🥗 ፧ 𝘀𝗲́𝗶𝘀 • ᴇɴsᴀʟᴀᴅᴀ ✦⁾

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Todos estos días, Jungwon ha estado comiendo cosas deliciosas a pesar de incluir ingredientes que odia. Sin embargo, el día de hoy tocaba algo que era asqueroso incluso para Jay, pero es necesario ya que se trata de un plato bastante sano, uno que deberían comer al menos una vez a la semana. 

Seguramente Jungwon lloraría al ver lo que tenía para comer. Aguantó el tomate y la zanahoria, pero estos tenían algo de preparación, por lo que el sabor cambia bastante. En cambio, una ensalada incluía alimentos crudos, así que el sabor y la textura resultaban un tanto desagradables. Solo que para no hacerle sufrir el doble, no añadió tomate ni zanahoria. Aunque con lo que ya había está seguro de que iba a sufrir de igual forma. 

La ensalada cuenta con lechuga, atún, cebolla troceada, una gotita de aceite y brócoli picado. A excepción del huevo, Jungwon odiaba todos los ingredientes. Se ve un plato demasiado verde para alguien tan carnívoro como Jungwon, especialmente porque odia a muerte las verduras. 

Pero Jay ya estaba preparado para aguantar su berrinche y convencerlo. Aunque, por suerte para él, Jungwon cumplió su palabra de no hacer berrinche en casa y simplemente se mantuvo sentado en el comedor mirando con notorio asco el contenido del plato. 

—Wonnie, iré a la pastelería y te traeré tus dulces favoritos —avisó con un tono suave para luego darle un besito en la cabeza—. Será tu recompensa si te comes la ensalada.

—¿Dulce favorito? —sus ojitos brillaron de emoción—. ¿Buñuelos de chocolate? 

—Sí. 

El menor se sintió algo conmovido. No había mejor recompensa que eso, así que cuando vió a Jay salir de casa, entró en un debate interno. 

La ensalada lucía bastante bien, pero el olor a vegetal hacía que Jungwon pusiera muchas muecas de asco. 

No quería comerlo, pero, ¡diablos! ¿Saben cuanto tiempo llevaba sin comer buñuelos de chocolate? ¡Casi un año! Y no solo eso, la pastelería donde se compran está a 20 minutos en coche. Ir y volver son exactamente 40 largos y aburridos minutos que Jay estaba dispuesto a gastar de su valioso tiempo solo para traerle esos dulces que tanto ama. 

El mayor se estaba tomando tantas molestias únicamente para hacerlo feliz, y es por eso que Jungwon se ve en la obligación de comerse la maldita ensalada. Y de verdad que lo intentó, pero solo con haber rozado un trozo de lechuga con sus labios le hizo soltar el tenedor y taparse la boca completamente asqueado. 

Quería llorar por no poder hacerlo, y de repente comenzó a lamentar muchas decisiones que ha tomado en su vida. Sí, una simple ensalada le estaba causando alto mental breakdown. 

Lamentó no haber comido todas estas cosas de pequeño para acostumbrarse antes y no tener que pasar por esa situación; lamentó haber separado la pequeña ensalada que le ponían en el plato cada vez que pedía pechuga de pollo en los restaurantes; lamentó haberle hecho fuertes berrinches a su madre para que esta dejara de darle verduras. Pero, sobre todo y lo más importante, lamentó el nunca haber adoptado un perrito al cuál podría darle esa ensalada que seguramente se la comería con gusto. 

No sabía qué hacer, pero comer la ensalada no era una opción, no cuando le estaban dando arcadas de solo imaginarse comiéndola. 

Por suerte tenía mucho tiempo para pensar antes de que llegara Jay, así que se puso manos a la obra y empezó a analizar todas sus opciones. 

⊱ 🥗 ⊰ 

Cuando Jay llegó a casa, no pudo evitar sonreír ampliamente al ver el plato vacío de Jungwon, y automáticamente le dejó esos deliciosos buñuelos de chocolate que tanto le gustaba. 

Pero pasó algo que lo dejó un tanto confundido, y es que el menor no se encontraba para nada emocionado al recibir los dulces, todo lo contrario, tomó la bolsita sin siquiera establecer contacto visual con Jay y la dejó a un lado sin intención alguna de probarlas. 

Jay no sabía a qué se debía esa actitud, pero lo dejó estar porque se encontraba muy alegre sabiendo que su lindo novio hizo su máximo esfuerzo para comer todita la ensalada. 

Durante el trayecto en coche se imaginaba varias situaciones posibles, entre ellas el que Jungwon no tocara para nada el plato o que comiera menos de la mitad. 

Honestamente, si solo comía un poco, ya era suficiente para él, pues sabía que las verduras estaban en el puesto número uno de todos los alimentos que asqueaban al menor. Con solo un bocado ya era un avance considerable digno de premiar.

Por eso le sorprendió que se haya comido todo. Estaba orgulloso de Jungwon, y lo demostraba al no poder eliminar su sonrisa mientras tarareaba animadamente una canción a la vez que hacía algunas tareas domésticas. 

Ese día a Jungwon le tocaba limpiar el baño y Jay debía sacar la basura. 

Incluso con la apestosa bolsa de basura en mano, no podía dejar de tararear. Hasta iba dando saltitos de camino al cubo de basura, que estaba a unos pasos de su hogar. 

Sin embargo, su emoción le hizo distraerse un poco y sin querer la bolsa de basura chocó tan fuerte con el buzón que Jay la soltó sin querer, haciendo que esta se abriera un poco por un ladito. 

Todo rastro de emoción fue reemplazada por disgusto, y los tarareos pasaron a ser maldiciones por tener que recoger todo. Y cuando se agachó para meter las pocas cosas que salieron en la bolsa, lo vió: 

Una gran bola de papel platino que se había roto debido al impacto. De ella salía un trozo de lechuga, así que Jay la abrió con curiosidad. 

Cuando se percató de que toda esa ensalada que había preparado para Jungwon estaba ahí, de repente fue invadido por una desagradable sensación de decepción. 

No le molestaba que no se la hubiera comido, sino que la haya tirado en vez de decirle que no podía comerlo. Admite que tal vez estaba muy empeñado en seguir el plan al pie de la letra, pero con una tranquila conversación al respecto, Jay sería capaz de ser más comprensivo y flexible con el menor. 

Ahora supo que es por eso que Jungwon no probó los buñuelos. Sabe que el castañito es tan puro que no podría aceptar una recompensa cuando realmente no las merece.

Al menos no es tan mal chico después de todo, ¿pero quien le quitaría a Jay el mal sabor de boca que le dejó esa pequeña e inocente traición?

Se siente lo suficientemente decepcionado como para no querer darle cariñitos a su novio, así que tendrá que esperar hasta que ese pequeño malestar emocional desapareciera.

Cosas de dramáticos.

Día 6, ensalada: ❌

꒰ Eat It! ✔៸៸  ᴊᴀʏᴡᴏɴ ᵃᵈᵃᵖᵗ •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora