extra

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-Te dije que no volvería a hacerlo.

Jimin rodó los ojos con diversión al ver a Taehyung. El alfa apenas y podía abrir los ojos, tenía el cabello hecho un desastre, la trenza que le había hecho antes de ir a dormir ahora estaba completamente deshecha, las ligas de colores estaban enredadas por todas partes y varios
mechones rebeldes le cubrían el hinchado
rostro.

Aún mantenía un pequeño camino de saliva seca sobre la comisura derecha de sus labios, su nariz estaba roja y sus mejillas hinchadas y sonrojadas.
Las marcas de la almohada aún permanecían en su frente y en sus brazos.
La camiseta enorme que cubría su torso le dejaba ver con claridad las marcas que había dejado en su cuello la noche anterior y la tierna ropa interior parecía estar más abajo de lo que debería.

El castaño intensificó su puchero y se frotó los ojos con rapidez logrando que los mismos escocieran y lo hicieran trastabillar mientras caminaba apresurado hacia Jimin.
El omega preparaba el desayuno con demasiada calma, ignorando los llamados y toqueteos del alfa cerca de su cintura.

Taehyung se comportaba como un bebé
recién despierto, o bueno, todo el tiempo
lo hacía. Era una faceta que Jimin jamás
se cansaría de ver.
Cuando el castaño detrás de él ocultó su rostro en su cuello, comenzando a darle pequeños besos seguido de súplicas bajitas mientras tiraba de su camiseta, Jimin supo que si no le daba la atención que necesitaba no lo dejaría cocinar en
paz y claramente su idea de quemar lo que con tanto esmero había preparado no estaba en sus planes.

Así que, apagando la estufa, giró a encarar al alfa, mismo que le observó desde arriba con los ojos entre cerrados y visiblemente hinchados aunque ya más despierto que antes.

Sonrió al verle y le rodeó el cuello para darle un beso en la nariz mientras continuaba negando con la cabeza.

-¿Por qué no? -Taehyung cuestionó con la
voz más ronca de lo normal, haciendo reír a Jimin cuando un pequeño gallito se le escapó-. Jiminnie...

A Jimin le resultaba de lo más gracioso que Taehyung hubiese seguido la conversación de la noche anterior apenas se había levantado. Ni siquiera había espabilado del todo y ya estaba haciendo sus berrinches.

Aunque no era un berrinche cualquiera. Jimin odiaba haber pervertido a Taehyung al punto de que el castaño era ahora quien le pedía por sexo en cada oportunidad que tenía. No le molestaba
de ninguna manera, pues el alfa seguía sin tener el aguante y experiencia que él poseía pero aún así.

Tampoco era el hecho de que fuera sexo
lo que pedía, sino la forma en la que
quería hacerlo.

-Taehyung, no está a discusión -Jimin sentenció, dando media vuelta y volviendo a la estufa mientras terminaba de alistar todo antes de finalmente alejarse y dirigirse hacia la encimera-, dije que no, y es un no.

El alfa, cansado de ser ignorado, caminó hacia Jimin nuevamente. Con suavidad lo tomó de la cintura y lo subió a la encimera detrás de él, abriendo sus piernas para colocarse dentro de ellas mientras que el omega se removía entre pequeñas risas y jadeos que lo hicieron tragar saliva.
Bajó sus manos de su cintura hacia sus piernas y acarició sus muslos con suavidad mientras Jimin iba y venía, juntando sus entrepiernas de manera sutil.

Sabía que Jimin buscaba distraerlo, así que con el poco autocontrol que tenía lo detuvo, sosteniendolo de la cadera para mantenerlo quieto. El omega le observó con una ceja alzada y una sonrisa ladeada en los labios.

-Dime por qué razón no quieres -Taehyung pidió entre jadeos cuando Jimin le rodeó con las piernas y lo obligó a permanecer más cerca-. Yo lo disfruté, tú también... fue-...

dominante •kth+pjm•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora