MIRAI [Soukoku]

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—Según tu versión de los hechos, tu y cuatro de tus compañeros estuvieron involucrados en el incidente, ¿Verdad Nakahara-kun?

Chuuya esperaba sentado en la oficina del director, mientras asentía.

—Dazai-kun nos ha dicho una cosa distinta —habló su profesor, esperaba que su compañero hubiera dicho que él fue su atacante y ser expulsado—, lo que tú nos dijiste no cuadra para nada con lo que Dazai-kun nos dijo. Es bueno que intentes proteger a Dazai-kun de las consecuencias de sus actos, pero pudiste perjudicar de más a tus otros compañeros.

—¿Que fue lo que Dazai le dijo?

—Tu compañero nos contó que tuvo una disputa con tus compañeros, pero en ningún momento te mencionó a ti, no hasta que nos contó que llegaste al baño, los detuviste e intentaste auxiliarlo. Él nos dijo que tus compañeros te amenazaron con decir que también estabas involucrado o te harían algo peor a ti. ¿Es eso cierto, Nakahara-kun? Eres un buen elemento para la organización, no nos gustaría tener que sancionarte por mentir.

—... Es eso cierto señor... Él me dijo que si no me delataba como su cómplice me haría algo peor que lo que le hizo a Dazai.

—Tomaremos en cuenta su testimonio Nakahara-kun, puede ir a descansar ahora.

El pelinaranjo se sintió culpable de haberle mentido al profesor y al director, ¿Por qué Dazai lo había protegido?

Cuando llegó a su habitación descubrió a su antiguo compañero abandonandola con una caja llena de lo que parecían sus pertenencias, las reasignaciones de dormitorios se daban en casos de conflicto entre quienes compartían las habitaciones, o en caso de renuncia por parte de uno de los integrantes.

Debido al altercado con su compañero y lo que le hicieron a Dazai tenía sentido que los separaran.

Luego de una última mirada de molestia entró en el dormitorio. Y vio que Dazai se estaba instalando en él.

—Ni te molestes en agradecer, ya estamos a mano. Tu intentaste ayudarme y yo evite que te expulsaran.

—De igual modo no pensaba hacerlo.

—Si, pensabas hacerlo, eres medio idiota, pero no un maleducado o desagradecido.

—Como sea... Solo no me molestes.

Luego de quitarse los zapatos llegó a su cama y tomo el libro que estaba leyendo el día anterior, quería adelantar unas cuantas lecciones para que le asignarán trabajo de campo más rápido.

—Señor, yo tengo una duda.

—Adelante Nakahara-kun, estoy para responder sus cuestionamientos.

—Cuando estemos preparados para viajar, ¿Cómo sabremos hacía qué momento lo haremos?

—Esa es una pregunta interesante Nakahara-kun. Se puede saber de distintas formas hacía qué momento está transportando su consciencia, algunos lo hacen por simple coincidencia, de forma natural y sin cuestionarse llegan a la fecha prevista si es que estuvieron ahí. En mi caso, y seguramente será caso de muchos de ustedes, suele parecer una sesión de diapositivas, es difícil saber a qué momento transportará su conciencia si tiene mala memoria, pero en la mayoría de los casos, en el instante en que llega, su conciencia suele absorber los recuerdos del cuerpo ajeno de forma automática, teniendo la información necesaria para saber en qué lugar y momento se encuentra, quien es, y dependerá de usted desempeñar su misión.

Quería aprender a hacer viajes ya, sabía por los libros que necesitaba una concentración absoluta, así que mientras dejaba el libro en su pecho respiraba para comenzar a meditar.

—No lo vas a lograr, tienes problemas para concentrarte.

-—Más los tendré si no cierras el pico, bastardo.

-—Sé que no lo vas a lograr, ya estuve aquí, en dos minutos van a tocar la puerta, tienes una llamada, es tu hermano, tu padre está enfermo. No te importara. Cuando te digo esto te molestas, cuando toquen la puerta te levantaras e intentaras golpearme.

En serio necesitaba concentrarse, no quería oír la palabrería de Dazai, ¿Que tipo de mierdas inventaba? Él sabía que alguien como Dazai no podría haber aprendido a viajar antes que él.

Mientras intentaba regular su respiración, alguien llamo a la puerta.

Las ganas de darle un puñetazo en el rostro crecieron, pero no le daría la razón a Dazai, solo se levantó y abrió la puerta, el subdirector estaba ahí.

—Tienes una llamada, Nakahara-kun, en la oficina del director puedes tomarla.

Camino con el estómago hecho un nudo, no podía ser que Dazai tuviera la razón.

—¿Hola?

—Hola Chuuya, soy yo, llegó una carta acerca del incidente que tuviste en la capacitación, la oculte de mamá y papá para que no te digan nada. Sé más precavido por favor, no sé que tanto pueda seguir cubriendote.

—Gracias Takeo, y... ¿Papá está bien?

—Es raro que preguntes por él... Si, está bien, Paul le ha insistido mucho para que siga tomando su tratamiento igual que mamá. Tengo que irme, no te sigas metiendo en problemas.

Su gemelo cortó la llamada, la ansiedad había desaparecido, todo estaba bien.

El maldito de Dazai había mentido.

Regreso a su dormitorio con pasos apresurados, listo para golpear a aquél imbécil, lo de su padre no fue más que una maldita broma de mal gusto. Iba preparado para patearlo apenas cruzará la puerta, hasta que se le ocurrió una idea mejor.

Abrió la puerta con rapidez, sorprendiendo al castaño que con una sonrisa triunfal seguramente esperaba un grito de reclamo o algún golpe como venganza.

—Quiero que me enseñes a hacerlo. Si no lo haces pienso delatarte con Mori-sensei.

En ese instante, la sonrisa triunfal de Dazai desapareció dejando una seria mueca en ese rostro antes burlón y cínico.