Amor a primer... ¡Cásate o te secuestro!

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4.- Akashi emperador/ Furi campesino

Un joven adolescente lo intimida con solo una mirada, Kouki se siente pequeño ante el escrutinio y sobre todo al ser llamado esposa de la nada.



Un joven adolescente lo intimida con solo una mirada, Kouki se siente pequeño ante el escrutinio y sobre todo al ser llamado esposa de la nada

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Kouki estaba aburrido, iba de visita a ver a su mejor amigo, el príncipe del reino vecino. Kuroko era muy divertido pese a todos los problemas que enfrentaba día con día debido a su posición en la realeza, pero eso no le impedía reír; aunque en sus facciones no se notara.



Kouki quería ser libre, quería viajar por el mundo, sin embargo; era alguien pobre. Vivía en lo profundo del bosque con lo necesario para vivir, no tenia el lujo de una enorme tina de baño de mármol con agua hirviente o vecinos con quienes hablar como las personas que vivían mas cerca del reino, pero Kouki era infinitamente feliz en donde estaba.

La naturaleza se respiraba en el aire puro cada mañana, en el aroma de la tierra húmeda por las mañanas, los animalitos viviendo en libertad. Kouki no recuerda y realmente no le interesa recordar, como fue que llego a ese lugar, un día simplemente estuvo ahí y ahí siguió.



Conoció a Kuroko en uno de los días en que fue al reino a vender las verduras que cosechaba; cosa que se le daba muy bien había que admitir, fue algo accidentado, pues el peli celeste huía de sus obligaciones. Rio como nunca esa tarde, feliz de haber hecho un amigo, solo para enterarse en su visita siguiente, que se había hecho buen amigo del próximo rey de Seirin.

El hecho no solo lo asusto, sino que cambio el trato con el joven príncipe, pues Kouki ya no era un niño; como Kuroko que tenia a penas 12 años; en ese momento, pues Kouki tenía ya 18 años. La única molestia y orden de Kuroko ese día, fue que quería seguir siendo tratado como un igual, como alguien normal alejado de su título y obligaciones, según le había dicho este; Kouki era alguien inocente y de buena voluntad, no quería nada mas que seguir siendo amigos.

—¡Furihata! — escucho en cuanto bajo del caballo en el que montaba, viendo como Kuroko lo saludaba, notando a un joven de la misma estatura a su lado que nunca había visto.

—Hola Kuroko-kun, me alegra volver a verte— le dijo en cuanto su caballo fue guiado a las caballerizas a descansar y todas las cosas que necesitara el animal.

—Quiero presentarte a mi buen amigo, ya lo has visto antes tengo entendido—



Kouki quiso hacer memoria de lo que se refería su importante amigo. De verdad lo intentaba mas su mente solo se quedaba en blanco, con el inicio de un posible dolor de cabeza. Siendo como era, el castaño se inclino para darle una reverencia, pues la enorme y brillante corona de piedras preciosas y oro, le daban a entender que estaba frente a una persona tan importante como aterradora.



—Mucho gusto, mi nombre es Furihata Kouki, su majestad— dijo con orgullo, al haber hablado con normalidad, alejando sus nervios ante el joven pelirrojo.

AkaFuri week 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora