Hogwarts Revengers || Tokyo Revengers (BL)

Estrellas

El día estaba yendo bien, la exposición de Navidad fue un éxito, consiguieron treinta nuevos formularios de inscripción para el club de Artesanías y la capa de invisibilidad, en la que trabajo por meses, al fin estaba lista. El día estaba yendo demasiado bien y faltaban menos de nueve horas para que terminara.

Al día siguiente partiría el Expreso Hogwarts a Londres para dar inicio a las ansiadas vacaciones de invierno. Así que era normal encontrar los pasillos más abarrotados que de costumbre y las escaleras mágicas chirriando a cada minuto. Los estudiantes comentaban a viva voz donde pasarían los días festivos y que planeaban para la nochebuena. Mitsuya por su parte, pasaría las festividades con sus hermanas, quienes actualmente estaban bajo el cuidado de la Ryoko Baji, lo que en consecuencia, situaba sus siguientes días junto al más imprevisible de sus amigos.

Término de acomodar las telas de los estantes y los utensilios de costura en sus respectivos cajones. Los atuendos expuestos esta mañana estaban cuidadosamente doblados y guardados en cajas decoradas. Una inevitable sonrisa surcó su rostro al recordar que nada de eso sería posible sin la ayuda de Hakkai. El menor al principio estuvo más rígido que un pino de Navidad, pero bastaron algunos pulgares levantados de Yuzuha y Mitsuya para que se relajara.

Estaba a punto de cerrar la puerta tras de él cuando cuatro personas lo empujaron de vuelta al salón y dieron un portazo con ellos dentro.

Aturdido miró interrogante a sus amigos. Mikey y Baji traían expresiones exaltadas, Kazutora tenía esa sonrisa en su rostro que indicaba "chisme", y Draken lucía apenado por la actitud de sus amigos.

— ¡¿Es verdad lo que dicen, Mitsuya?! — inició Mikey.

— Honestamente no lo culpo, Mitsuya aquí presente no es de piedra, solo hay que tener los ojos bien puestos y nadie dejaría pasar una oportunidad así — comentó Kazutora con picardía.

— ¡Cómo pudiste, Mitsuya! — Baji parecía haber sido ofendido personalmente de la manera más horrible.

— ¡Él no haría algo así! — replicó Mikey — Claramente fue envenenado.

El Ravenclaw cada vez entendía menos de que hablaban.

— Cállense los tres — interrumpió la disputa interna sobre lo que sería o no capaz de hacer — ¿de qué carajos hablan?

— Lo lamento, Mitsuya, intenté convencerlos de no armar un escándalo — intervino Draken —. Verás, en el almuerzo comenzó a correrse un rumor, no sabemos qui-

Fue interrumpido bruscamente por la mano de Mikey sobre su boca.

— ¡¿Es verdad que sales con Ran Haitani?!

El aula quedó en silencio mientras trataba de procesar lo hilarante de tal afirmación y encontrarle algún sentido.

— Él que calla concede... — murmuró Tora.

— ¡No! — Baji parecía haber recibido una bludger de lleno en el estómago — ¡¿Por qué con esa cosa horrible?!

— Tan horrible no es... — Kazutora merecía un premio por candelero.

— Fue amortentia ¿verdad? — el más bajo lo tomó de las mejillas para examinar sus ojos, como si fuera a encontrar rastro de alguna droga en ellos —. No debimos dejar que pasaras tanto tiempo cerca suyo por ese ridículo castigo. Encontraremos la cura y te vengaremos, Mitsuya — afirmó con convicción.

— Agh maldición ¡Cállense! — se soltó del agarre de Mikey y miró enojado al trío de escandalosos — ¡No! ¡Por supuesto que no tengo nada con Ran! ¡¿De dónde demonios sacan algo así?!

Los tres parpadearon para luego soltar una exhalación y liberar la tensión en sus hombros.

— Rumores — respondieron al unísono,