Luna fue una temporada a Estados Unidos para probar como es la vida allá en el mundo del baile que es lo que le apasiona. Jamás se imaginó que por una contratación, por un baile y una mirada su mundo daría un giro tan grande hasta el punto de sentir...
Bajo las escaleras y veo a todo un equipo de guarda espaldas sacando y recargando armas y explosivos.
No lo puedo negar, primera vez en toda mi vida que siento temor de que ocurra algún enfrentamiento. No puedo permitir que le pase algo a mi Luna.
- Chicos — Hablo fuertemente para que todos puedan oírme— Necesito que se organicen y vigilen los puntos de acceso hacia la propiedad, en especial el del cuarto de La Reina— Todos asienten y en unísono se escucha un fuerte "sí señor"— Jack.
- ¿Señor? — lo miro y aún no puedo creer que este hombre siga a mi lado. Ni yo sé cómo me aguanta. Le agradezco mentalmente a diario y espero que él lo note (cosa que es imposible). Le entrego mi arma y dirijo mi mirada hacia las escaleras para que entienda que quiero que se la dé a Luna. No subo yo porque sé que está asustada y si la miro de esa manera no voy a poder dejarla. Jack asiente y sube, espero que no tenga la necesidad de utilizarla.
Camino hacia una de las habitaciones que tiene la casa y al abrir la puerta suelto un gran suspiro. ¡Dios! Yo solo quería pasar unos días tranquilo con el amor de mi vida y ahora estoy en esto. Restriego mis ojos y procedo a ver que armas llevaré.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me coloco un chaleco y procedo a escoger 4 armas. Dos estarán a cada lado de mi cintura y dos en cada pierna muy bien escondindas. Salgo y camino hacia el cuarto de vigilancia para revisar las cámaras y saber si se logra ver claramente quienes tratan de llegar a nosotros pero al entrar me decepciono de inmediato, no se logra ver absolutamente nada a primera vista. Se ven unas camionetas oscuras estacionadas como a eso de uno o dos kilómetros pero algo más capta mi atención y es qué hay un hombre caminando hacia la casa pero no reconozco en lo absoluto ese rostro.
Veo que le siguen un grupo de muchachos y me sorprendo enormemente al ver quiénes son.
- Maldita sea— todo este protocolo y son los estupidos amigos de Luna. Agarro uno de los walkie-talkie que están en la habitación y suspiro fuertemente — Aborden la misión muchachos, repito, aborden la misión.
Salgo de la habitación azotando la puerta con mucha fuerza tratando de descargar un poco la tensión que siento. Gracias a Dios no son quienes pensaba que podrían ser pero igual siento frustración, ya quiero acabar con todo esto. Veo como los hombres siguen en su posición esperando una señal o una explicación.
- Falsa alarma, vuelvan a sus posiciones — todos asienten y se dirigen a su respectivo lugar. Veo a Jack y le hago señas para que me siga a mi despacho — Necesito saber cómo carajos ellos saben dónde estamos y lo necesito para YA.
- Si señor. ¿Los dejo pasar?— asiento y jack sale de mi despacho.
Subo las escaleras y veo que aún hay guardias afuera del cuarto de mi pequeña, les pido que se retiren y tomo una gran bocanada de aire para poder entrar y transmitirle tranquilidad a Luna.
