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Aslhey Brown:
Me encontraba acomodando las maletas, pues al otro día en la madrugada partiría. George solo me miraba triste, con los ojos rojos y de vez en cuando bajaba la mirada a sus pies.
—¿Quieres que me quede? —fue mi pregunta.
El respiró profundo y con la voz entrecortada dijo:
—No puedo atarte a algo que no quieres, mi niña bonita. —me miró— Si te vas, algo en mí se romperá, pero quiero tu bienestar y nada es mejor que eso —se levantó.
Pensé por un rato:
¿Por qué lo dejarás ir si lo amas?
Solo escúchalo, ¿qué te cuesta?
Dale una oportunidad. Lo amas, Ley.
Mi mente y mi corazón me dieron la razón, ambos estaban de acuerdo con aquello. Y era verdad, debía escucharlo.
Suspiré y me levanté enseguida, George no había salido de la habitación todavía. Lo tomé del brazo. Él me miró con un poco de esperanza y había comprendido algo: sus ojos eran hermosos.
—Te escucho —solté esperando su respuesta y su defensa.
—Solo dame tiempo, en unos minutos te estaré contando —susurró— Es difícil de asimilar.
—Está bien —comenté.
‡————†————‡La casa estaba sola, Tyler encerrado en su habitación viendo cómics. George en el trabajo y yo sin nada que hacer.
Estaba sentada en una de las sillas del comedor, cuando por inercia quise ir al bosque de nuevo. Así que me levanté y salí de ahí, no sin antes decirle a mi hermano.
Caminé por dónde anteriormente había pasado, observé arbustos y árboles frondosos.
Quería vivir en un lugar así, alejada de todo.
Giré sobre mis talones al escuchar pasos cerca. Mi respiración se agitó por mucho tiempo y más cuando ví a aquella niña correr tras un conejo marrón.
Veía todo con miedo.
¿Quién era ella?
¿Será una mala jugada de mi mente?
¿Qué quería conmigo?
Me exalté al verla aparecer justo al lado mío.
—Me encantan los conejos —susurró.
¿Por qué su voz siempre era un susurro?
¿De quién escapaba? No tenía idea.
¿A quién le temía?
—A mi madre no le gustan, ella los odia. Papá es mudo cuando se trata de ellos —se sacudió las manos.
—Que mal, ¿de dónde eres? —pregunté.
—¡Ahí está! —corrió hacia el conejo.
¿Y yo? Yo fuí tras ella, pues, la curiosidad me mataba.
Corrí tanto. Por un momento me sentí en paz. Me había relajado. Pero luego...
—Asesinaron a mi conejo —lloró la niña.
Ante mí apareció una joven señora y una casa. La niña llevaba en manos al conejo muerto. La señora se mostraba seria. Ví que ésta última jaló a la niña de los cabellos.
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Si me negara a respirar.
Mystery / ThrillerUna vez me dije que no sucedería, tal vez pensé que ya todo aquello se había ido, pero mi dolor se aferraba más a mí. Soy la típica chica que no tiene confianza en casi nadie, ni en sí misma, podría decir que traumas me llevaron a ello. Pero en poca...