*.✧Ichcatl *.✧ - Colombia (CANCELADA)

Capítulo 2

Entre las sucias aguas del lago, una criatura hermosa pero malvada estaba observando con hambre el jugozo bufet que se daría en unos minutos, a su cena rápida.

No le importaba quién era o cómo llegó aquí, tenía hambre, y el hambre le nublaba la mente y le hacía rugir el estómago, casi sentía como dentro de poco estuvo a punto de recurrir al canibalismo, pues los peces estaban extinguiéndose en el lago contaminado gracias a la mugre que tiraban los humanos y de más criaturas, literalmente estaban viviendo en lo inmundo, no es que hubiera otra opción, el lago estaba estancado, no tenía camino directo a un río o al océano, era todo lo que conocían, si bien era grande, las sirenas creían que se merecían algo mejor.

Y estaban en lo correcto, no importa qué o quién, todo ecosistema merece una vida de calidad.

Aunque las sirenas fueran codiciosas y malvadas, no significaba que no merecían un cuerpo de agua saludable en donde vivir y formar sus familias, además, no todas eran malas, a veces solo haces las cosas por supervivencia. O en el caso de Bolivia, por puro placer.

Entonces ahí estaba, con sus ojos amarillos y las pupilas negras dilatadas, apenas con media cabeza por fuera del agua, asechando a su presa, a su deliciosa y jugoza presa. ¿Quién lo diría?, después de la paliza que se ganó de la zorra de México y del humano apuesto de hace unas horas, ahora el universo le recompensaría por las molestias.

¿Debería llamar a Perú?...

Nah....la carne de cordero es demasiado deliciosa como para compartirla, sería como un pecado para él.

Lo quería para él solito.

Que se traguen su mierda de que la comida sabe mejor compartida.

Para él, la comida sabía mejor viva.

Así tendría la dicha de oír al individuo suplicar por su vida, oh, cómo le causaba placer el sufrimiento ajeno, le agrandaba el apetito.

Se notaba que el herbívoro estaba bien alimentadito, su gordo trasero de cordero sería lo primero que se devoraría, se le hacía agua la boca de tan solo imaginar el sabor de la grasa del lugar, de la carne desgarrandose en sus colmillos, de los gritos del pobrecillo.

No quizo deambular más y pasó a la acción, tomó impulso y agarró con su diestra una de las dos patas disponibles del híbrido y lo arrastró hasta el borde del pequeño puente de madera, burlándose a todo pulmón al ver cómo intentaba agarrarse de algo, y el piso liso no era una buena opción que digamos.

—¡Te tengo!—

Lo jaló, logró hacer que mitad de su cuerpo quedara casi en el lago.

—¿¡Qué demonios?!, ¡HEY, SUÉLTAME!—

Pataleó y se sujetó como pudo de los barrotes del puente.

El tritón, impaciente, lo mordió en la pata, pudo arrancarle fácilmente el pedazo de carne, pero quería divertirse un poco, así que solo lo marcó; aún así la herida fue profunda y sangraba mucho.

—¡¡¡¡AAAAAHHHHHHHHHH!!!!—

Un grito desgarrador asustó al mismísimo bosque, las aves salieron despavoridas de los árboles.

Y al boliviano le encantó.

—No te resistas, pequeño corderito, ¡serás mi cena!, ¿¡no te emociona?!, deberías sentirte agradecido por ser yo quién te devore, ¡es casi como si te hubieras ofrecido para sacrificio!, ¿¡No sería eso algo hermoso?!—

Soltó carcajadas al aire como solo un auténtico psicópata lo haría.

—Mhh~, sangre de cordero...es más deliciosa de lo que recordaba, es tan diferente a la que una vez probé...es salada y dulce a su vez... adictiva como el asqueroso licor que consumen los humanos. ¿Será porque eres híbrido?, ¡oh querido, nos divertiremos tanto!—