Sakura.
Estamos frente al altar, te ves guapísimo con ese traje negro. Casi parece imposible que hace algunos años solo fueras mi maestro pero ahora estás a punto de tomarme como esposa.
Tu sonrisa, aunque no es visible por tu máscara, se nota claramente.
Tu rostro es felicidad pura, sin dudarlo soy muy afortunada de tenerte.
Pero, no puedo evitar que mis ojos se humedezcan, sé que tal vez arruinaré el maquillaje que Ino me hizo con tanto esmero, pero no puedo evitarlo.
Tus ojos analizan detenidamente mi reacción y sin quererlo tu propia mirada empieza a apagarse.
Sé que te rompe el corazón cuando lloro otra vez por él.
Lo siento, no puedo evitar que aparezca de nuevo en mi memoria, respiro profundo, intento calmarme, sigo caminando hasta a ti y extiendes tu mano hacia mí, la tomó y vuelves a mirarme.
-Estás hermosa, Sakura. - Me dices mientras sonríes de nuevo, tu felicidad es notoria.
Has sido tan comprensible, has sido tan bueno.
Te devuelvo la sonrisa, pero notas mi cuerpo temblar.
Te hago pasar más de lo que uno debería.
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Meses atrás...
-Jamás podrá superar su muerte, Gai. - Suspira roncamente, sus ojos están apagados, si la tristeza tuviera un rostro, definitivamente sería el de Kakashi.
-Pese a que no me agrada ella, sé que es un proceso difícil, ella presenció todo y no es tan fácil olvidarlo. Es mejor que te desprendas de ella y quizá buscarla cuando ella pueda dejar todo atrás.- Intentaba animarlo, pero parece que el objetivo fue hecho al revés.
-Creo que jamás podrá dejar atrás nada, que jamás podrá amarlo.- Se tomó el último vaso de wisky y se paró de su asiento. -Nos vemos, Gai.
La noche ya había caído en la ciudad, el clima parecía asemejarse a su estado de ánimo. Las nubes grises se habían hecho espacio por los cielos y la lluvia no se hizo esperar.
Fácilmente podría tomar un taxi para llegar más pronto a su casa y así evitar empaparse, pero no lo hizo, la lluvia era fría y él apenas lograba sentirla. Seguía a un paso lento, pesado.
Por fin llegó a la puerta de su hogar, ese hogar donde justo hace un mes empezó a compartirlo.
-Estoy en casa.-Dijo, pero no obtuvo respuesta alguna. Sabía de sobra que probablemente la chica ya estaba dormida, era algo normal, pero sería solo unos breves instantes.
Se quitó la ropa húmeda y se dejó caer sobre el sofá.
Llevaba exactamente 30 noches sin poder dormir bien.
El trabajo solía dejarlo exhausto, pero eso era mínimo a lo que pasaba por las noches, que tristes eran sus noches.
Un grito desesperado resonó en la estancia de la habitación de arriba.
-¡Sakura!- Corrió a su lado.
De nuevo esas pesadillas, esas pesadillas que no la dejan, que la atormentan, que hacen de su vida un caos.
-Tranquila, estoy aquí, contigo.- Susurró Kakashi mientras intentaba calmarla.
-¡Sasuke-kun!- Un grito lastimero, dolido y lleno de dolor.
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Tiempo actual.
Pov Sakura.
Hicimos nuestros votos y me diste un beso jurando amarme hasta la muerte, sé que aún estás resintiendo mi manera de temblar cuando te acercaste a mis labios.
