𝐔𝐍 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 𝐅𝐄𝐋𝐈𝐙 | ❝ A él le gusta ella, a ella le gusta él, todos los sabemos, excepto ellos. ❞
Sirius Black: Engreido, mujeriego, arrogante, testarudo, casanova, idiota... esas son solo algunas de las palabras con las que Sabrina describ...
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" Dice que en un futuro serás una Black, tiene la sensación de que tu y mi hermano... "
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SIRIUS SALIÓ CORRIENDO de la cocina con su tazón de cereales en la mano, volco algunos en el camino y en cuanto salió de la habitación una criatura se acercó al desastre que había hecho el niño para limpiarlo, murmurando insultos hacía Sirius.
El elfo observó a Sabrina cuando notó su presencia. Su rosto parecía fastidiado por la niña frente a él. Levanto una sarten que estaba cerca de la mesa y se acercó a la castaña, comenzando a pegarle en las piernas con esta ya que no alcanzaba a más.
—¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Hay ladrones en la casa! ¡Ladrones!
—¡No vengo a robar! —exclamó la chica desesperadamente para que cesaran los golpes—. Soy amiga de Regulus y...
—¡Ahh! —exclamó el elfo sorprendido, tirando la sarten con la que le había pegado a Sabrina—. Ama Sabrina, Kreacher lo siente tanto. Kreacher le pide disculpas. ¿Podría disculpar al tonto de Kreacher la ama Sabrina? —rogó el elfo, arrodillandose frente a Sabrina y comenzando besar sus zapatillas. Sabrina se sorprendio por esto y lo tomó en brazos para apartarlo.
—Por supuesto que perdonó a Kreacher, no hace falta que hagas eso; solo estabas protegiendo la casa de los Black, eres un gran elfo.
Kreacher sollozó en los brazos de la niña al escuchar aquello.
—La ama le dijo a Kreacher que es un gran elfo. Kreacher no se merece que la ama Sabrina lo alague.
—Kreacher está... mmh... —Sabrina no sabía que decirle a la pequeña criatura que se abrazaba a su cuerpo llorando.
—Kreacher —llamó alguien más y el elfo se apartó rápidamente de la castaña.
—Amo Regulus —exclamó este.
Sabrina volteó a ver a la puerta y efectivamente allí estaba su amigo. Ella sonrió y se acercó a él a paso veloz para abrazarlo.
—¿Paso algo, Kreacher? —le preguntó Regulus al elfo aún abrazando a su mejor amiga.
—Nada, amo Regulus.
—Perfecto, ella es Sabrina Johnson; mi mejor amiga.
—Ya tuve el placer de conocerlo, Reg —dijo ella, separandose del cuerpo de su amigo.
—Genial, vamos; te muestro la casa —le dijo él comenzando a caminar para salir de la cocina.
Sabrina lo observó mientras lo seguía, el chico había cambiado bastante, gano mucha altura y su cabello ahora estaba más largo y formaban unos tiernos rulitos que lo hacían ver tierno a los ojos de la chica.
Siguió al chico hasta la sala y luego a las escaleras. Luego de subir al piso superios, pasaron por un pasillo que en las paredes tenía diversos cuadros de magos en movimiento que miraban a la chica curiosa. Sabrina llegó a sentirse incómoda por los murmullos que se escuchaban.
—¿Quién es esa flaquilucha?
—Que horrible pelo.
—Debería ir a la peluquería.
—¿Regulus se junta con gente así?
—¿Cuantos años tiene?
—Parece de diez.
La castaña bajo la cabeza sonrojada, Regulus lo notó.
—Lo siento, no estan acostumbrados a las visita. Durante años solo hemos sido nosotros y a veces vienen mis primas y mis tíos —le dijo él apenado.
—¿Tienes más primas además de Narcissa?
—Sí, Bellatrix y Andromeda. A ella no la veo hace mucho, la sacaron del árbol genealogico de la familia porque se caso con un nacido de muggles —comunicó y tras la mención de la chica, los murmullos de los cuadros hablando de Sabrina pasaron a ser exclamaciones de molestía por pensar en la chica.
—Oh.
—Sirius dice que están esperando una hija; Andromeda y su esposo, pero no lo sé —dijo él luego de pasar el pasillo de los cuadros.
—¿Quienes eran los de los cuadros?
—Miembros de mi familia. Cada Black tiene uno.
—¿Tu tienes uno? —él asintió—. ¿Puedo verlo? —el chico rió ante la petición, pero igualmente asintió otra vez y comenzó a caminar hasta una puerta y la abrió. Los dos entraron.
Los ojos de Sabrina se iluminaron. Era una enorme biblioteca. Las estanterías estaban repletas de libros, había unos sillones negros al lado de una chimena y una mesa de madera. Cerca de la puerta había un escritorio y una silla para este.
—Es una biblioteca pero mi padre también lo usa como un estudio —informó este al notar el desconciertó de la chica.
Justo encima del escritorio había un enorme cuadro, en el estaban pintados el señor y la señora Black, Sirius y Regulus. Los cuatro tenían caras serias y elegantes trajes de gala. La señora Black estaba sentada en una enorme silla que parecía un trono, el señor Black estaba detrás de ella parado, Sirius a un costado también de pie y con los brazos detrás de la espalda, Regulus estaba al otro lado de la mujer, con una mano en el hombro de esta.
—Ven, te muestro el árbol genealogico.
Sabrina volvió a seguir a su amigo hasta que llego a una habitación. Las paredes estaban cubiertas por un enorme tapiz de un árbol y en las ramas estaban los miembros de la familia y sus nombres.
—Aquí estan mis primas —dijo este señalando a tres mujeres bordadas—. Narcissa, Bellatrix y... Andromeda —el bordado de ella estaba quemado, con un gran aujero en medio—. Mi madre lo quemo y lo apuñalo cuando se entero de la traición de mi prima. Mis tíos, Druella y Cygnus, se encargaron de eliminar todo rastro de mi prima de la familia, normalmente no se habla de ella, es como si no existiera. Narcissa sufrió mucho la expulsión de su hermana, por eso no hay que mencionarla frente a ella —Sabrina asintió, comprendiendo.
—Mira, aquí estas tu —le dijo ella, queriendo cambiar de tema, mientras apuntaba con su dedo.
Regulus estaba junto a Sirius y debajo de sus padres.
—Sí. Narcissa dice que algún día tu estaras en este muro.
—¿Qué? —aquello la había desconcertado.
—Sí, dice que en un futuro serás una Black, tiene la sensación de que tu y mi hermano...
—Ni hablar, no lo digas —lo cortó ella con disgusto. ¿De verdad pensaba eso?
—Bueno, dice que si Sirius y tu no terminan juntos entonces ella misma se casará contigo para que estes en el árbol.
