Collar de piedras preciosas.

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1.- Omegaverse

Esta seguro que el metal es frio contra su piel, el color de las joyas resalta el brillo de la piel canela y; a pesar de sus errores, Seijuuro piensa que cada gramo de oro, joya y color, le viene bien al color de su suave pero orgullosa mirada.




Esta seguro que el metal es frio contra su piel, el color de las joyas resalta el brillo de la piel canela y; a pesar de sus errores, Seijuuro piensa que cada gramo de oro, joya y color, le viene bien al color de su suave pero orgullosa mirada

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Akashi era un buen alfa. Todo quien lo conocía de esa manera lo catalogaba. ¿Quién no podría hacerlo? un joven de buena cuna, con modales impecables y de buen aspecto.



Realmente se pensaba bien de Akashi Seijuuro.



Sin embargo, en ese momento se encontraba en medio de un escándalo. Lo peor del asunto era que había sucedido en público, donde mucha gente lo había visto y tomado fotografías y videos.



Los gritos de terror, llamando a los profesores se perdían en la mente del pelirrojo, sabia que peleaba ¿Con quién? En ese momento no lo sabía, el barullo a su alrededor no era opacado por la sensación sangrienta en sus labios, el dolor en sus costillas por los golpes, o sus manos lastimándose por que intentaban que se soltara de lo que se aferraba.



La escena era perturbadora para algunos espectadores. Seijuuro escuchaba llantos, olía un aroma ligeramente angustiado y con trazos de dolor. Quería hacer lo posible para que el aroma cambiara, llenarlo de felicidad. Fue la inconciencia lo que logro el objetivo del grupo de desconocidos hicieran lo que no quería.



Un mes después supo lo que había sucedido, no solo por los videos que llegaron a su celular, sino que por las noticias y los acuerdos a los que con dificultad había llegado su padre. Lo particular del asunto era que la misma familia había sugerido el pedido. Cosa que por supuesto Seijuuro acepto. El daño mediático que se había hecho a su clase, posición y reputación había hecho enfurecer a su padre.



—¿Cómo pudiste Seijuuro? — acuso aun estando en la cama del hospital donde había estado internado, semi inconsciente de su alrededor —Te crie mejor que esto—



—Estaba desorientado, solo sabía que debía, quería... tenía que hacerlo— no se estaba excusando, porque después de un par de días despierto, su resolución no había cambiado.



—Ya di una conferencia de prensa, obviamente mentí para salvar la poca reputación que nos quedaba—

—¿Qué fue lo que dijiste? — le pregunto tan nervioso como podía, pero sin demostrarlo.



—El mismo te lo dirá, lleva una semana despierto—



El Akashi mayor se levanto de donde estaba sentado. No miro mas a su hijo, estaba exhausto de el acoso mediático de medios que aun lo seguían. No estaba ya molesto, no podía hacer nada por cambiar los hechos. En cuanto salió, vio al pequeño castaño recargado a un lado de la puerta. Se veía tembloroso y por supuesto nervioso, seria la primera vez que vería a Seijuuro despierto. Le había visitado en un par de ocasiones, administrándole sus feromonas para que se tranquilizara y pudiera salir del estado feral en el que había entrado luego de lo que había hecho.



—¿Estás seguro de esto? — le dijo, pues no quería que su único hijo volviera a enloquecer



—Lo estoy— escucho con claridad.



Akashi Masaomi observo por el vidrio doble cara la interacción de los adolescentes, Furihata Kouki se veía tranquilo, sosteniéndole la mirada mientras hablaba y la mirada impactada de su hijo, pero el orgullo en el brillo de esta. Seijuuro había mordido al joven beta, marcándolo como suyo, misma acción que desencadeno su conversión a omega, cosa que; como cadena, provoco el celo en el castaño y luego de Seijuuro.



Kouki; portaba en su cuello la única joya de Shiori que no podía guardar para siempre en su duelo. Se trataba de la gargantilla que demostraba era el omega de un Akashi, no se trataba de una presunción, de algo que lo ataba como propiedad, sino como el mas precioso de las joyas, era decir "Lo mejor de lo mejor es mío, solo pueden mirar".

Seijuuro conocía la joya, pues la única pintura de Shiori en la sala lo demostraba.

Ambos se tomaron de las manos, Seijuuro aun en la cama y Kouki sentado en donde antes Masaomi se encontraba. Pudo ver el sonrojo leve en su hijo y la cara pintada en carmesí en el castaño.

Estaba seguro, después de todo lo ocurrido, esos dos serian completamente una pareja feliz.

AkaFuri week 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora