Capítulo 10

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La noticia de que Victorio D'Alessandro y Candela Vetrano salían se había propagado por todos los rincones de la Argentina. Las fanáticas estaban más que satisfechas y lo divulgaban por las redes sociales, disfrutando del momento que habían esperado después de tantos años.

El tiempo había pasado, y pronto Julio había hecho su aparición. Lali Espósito, la mejor amiga de Candela, estrenaba su obra de teatro de Esperanza Mía¸ y como no podía ser de otra manera, la delgada tenía que acompañarla y apoyarla. Para su mala suerte, Victorio no la pudo acompañar.

- ¡Perdón, Cande, pero tengo compromisos! Otro día te prometo que vamos los dos juntos.

- Él estreno es hoy, Victorio. No voy a ir otro día.

- Yo también tengo ganas de ir a ver a Lali, y a Marian, y a todo el elenco, pero no puedo. Después me paso por el festejo, si querés. Es más, te dejo en la puerta del teatro.

- De acuerdo – bufó ella, tomando su cartera – Vamos porque si no voy a llegar tarde.

La castaña se subió al asiento del acompañante, y comenzaron a dirigirse hacia la calle Corrientes donde el teatro Opera Allianz abría sus puertas. Al llegar, Candela notó la gran cantidad de periodistas que estaban en la puerta.

- Mierda – musitó – ¿Sos consciente de que me vas a dejar arreglarme con todas las preguntas a mí sola? ¿Y si digo algo que no te agrada?

- No me puedes convencer, porque tengo que trabajar, flaquita. Ahora sí – ella le sonrió – Te deseo suerte, y cualquier cosa que digas sobre nosotros, por mí estará bien. Éxitos a los chicos.

- Gracias – respondió ella, y besó cautamente sus labios, para luego bajarse del automóvil.

Al comenzar a caminar hacia la puerta, pudo toparse con varios famosos que iban al estreno vip, entre ellos, María del Cerro y Eugenia Suárez, junto a su panza y su pequeña hija Rufina.

- Hola, chicas – las saludó la castaña con un beso y abrazo – Hola, Rufina, mi amor ¿cómo estás?

La pequeña sonrió, cautamente a una mujer que veía de vez en cuando.

- ¿Y Victorio? ¿No pudo venir? – preguntó Euge, ya enterada de lo que acontecía entre ellos.

- Tenía compromisos con sus laburos – bufó Candela – Pero entonces será un teatro de chicas.

Comenzaron a caminar hacia donde se encontraba el cúmulo de personas con cámaras y micrófonos haciendo entrevistas. Pronto, se encontraron con una de las noteras de los programas teen que tanto los seguía cuando grababan Casi Ángeles, y la misma no pudo evitar detenerlas a las tres.

- ¡Euge, Mery, Cande! ¡Por acá! – las llamó - ¿Cómo están, tanto tiempo? Euge, ¿ella es la famosa Rufina? ¡Está enorme!

- Sí, sí. Es ella. Cada día más grande, ¿verdad? – soltó una de sus risas características – Vinimos a acompañar a Lali en este momento tan importante de su vida. Ella estuvo laburando conmigo en el momento que Rufi nació, y es como una tía para ella.

- Hubo muchos rumores de que ustedes estaban distanciadas, ¿no es cierto?

- ¡Claro que no! Con Lali siempre tuvimos nuestras diferencias, porque somos de chocar mucho con las personas. Pero nos adoramos, y cada una vivió la vida de su modo. Quizás, ella no estaba de acuerdo en un principio con que sea madre tan joven, pero sé que todo lo hacía porque ella siempre busco lo mejor para mí. Somos como hermanas. A Lali la adoro, y es por eso que estamos hoy acá.

- ¿Y en lo que tiene que ver tu relación con David Bisbal, el cantante español? ¿Están separados?

- Prefiero no hablar del tema. Aunque creo que todos hondan en lo irremediable. David ama España, y yo amo mi país. Además, cuenten con que yo tengo una hija que no merece alejarse del padre. Con Nico siempre mantuvimos la idea de que separarnos no significa que nuestra hija tenga que lidiar con todas las consecuencias.

Detrás de cámarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora