Capítulo 6

752 33 2
                                    

Al otro día, Candela se despertó con las ideas mucho más confusas que el día anterior. Ayer, Victorio la había besado y todavía no estaba del todo segura porqué. Era su compañero de elenco, y un excelente actor, y quizás aquel acto se debió a que ella lo había encerrado en su departamento con ella cuando no se sentía cómodo, y más aún: en contra su voluntad. Quizás, solo había actuado.

Pero ella corría con la ventaja de haber experimentado en primera persona los besos actuados. Y había recibido los besos actuados de Victorio, específicamente, que a pesar de ser bastante creíbles, no se comparaban para nada con el de ayer: Aquel beso parecía intencionado, con deseo y pasión.

Aunque el deseo y la pasión, también podían actuarse. Y allí volvía a su teoría del principio.

Existía una única solución: Hablarlo con él. Y buscaría la manera que no se escapara de esa situación.

Fue a darse una ducha, sin esperanzas de esclarecer las ideas, y al salir, se cambió con un outfit bastante cómodo: unos pantalones frescos estampados, una remera blanca sencilla, unas zapatillas Adidas, se hizo un rodete en el cabello, se colocó sus anteojos de sol y finalmente tomó su bolso, las llaves de su auto, y se dirigió al estudio a grabar.

Al llegar, se dirigió a su camarín sin preámbulos y con pocas ganas de cruzarse con alguna de sus compañeras de elenco. Para su desgracia, ambas actrices que interpretaban a las hermanas Villa se encontraban allí.

- Buenos días – saludó Cande, de mala gana.

- Buenos para nosotras, vos no pareces muy feliz que digamos – bromeó Manu - ¿Pasó algo más allá de tus eternas peleas con Victorio?

- Ayer peleamos dos veces. Ya me está cansando un poco la situación de la eterna pelea. Hoy hablaré con él, y si no quiere que nos arreglemos, genial. Que se vaya al infierno.

- Guau – espetó Brenda – Para alguien que se rinde, no pareces muy relajada.

- Candela, se pelean siempre. Ya se le va a pasar, dale tiempo.

- ¿Tiempo? ¿Qué somos acaso, para que le dé tiempo? Es un pelotudo que cree que porque tiene siete años más que yo, tiene algún conocimiento extraordinario que yo no.

- ¿Entonces ese es el problema, Cande? ¿Qué Victorio recuerde que se llevan bastantes años? Es la realidad... Siete años son muchos años, Candela – le recordó Brenda.

- Pero a Victorio nunca le importó. Nosotras nos llevamos bien, y tenemos siete años de diferencia. Él y Gastón tienen siete años de diferencia y así y todo, se llevan genial. Es bastante jodido que ponga esa excusa solo en lo que respecta a nosotros dos.

Ninguna de las dos actrices pudo contradecirla. Manu suspiró dando a entender que esa charla estaba terminada, y le extendió un papel a la menor de las tres.

- Acá están tus horarios. Hoy tenés una escena con Facu, dos con Brenda, una con Vico y otra con Coral y las chicas – Vetrano asintió, y tomó el papel que se le ofrecía.

- Tengo un hueco de una hora. Ahí voy a hablar con Victorio.

Y sin más, dejó su bolso y se dirigió al piso de peinado y maquillaje.

Unas horas después, pasando el mediodía, Candela había rodado sus primeras escenas. Su panza ya era bastante grande en las grabaciones y le incomodaba de sobre maneras: En las próximas horas, o mañana, iba a deshacerse de esa bendita panza y por fin, iba a filmar su parto.

Después de almorzar, apurada, consiguió saber dónde se encontraba Victorio: en su camarín, repasando la próxima escena, mientras Gastón, su compañero, se encontraba grabando una escena con María Pía, y era el momento perfecto para encontrarlo con la guardia baja, y solo.

Detrás de cámarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora