Cinco meses.
Liam y Stef, la novia de Liam miraban a Louis con una ceja alzada. "¿Estas seguro que te encuentras bien?".
Stef pregunta, su acento británico resono en la habitación, Louis, suspiró con cansancio su día no iba para nada bien y es que desde hace unos días no duraba ni media hora de pie para que su cuerpo le exigiera ir al baño, hacer pipi.
"No" susurró seco, sus piernas se apretaban entre ellas para intentar alejar las ganas de ir a orinar, no podía hacerlo en unos minutos debía entrar a dar una conferencia a un grupo de adolescentes sobre el amor propio. "Mierda, lo siento Stef no quería sonar grosero pero es que estas ganas de ir al baño no me dejan".
"No te preocupes Lou" respondió Stef con una sonrisa suave sin mostrar sus dientes "Pero deberías ir al baño, no es bueno para tú cuerpo aguantarse de esa manera".
Louis corrió al baño y después de hacer sus necesidades se lavo las manos, cuando estaba apuntó de salir las ganas de orinar volvieron. Se perdió su primera conferencia.
Derrotado y cansado tomó sus cosas, se fue a casa enviando un mensaje rápido a Liam excusándose con que no se sentía bien.
Liam lo entendió y le respondió que mejorará, cuando llegó a casa su novio estaba sentando en el sillón mirando una clase de comida. "Quita eso" susurró Louis tirando sus cosas sobre el suelo y arrojándose sobre él rizado.
"Hey, pastelito ¿todo bien?" pregunto Harry, tomando de las caderas a Louis y obligando que este lo mirara a los ojos, y cuando de los labios de Louis salió un tierno puchero. "Oh bebé".
"Es una mierda" gruñó Louis, "Tengo estas jodidas ganas de orinar todo el tiempo y me perdí mi primera conferencia, odio esto".
"Mierda, amor lamento escuchar eso, pero tengo una idea que puede ayudarte" y quince minutos después se encontraban viendo grey's anatomy con un bote de helado.
Louis pudo durar media hora hasta que las ganas de orinar volvieron y la joven pareja terminaron mirando aquella serie en el baño, con Louis sentando sobre el wc y Harry recostado en la bañera.
Aumento de la cantidad de micciones. Es posible que orines más a menudo de lo habitual. La cantidad de sangre del cuerpo aumenta durante el embarazo, lo que hace que los riñones procesen líquido extra que termina en la vejiga.