Día 7: Patadas

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Después de estar separados durante dos semanas, se extrañaron mucho, por lo que la pasión y el amor no se hizo esperar.

— No te preocupes Sasuke-kun, Naruto no tardará en llegar, estoy segura — explicaba con paciencia, pues Sasuke estaba pasando por un momento algo depresivo.

Llevaba varios días únicamente acostado en el sillón, sumergiéndose en su propia miseria.

Al principio creyó que solo era por las hormonas, pero luego se dio cuenta de que le faltaba algo, le faltaba Naruto.

— Cállate Sakura, ya no me hables — extrañaba las dulces, tiernas, hermosas, lindas, bellísimas, encantadoras y perfectas caricias que su rubio le daba, extrañaba todo de él.

— Bueno, pero mira el lado bueno, cuando-

— ¡Naruto! — se levantó de una.

— Si, cuando Naruto llegue, yo sé que-

— Cállate, Naruto ya llegó — agrego feliz.

Sakura se preocupó, no había nadie más que ellos dos, a lo mejor ya estaba alucinando.

— No, Sasuke-kun, no está aquí.

— Ya llegó a la aldea, es obvio, puedo sentir su chakra — su lindo y cálido chakra.

— ¿Puedes?

— Por supuesto, su chakra es único.

— Oh, bueno en ese caso, creo que... Ah — grito cuando la puerta la golpeo violentamente.

— Sasuke — hablo el rubio que entró por la puerta, a pesar de que Sakura se encontrará en el suelo, solo la salto.

— Naru — le sonrió al rubio, pero prefirió quedarse sentado, tenía 5 meses ya, por lo que prefería ser más cuidadoso.

— Mi amor, te extrañé tanto — susurro una vez que estuvo cerca de su rostro.

— Yo igual, no vuelvas a irte usuratonkachi.

— No lo haré.

Con delicadeza tomo su rostro, dando suaves besos en su mejilla, en un camino hasta llegar a sus labios, en dónde sello un beso un poco más profundo.

Sasuke rodeo al rubio con sus brazos tratando de profundizar mucho más el contacto, lo necesitaba.

Naruto no lo dudo mucho, metió su lengua para disfrutar el sabor a su esposo, sin pensarlo empezó a acariciar parte de la piel del azabache, principalmente su espalda dando tiernos masajes.

— Ahgh... — gimió separándose del beso, junto en el momento en el que el rubio decidido ir más abajo — Naru... Mm... Te... Te necesito...

— Sasuke... Te extrañé demasiado...

Con delicadeza recostó a Sasuke en el sillón, no quería lastimarlo de ninguna forma, estaba listo para ir mucho más allá.

— Ehem — se escuchó la tos fingida de Sakura — Sigo aquí — hablo con obviedad.

— Pues vete... — alcanzó a decir el azabache, antes de volver a tomar los labios de su pareja.

— No pues de nada, no hubo problema en cuidar de Sasuke — hablo sarcástica, pero fue inútil, aquel par ya estaba en otro lado, con un suspiro y antes de salir más traumatizada, se fue de ahí.

— Ahhh... Hazme tuyo Naruto... Por favor...

Se sabe que no hay que separarlos por mucho tiempo, por algo tuvieron a su hijo tan rápido, experiencia hay.

A la mañana siguiente, cuando Sasuke se despertó agradeció infinitamente que su rubio estuviera ahí durmiendo a su lado, si no fuera por el dolor en el trasero que tenía, sería una mañana perfecta.

Con pesar se sentó en la cama, aún estaba algo cansado y adolorido, por diferentes cosas.

Naruto se despertó un rato después, él tenía un poco más de energía, pero de igual forma le gustaba estar acostado junto a su esposo.

— Oba-chan dijo hace dos semanas, que ya se podía mover, ¿Lo has sentido? — pregunto curioso.

El azabache negó, digo podía sentir movimientos dentro de él, pero alguna patada fuerte, aún no.

— A lo mejor quiere que se lo pidamos, ttebayo, debe de ser un niño tranquilo y obediente.

— Lo dudo — estaban hablando del hijo de Naruto, eso no era posible.

— Bebé, Sasuke no cree que vayas a ser un niño obediente, o niña obediente, pero yo sé que si, ¿Puedes patera a tu papá? — pregunto felizmente, aunque la petición fuera extraña.

— Naruto ya te dije que eso no va a funcionar-

— Yo sé que sí, confío plenamente en mi hijo o hija, porque...

— Naruto.

— ¿Qué paso?

— Funciono.

— ¿Eh?, ¿Qué funciono?

— El bebé, imbécil, el bebé pateó — casi le grita al rubio al cual le cuesta entender ciertas cosas.

— ¿En serio? — pregunto entusiasmado, e inmediatamente puso su mano en el vientre del contrario.

— Vuelve a hablar — susurro Sasuke.

— Bebé, puedes moverte otra vez, papá no lo sintió.

En ese momento otra pequeña patada se sintió, un poco más fuerte que la anterior.

— ¡Lo sentí! — grito el rubio, Sasuke lo sintió más, casi podía decir que le dolió, pero lo dejaría pasar.

— Bueno al menos espero que sea un bebé obediente, y no como otros que conozco.

Eso esperaba, pero la verdad conociendo la genética del rubio, no sabía que iba a pasar, pero si de algo estaba seguro es que se comportará como se comportara, o sea como sea, no importa porque lo ama, lo ama más que todo en el mundo.

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