Su pequeño descanso de California podría terminar con ella infiltrada en una base rusa, que sorpresa.
Se conocieron en el verano del 85, en el centro comercial de Starcourt.
Un helado no le viene mal a nadie de vez en cuando ¿No?
La primera vez que...
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Un buen dia en California, cuando el cálido sol chocaba contra el puente de su nariz y sus largas pestañas se despertaba Ellie. En su habitación el gran ventanal se veía cubierto por unas finas cortinas de color blanco, que dejaba que entraran los rayos de sol indicando que era de día.
Un bostezo se hizo presente por parte de la chica, estuvo un rato pensando hasta que decidió salir de su cama. Se dirigió al baño a prepararse, porque a pesar de que eran vacaciones un nuevo viaje al pueblo de Hawkins era oportunidad para poder conocer gente nueva.
Unos golpes repiquetearon su puerta, esperando alguna contestación de parte de la chica que tenía que estar desayunando hace ya un tiempo atrás.
─Señorita Ellie, sus padres me ordenaron que la buscará para que bajase a comer, el Sr.cooper parece un poco molesto.
─Ya estoy lista Amanda, ¿papá no podía esperar un poco más? Luego se molesta si no me veo bien. - salía del baño vestida elegante, pero para ella era ropa normal de todos los días.
Bajó al piso de abajo y encontró a sus padres en la mesa sin ningún plato al rededor de ellos, solo un sobre que el señor traía en sus manos y una maleta grande al lado del asiento que le correspondía a la chica.
─No me esperaron para desayunar, ¿está todo bien? Espero que no sea por nada que Amanda haya ido hasta mi cuarto.
─Escucha, Ya que te vas de vacaciones al pueblo de indiana queríamos prepararte todo para tí, siempre haces mucho por nosotros, eres una buena niña.- Habló el señor Cooper.
─Gracias, no tienes por qué agradecerlo, son mis padres y me dieron está maravillosa vida... ya debería irme. ¿Saben que los amo verdad?
─Y nosotros a tí querida, que te vaya muyyy bien. - dijo su madre alargando la 'y'.
