CAPÍTULO VEINTISÉIS

65 28 65
                                    


 A las 23:00 horas nos encontramos en el punto acordado, justo cuando vislumbramos sus siluetas a cinco metros

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A las 23:00 horas nos encontramos en el punto acordado, justo cuando vislumbramos sus siluetas a cinco metros.

Nos saludamos y Alan es el primero en preguntar por Lexa. Le explico que su abuela mandó una camioneta por ella, además de que ella misma quería constatar sus palabras a acerca de su abuela, él asiente.

Hablamos de nuestro plan para la distracción y por fin Richard le pone fecha a la acción. Dentro de tres semanas. Exactamente, el lunes diecinueve del siguiente mes.

—¡¿Qué?! —suelto claramente disgustado—. ¡Richard ya no podemos aguantar tanto. Estamos en la mira ¿entiendes?! Lexa ha tenido un fuerte enfrentamiento con Sullivan, eso nos deja a los tres desprotegidos.

—No podemos apresurar las cosas. Necesitamos que nos den tres semanas más. ¿Pueden?

Jacobo suelta un largo suspiro

—Haremos cuanto podamos —respondo más controlado.

No hablamos demasiado, hacemos lo posible por acordar lo más rápidamente todos los detalles. Para las 23:45 horas, nos despedimos.

Incluso mi casa, que una vez considere mi lugar seguro, se ha vuelto la zona de riesgo. Por la tarde mi madre nos recibió con lágrimas y nos fue inevitable no flaquear ante su cobijo. Nos dio un beso a cada uno y agradeció que fuéramos a visitarlos.

Cuando entré en la casa lo primero que hice fue voltear al lugar donde Gerardo dijo sus últimas palabras, mi estómago protesto y las lágrimas brotaron.

Tanto Jacobo como yo nos instalamos en mi habitación, porque fuimos demasiado cobardes para tan siquiera abrir su cuarto.

Entramos a casa en silencio, subimos las escaleras y una vez arriba nos dormimos sin decir nada. Supongo que el silencio es la respuesta más adecuada para este momento.

Me levanto temprano, no estoy seguro si es por la rutina o, porque simplemente el recuerdo de Gerardo en mis brazos me impide volver a dormir

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me levanto temprano, no estoy seguro si es por la rutina o, porque simplemente el recuerdo de Gerardo en mis brazos me impide volver a dormir.

Bajo a buscar a mi padre. Desde el funeral de Gerardo no he hablado con él y está claro que tenía cosas que decirme. Mi madre está en la cocina preparando el desayuno, es mujer maravillosa.

PROTOTIPO CR-6: CONTROLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora