Our garden

**Spring**

-Charlie, ¿podrías ayudarme a subir estas gardenias al estante de arriba?-

La voz de una chica sonó dentro de la pequeña tienda de flores llamando la atención de un pelinegro de ojos azules.

-Ya voy Anne¡¡-

Charlie Spring salió detrás de un montón de rosas blancas con algunos pétalos en el cabello, y apresurado acudió en la ayuda de su compañera de trabajo.

Tomo las gardenias acomodadas en bellos floreros de cristal soplado de colores y ágilmente las coloco sobre el estante que solicito la joven.

-Woe Charls, no creería que eres un floricultor por la fuerza que tienes- alabo la chica que admiraba el trabajo del pelinegro.

El nombrado solo sonrió apenado. - Oh vamos Anne. Que sea un floricultor no significa que deba ser débil o delicado.-

Así es, los floricultores eran una casta que producía flores de cualquier tipo, y estas emergían conforme a los sentimientos y emociones de dicha casta. La chica hablo de aquel tema de la fuerza debido a que los floricultores usualmente eran personas delicadas y un poco mas débiles que el resto, sin embargo, Charlie no era de esa manera pues poseía algunos músculos y podía levantar cosas de cierto peso.

-Tu eres una come flores y no pudiste poner las gardenias en el estante- sonrió el joven con sarcasmo mirando a la jovencita.- No "creería" que eres una come flores Anne-

La chica sonrió divertida también pues sabia que su amigo podía defenderse solo, eso era algo que le agradaba de el.

-Bien jugado Charlie. Ahora vamos antes de que tu madre venga y nos regañe por no abrir la tienda a tiempo. -

El joven asintió y siguió con su tarea de arreglar las rosas.

La florería Spring era famosa por sus hermosos arreglos de flores, cosa extraña por que si bien los floricultores podían generarlas, no era NADA cómodo para ellos llevar dicha tarea pues estas emergían de lugares que podían llegar a ser dolorosos o vergonzosos.

Entonces la familia Spring tomo las riendas de aquel tema y decidió llevar a acabo un negocio de flores con la esperanza de hacer felices a todos sin tener que abusar de los floricultores.

Pero había un detalle...

-HOLA¡¡- un hombre llego a la tienda mirando la variedad de flores que posea la tienda.

-Hola, buenos días. ¿le gustaría algo en especial?- atendió Ann.

El hombre la miro y de inmediato se dio cuenta de su casta. -Si¡ estas flores, ¿de que tipo de floricultor son?- pregunto entusiasmado.

La chica suspiro, era uno de esos de nuevo.

Sonrió amable. - Disculpe señor, pero esas flores no son creadas por floricultores. Son de invernaderos normales y son cultivadas normalmente.- aclaro.

El tipo hizo una mueca extraña y de pronto sus ojos se posaron en Charlie que acomodaba un arreglo de petunias y margaritas. Se dirigió a el con rapidez ignorando a la chica.

-...Carajo, otra vez no...- suspiro enojada esta vez y yendo en la misma dirección.

-HOLA¡¡- saludo efusivo de nuevo asustando un poco al pelinegro.

-eh, h-hola Buenos días señor...- Charlie dejo su tarea para atender al "cliente".

-Oye, ¿Qué clase de flores haces pequeño?- pregunto atrevidamente.

Algo mas que era una regla tanto para floricultores y come flores era que el dar a conocer el tipo de flor que generaban era sumamente personal e intimo. No se le decía a cualquiera a menos que fuera familia o el lapel.