿Qué dirá el pueblo de Konoha? - Los ojos le brillaron, no podía quitar esa estúpida sonrisa de su cara. Sasuke había permanecido quieto y en silencio, observando, no se atrevía a mover un dedo, quería analizar la situación - Para asegurarme que no juegues sucio e intentes llevartela, dejaré a todos mis amigos aquí, si das un paso en falso no creas que te matarán a ti, no, no... La matarán a ella - Acto seguido desapareció.

- Keitaro-san no confía en mi capacidad, le demostraré que está equivocado - Su voz era embriagante, realmente era la mujer más hermosa que había visto en su vida - Byakugan - Naruto estaba tan pasmado ante la visión que tenía delante, que no tuvo tiempo de reaccionar. Ella lo golpeó en el pecho sin miramientos, sin culpabilidad, por esa razón dolió el doble.

Empezó a realizar un conjunto de golpes hacia todas las partes de su cuerpo, como una danza hipnotizante. Los Hyuga siempre se habían caracterizado por su taijutsu. A estas alturas de su vida, podía afirmar con seguridad que el "puño suave" no tenía nada de suave.

Él, como cabría esperar, sólo se limitaba a amortiguar los golpes, o bueno, lo poco que podía, ya que estaba atacando directamente a sus puntos de chakra. Sin la capacidad regenerativa de Kurama no sabía cuánto más podría resistir sin hacer algo. A diferencia de la vez que Toneri la había poseído, en esta ocasión no era como si alguien la manejara como un títere, ella tenía consciencia propia y sus golpes eran coordinados con autonomía, fría y calculadora. Hinata nunca había podido ganar peleas importantes, porque su corazón noble jamás peleaba a matar, herir a alguien no estaba en su esencia. Esta vez ninguno de los nobles sentimientos que caracterizaban a la joven estaban presentes, por lo que su destreza y determinación la hacían más mortífera.

Sasuke sabía que Naruto no sería capaz de darle un solo golpe, por lo que intentó intervenir. Sin embargo, en el momento en que se dispuso a dar un paso, los guardianes los rodearon, no permitirían que interfiriera.

- ¡Naruto! ¡Sé que no le quieres hacer daño, pero tienes que hacer algo ahora! - Sasuke se sentía impotente por la situación, si se metía en la pelea y por ello mataban a Hinata, sabía que Naruto nunca se lo perdonaría.

- Hinata, basta por favor, tú no eres así, eres mi esposa, Boruto y Himawari te están esperando en casa, tus hijos - un hilillo de sangre se asomaba por la comisura de sus labios, sentía como cada golpe le drenaba la energía. Pese a sus palabras, la chica ni siquiera dio indicios de haberlo escuchado, o simplemente lo ignoró. Sasuke se decidió en el momento en que ella se disponía a dar un golpe que claramente podría ser mortal, y con un movimiento rápido llegó hasta donde estaba su amigo y los cubrió a ambos con el Susanoo.

- Naruto no puedes recibir sus golpes para siempre, tienes que hacer algo, o Boruto y Himawari no solo se quedarán sin madre - repuso Sasuke con seriedad - No estoy seguro que puedas seguir peleando en estas condiciones.

- Tengo que hacerlo, no la puedo abandonar así - el Uzumaki sostenía su pecho ahí donde habían ido a parar los golpes de su esposa, apenas y podía moverse - Nunca me he rendido con nadie, y no lo pienso hacer ahora.

De repente, una voz se escuchó a lo lejos sacándolos de su conversación:

Kuchiyose no Jutsu - La pálida chica había puesto su mano en el suelo. Todo a su alrededor se llenó de humo y una niebla se empezó a esparcir por el campo de batalla, mientras los árboles eran repelidos por una enorme fuerza. El lugar era frío, pero nada se comparaba con el cambio de atmósfera que había tenido lugar, era insoportable hasta respirar. Un gran rugido que haría temblar hasta al más fuerte anunció la presencia de aquella bestia.

Se trataba de un lobo de aproximadamente 100 metros de altura con un pelaje totalmente blanco, cuya presencia majestuosa los miraba con unos ojos rojos que prometían sangre. La chica subió a su cabeza sin dejar de mirar hacia donde los dos ninjas impactados se encontraban. Sasuke ni siquiera había invocado la forma completa del Susanoo, por lo que a lado de aquella bestia lucía insignificante.

Otro rugido se escuchó, esta vez sabían de dónde provenía. Como enfatizando sus intenciones, aquel animal mostró sus largos colmillos mientras arrugaba la nariz. Ni siquiera esperó a que reaccionaran, corrió a gran velocidad hasta la protección que los cubría, lanzando zarpazos a diestra y siniestra. El Uchiha no había previsto que eso podría pasar, por lo que no había invertido mucho chakra endureciéndolo lo suficiente, grietas empezaban a aparecer en la armadura.

- Tenemos que pensar en algo ahora - La batalla estaba tornándose un poco violenta, más de lo que esperaba - He gastado mucho chakra estos días abriendo los portales, o abro uno para sacarnos de aquí ahora, o gasto lo que me queda peleando. Si deshago al Susanoo no sólo el lobo será un problema, estoy casi seguro que aquellos impertinentes se abalanzarán sobre mí por haberme metido - El rubio no respondía, realmente no sabía qué hacer - Naruto, mírame, tienes que tomar una decisión ya.

- Encargate de los peones, yo trataré con Hinata - El Hokage se paró, y en el momento en que Sasuke deshizo la armadura, ambos recitaron al unísono - Kuchiyose no Jutsu.

Naruhina: El día en que lo perdió todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora