─Monkey D Luffy siempre ha sido alguien particular, así que, no es una gran sorpresa que el reencarne en un espíritu, ¿es eso tan siquiera posible?
Bueno, el nuevo rey siempre encuentra un modo para sorprender a quienes le rodean, ¡acompáñalo en est...
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—Time without seeing you, idiot captain.
Todo se encontraba oscuro, una presión en el pecho le impedía respirar adecuadamente, sentía que se estaba asfixiando cada vez más, trata de gritar, moverse y cuando menos lo espera se levanta con la respiración agitada, da una mirada a su alrededor y no tarda en llevar una mano a su ojo izquierdo y la otra la lleva a su pecho; por lo que parecen minutos no reconoce la recamara en la que se encuentra, hasta que llevando su mirada a una esquina de lugar observa una shinai recargada en la pared. Se encuentra en casa, el cómo llego ahi es sin duda un misterio y más aparte no recuerda cuando cayó dormido o bien inconsciente.
Frunciendo levemente sus cejas, inhala lentamente y al momento que comienza a exhalar, trata de hacer memoria, por la oscuridad de la habitación supone ya lleva horas dormido, por ende es un nuevo día, lentamente los recuerdos llegan; apenas abandono el local de Hawkins en compañía de Sabo, comenzó a sentirse mareado y de ahí vino la caída, al parecer la hipnosis le hizo sentir mal.
Pateando con cuidado la sabana y cobija encima suyo, se sienta en la orilla de la cama y palmeando esta misma busca su celular, quiere ver cuanto más puede dormir antes de tener que reunirse con los demás y el idiota de su capitán, casi podría burlarse de sí mismo ante su gran escepticismo y ahora, su viejo amigo, es un fantasma, vaya vida.
Tras encontrar el aparato, enciende la pantalla y sus cejas se alzan al ver la hora, son después de las seis de la mañana, si hace bien los cálculos, durmió casi un puto día, ignorando las llamadas perdidas y los mensajes no vistos, su primera preocupación es el cachorro bajo su cuidado pero principalmente el que la casa siga en una sola pieza, con rapidez se levanta e importándole poco el estar descalzo, abandona la recamara y comienza a bajar las escaleras de caracol más termina brincándolas.
La tranquilidad vuelve a su alma al ver que todo está en orden y sorprendentemente el cachorro hizo sus necesidades en sus pañales y no dejo sorpresitas en donde no debe, viendo que todo yace en orden se deja caer de trasero al suelo, ocasionando ruido y despertando al cachorro, que se levanta y agita contento su cola mientras que se acerca.
—Ugh, eres demasiado pegajoso —se queja, teniendo que colocar su palma derecha en la carita del cachorro para que así no le llene el rostro de saliva.
No sabe cómo es que termina forcejeando contra el cachorro que tomo la situación como un juego, más su cuerpo se tensa al escuchar las grandes rejas abrirse y si sus recuerdos son claros solo dos personas pueden abrirlas, de un salto se pone de pie y ve nuevamente su celular, sus notificaciones son por parte de Perona, esta iba a avisarle su regreso.
