Capítulo 2 FUSUS (Victoria)

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Victoria

Marta me esperaba en el pasillo cuando acabé la clase de Lengua, después de casi nueve meses de amistad ya sabía reconocer cuándo tenía algo importante que decirme, aunque claro, importante era un término muy relativo cuando se trataba de Marta.

-¡Nos han invitado a la mayor fiesta del año!- Gritó estampándome un papel contra la cara.

-¿Nos?

Cogí la invitación para observarla, parecía hecha para una boda, rectangular con bordes y letras doradas.

-Sí, puedo llevar a una amiga, solo hay un problema.- Me la arrancó de las manos señalándome la dirección- He preguntado a todo el mundo y nadie sabe dónde está la 'Plaza de los Cantos', es como si ese lugar no existiera, quizás se hayan equivocado de dirección.

Había escuchado aquél nombre en alguna parte, sabía que estaba en Sevilla pero no lograba ubicarlo.

-¿Cómo lo has conseguido?

-Eso es lo mejor- Se sentó en el banco que había a nuestro lado y yo la imité- Anoche

estaba paseando por la avenida de la Constitución cuando un hombre guapísimo se acercó a mí. Parecía de otra época, te lo juro, pelo largo recogido en una coleta, pálido, chaqueta larga, botas altas... el caso es que me habló de la fiesta y me dijo que podía llevar a alguien, y bueno, se que últimamente andas preocupada con algo, aunque no quieras contármelo, pensé que te gustaría.

Le sonreí, el optimismo de Marta siempre me hacía sentir mejor. Volví a mirar el papel intentando concentrarme en el nombre.

-Pues tenemos que averiguar qué sitio es éste. ¿Has mirado en Internet?

-Esperaba que tú lo hicieras, no he tenido tiempo, se me olvidó hacer el trabajo y me he pasado la mañana en la Biblioteca.- Se sonrojó antes de continuar- Y me he dado una vueltecita por la Catedral... por si el chico seguía allí.

Iba a preguntar qué le hacía pensar que su caballero de brillante armadura seguiría en el mismo sitio cuando caí.

-Es entre la catedral y el Alcázar, la Plaza del triunfo, antiguamente se llamaba Plaza de los Cantos.

Marta me miró extrañada.

-¿Cómo sabes eso?

-Antes de mudarme a Sevilla pasé un tiempo leyendo sobre ella. Es raro que escriban la invitación poniendo el nombre que tenía en el siglo XV.

-Lo raro es que sea en ese lugar, que yo sepa no hay ningún local donde celebrar una fiesta. Y no da la impresión de ser tan cutre como para que la celebren en medio de la calle.

Miré el reloj y me levanté, ya llegaba tarde a la cita con mi padre, y no le gustaba que me retrasase por lo que él llamaba 'asuntos de escoria'.

-Quizás sea el lugar de reunión- Le dije mientras caminaba hacia la salida con ella a mi lado- Y después nos lleven a todos juntos a otra parte, no lo sé. ¿Te fías del que te la dio?

-¡Sí! Parecía muy de fiar, era cortés, educado... encantador, y de todos modos es en mitad de la calle, no hay peligro.

-No se de dónde voy a sacar un vestido para esta noche, y menos para una mascarada.

-No creo que eso sea muy importante, será suficiente con ponerte una bonita máscara y un vestido lo suficientemente corto para que toda la atención se fije en tu rostro.

Curiosa manera de razonar, mientras menos se viera el vestido más se fijarían en mi cara.

-¿Eso es lo que vas a hacer tú?

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