CAPÍTULO CUATRO

165 72 293
                                    


Son las 06:00 horas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Son las 06:00 horas.

Ayer, en cuanto llegué me tomé una de las pastillas que me facilitó el doctor Howard, la cual me ayudó dormir. Ni siquiera abrí la nota de Richard, estaba demasiado cansado y abatido como para seguir enfrentando esta nueva realidad.

Apenas desperté, me di un baño, arreglé mi habitación, y a treinta minutos de la hora acordada con el Coronel Bosch, ya me encuentro listo; sin embargo, aún es demasiado temprano así que, aunque no me siento listo para leer la nota, sé que debo hacerlo lo antes posible: tenerla aquí es un riesgo, por lo que después de varias vueltas por la habitación, me siento y abro aquel pedazo de papel.

Apenas desperté, me di un baño, arreglé mi habitación, y a treinta minutos de la hora acordada con el Coronel Bosch, ya me encuentro listo; sin embargo, aún es demasiado temprano así que, aunque no me siento listo para leer la nota, sé que debo ha...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sigue la corriente, sobrevive, y lo más importante: no confíes en nadie.

Dentro de dos meses, cuando todo se calme, te veo en el cruce del Fraccionamiento Cuatro y el Tres.

Te contactaré para indicarte la hora.

R.

Me percato de que el penúltimo símbolo lo tenía Gerardo en el hombro y el último lo tengo yo; no estoy seguro de lo que significa la descripción que viene después, pero el día de nuestros resultados, nos los tatuaron.

No puedo conservar esta nota, necesito deshacerme de ella, sin embargo, antes debo memorizar los símbolos y números, así que me pongo a repetirlos una y otra vez y cuando lo logro mi reloj da las 6:45. Saco del cajón un encendedor y le prendo fuego al pedazo de papel. Para las 6:55 ya he tirado las cenizas en el retrete y he ventilado la habitación, por lo que salgo y me dirijo a la oficina del director.

La Academia se encuentra vacía, salvo por unos pocos coroneles. Hace quince días se terminó el año escolar, fuimos a casa, y ayer lunes diez de agosto se realizaron las pruebas a los jóvenes de veinte años; el día de hoy se les entregarán sus resultados, por lo que ayer la Academia volvió a sus labores con la realización de las pruebas.

Llego a la oficina, llamo a la puerta y la abro solo un poco; el director Bosch se encuentra sentado tras el escritorio con una taza de café entre sus manos.

PROTOTIPO CR-6: CONTROLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora