Capítulo 3

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Un mes después...

La relación de amistad entre Victorio y Candela se había intensificado aún más en el último mes. Salían juntos entre dos o tres veces por semana, ya sea en grupo o en soledad. Habían podido juntarse a ver películas, ir a ver obras de teatro, e incluso ella ya había tenido la oportunidad de ir a ver el reestreno de la obra El diario del peludo, donde Vico era protagonista. Ella, a su vez, tenía grandes proyectos de modelaje, como la campaña de Sweet Victorian, entre otras.

Mientras tanto, compaginaban todo eso con su trabajo en conjunto: la reciente salida del personaje de Pablo Britcha (Peralta), la novela estaba alcanzando su cumbre. Y aunque ambos estaban bastante desvinculados de esa temática, el personaje Joaquín hacia algunas intervención es policiales, mientras que el personaje de Milagros siempre se encontraba atenta entre los eternos conflictos entre Betty y Paco, además de Lucila y Castro. 

Esa mañana, Candela llegó con sus anteojos de sol tapando la totalidad de su cara y un rodete en su cabello. Se dirigió sin preámbulos al piso de maquillaje, donde la adecuaron acorde a las escenas que debería hacer ese día. Si algo la hartaba, era la panza falsa que se debía poner cada día de grabación. Le daba calor y era totalmente incómoda: pero no había otra salida, su personaje estaba embarazada. 

Hoy el resultado era peor: Tenía que grabar una escena de una ecografía, así que la panza común se vería reemplazada por una más realista. Y por realista, se refería a más incómoda y más pegajosa. Se quitó la remera, las maquilladoras le colocaron la panza, y luego se puso una bata por encima, lista para que la peinaran y maquillaran acorde a lo que esperaban de esa escena. 

Mientras la peluquera le arreglaba su cabello, su gran compañero ingresó al lugar, ya vestido para rodar las escenas del día.

- ¿Cómo estás? - le preguntó, saludándola de lejos, ya que la estaban maquillando.

- Con ganas de patearle el trasero a tu personaje por dejar a mi personaje embarazada - le sonrió - Desearía que tú te pusieras esta maldita panza.

- La próxima avísame, y te embarazo de verdad, así no tienes que soportar la panza ficticia. 

Ella se echó a reír. La amistad que habían forjado era tan fuerte, que esos chistes eran con doble sentido para todos, exceptuándolos a ellos. Cualquiera que los escuchara, podía creer que coqueteaban, pero nunca era así.

- Mejor soportar una panza ficticia y un hijo ficticio contigo, a uno real - esta vez, él fue quien río.

- Tendrías que estar feliz. Mi personaje dejará de trabajar para acompañarte a la ecografía.

- Es lo mínimo que puede hacer. Tu personaje me embarazó - bramó ella. 

- ¿Cómo te fue con la campaña de Sweet Victorian? ¿No eran ayer?

- ¡Sí! - gritó ella, recordando - Valen Zenere te manda saludos. Quiere que nos juntemos algún día. Nos extraña mucho.

- Yo la extraño también. A todos, en realidad. Ya pasaron cinco años - suspiró. 

- Sí - sonrió ella - Me llevo muy buenas personas de allí. Cuando tenga las fotos de la campaña te las muestro. La fotógrafa me dijo que iba a enviarme algunas apenas las descargue.

- Cuento con ello - le guiñó un ojo - El viernes fue Lali a ver la obra. 

- ¿En serio? ¡Hace mucho que no hablo con ella! 

- Conociéndote, hablaste con ella hace veinte minutos por whatssapp, Candela.

- Aish, no es lo mismo. Seguro me junte a comer con ella el fin de semana - le comentó.

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