Dos corazones heridos.
Uno tiene la fuerza de continuar, el otro las herramientas y el conocimiento.
Un corazón tiene la experiencia y un distractor.
El otro tiene sólo la voluntad y un apoyo externo.
Resub 2024/09/02
Algunas veces es inexorable el hecho de renunciar, puede ser por orgullo, dolor o incluso por amor, sí, quizá es algo que deseamos poder evitar, pero quizá al analizar y evaluar el costo/beneficio, lo mejor es irse.
Asami Ryuichi, un hombre de 33 años aprendió esta lección de la peor forma posible, lo había perdido todo. Takaba Akihito le había robado todo, al menos todo lo que hubiera querido entregarle al menor.
Después del incidente de su secuestro por parte de la mafia rusa. Akihito había cambiado, sólo unos meses después, le había disparado en venganza, reclamando por todo lo que según él, le había hecho. Por suerte o por desgracia, la puntería de Akihito no era nada buena. Así que ahora él estaba sólo en su departamento, con toda su fortuna, su gente de confianza. Pero con el corazón roto. Su fortuna seguía en aumento, pero él ya no estaba, en cambio ahora estaba con Usami Akihiko, su mayor rival. Pues a pesar de la fachada de un exitoso escritor y un renombrado abogado, debajo, era uno de los mejores traficantes de esclavos.
Por otro lado, un joven de ojos verdes como la esmeralda, veía una escena entre su "prometido", Usami Akihiko y otro hombre que movía sensualmente las caderas. Se sentía destrozado, sus sueños de formar una pareja y quizá una familia, se veían destruidos. Usami Akihiko, había jurado amarlo y respetarlo, por ello él había aceptado casarse.
En silencio se acercó a su habitación, en silencio guardó sus cosas en una maleta. Suspiró y marcó un número que jamás imaginó marcar. Si bien sus padres biológicos habían muerto y lo habían dejado a cargo de los Takahashi, adquiriendo así su apellido, él tenía a su primo. Ambos sabían de su existencia, pero ninguno hizo el intento de buscarse mutuamente. El planeaba tener una vida normal, su madre había muerto en un accidente provocado por los rivales de su padre y éste había muerto en un tiroteo.
Los Takahashi lo habían acogido a una edad muy pequeña, por lo que él había deseado llevar una vida lo más normal posible, pero con ésto, sentía que no podía más.
El primer tono, y la llamada fue contestada. —Primo. Necesito de ti. Por favor.— Ya no aguantó más y comenzó a llorar. Sentía que podría desmayarse por el dolor, pero a la vez, sentía que tener a su primo lo salvaría. —Ven por mí.—
Del otro lado de la línea, una elegante voz comenzó a dar órdenes, debían ir a Japón. Pronto. Su pequeño y hermoso primo estaba llorando. Él debía ayudarlo y si era necesaria una alianza, pues que así sea.
—Iré lo más pronto posible, refugiate en un hotel. Mañana antes del amanecer estaré allá.— Colgó no sin antes decirle a su primo que estaba para él. —No estás sólo.—
Misaki, quien no puede usar por ahora su verdadero nombre. Llamó a uno de los contactos que conocía a lo lejos, Kirishima Kei. Con sólo dar el nombre de Mikhail, sería suficiente por ahora. Se limpió el rastro de lágrimas, después sacó otras cosas mientras calmaba su adolorido corazón. Tomó el teléfono nuevamente.
Kirishima Kei estaba con su amigo Asami Ryuichi. Los dos terminaban de arreglar el papeleo, montañas y montañas de documentos que parecían no terminar. Asami era el encargado de rechazar algunos. El de evitar que Asami cometiera un error. Aún le pesaba el abandono de su pareja. Pero una llamada distrajo su acción.
Frenó a Asami con una mirada, sacó su teléfono. —¿Diga?— Contestó al primer tono.
—No lo conozco, pero estoy seguro que sí conoce a mi primo, Mikhail Arvatov. Necesito reunirme con usted. Necesito esconderme por unas horas.— Misaki habló serio del otro lado de la línea. Dejando estupefacto a Kirishima. —Alpha/730 esa es mi clave entre los posibles contactos externos de su jefe. Estaré en la torre Tokyo en 25 minutos, por favor asista por mi.—
Misaki colgó la llamada, con el dolor renuente en el pecho, no lograba más con una llamada tan seria. Sentía ganas de huir del mundo, deseaba morir al bajar por las escaleras, quizá perder todo y poder descansar. Deseaba desaparecer, pero la frase de su padre lo mantenía.
"A veces tienes que jugar el papel de idiota, para engañar al idiota, que piensa que te está engañando a ti." (Al Capone.)
Recuerda estas palabras, hijo. Si un día tienes que olvidarte del dolor para continuar con tu vida y escoger entre una vida tranquila o tu destino, recuerda que no hay vuelta atrás. No existe una vía de escape. Las elecciones marcan tu vida, pero si sabes lo que hará, el costo es más fácil de pagar.
Tomó un pedazo de papel, donde sabe que sólo Akihiko lo encontrará. Dejó sus llaves y se cambió su ropa habitual. Usando un conjunto negro en su totalidad, se negaba a usar cualquier cosa que Akihiko le hubiese dado, tomó sus pocas pertenencias y bajó sin hacer mayor ruido, así como una vez llegó, se iría.
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—4 años para nada.— Suspiró y se limpió el rastro de lágrimas. Le dolía, pero debía ser fuerte. Repetía como mantra la frase de su padre. No tenía ningún conocimiento sobre los negocios de sus padres, su primo lo había protegido desde la ignorancia, pero tampoco tenía algo que reclamarle. Mikhail es mayor que él por varios años. —Un paso a la vez, adiós Akihiko.—
Akihiko. Gracias por recordarme el amargo sabor de una pérdida, me gustaría golpearte, pero no soy tan fuerte ni tan cruel como tú.
Me gustaría matar a la mierda que tienes en la cama, pero ¿sabes? Si eres tan barato para meterte con una puta, no merecés tener un príncipe.
Espero no volver a verte. Si un día nos cruzamos. Vete.
Misaki bajó por el elevador, sólo dejó un par de instrucciones a la recepción y después se puso unos lentes negros, saliendo del edificio. Tomó un taxi y le dio la dirección.