Cap. 15

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Cuenta Satoru....

- Satoru.... - escucho a Bruno decir, el acaricia mi frente dejando de lado los mechones que cubrían mi cara - te quedaste dormido.

LATIDO!

Mi cara inmediatamente se pone colorada, y me encojo tratando de que las sabanas me ocultasen por la inmensa verguenza que sentía.

- ¿Estás bien? ¿No te duele nada? - pregunta.

- ¡¿Por qué siempre preguntas eso?! Yo estoy bien - recrimino quitando las sábanas de mi cara.

- Solo estaba un poco preocupado - sus orejas se le tornan coloradas y evita mirarme.

- Tenemos que alistarnos para ir a trabajar - balbucea.

"Que mal momento para acordarse de la realidad" pienso. Bruno se levanta de la cama y comienza a vestirse, ver su amplia espalda hace que mi corazón de fuertes brincos y no puedo evitar clavar mis ojos en el. Era demasiado apuesto.

Me perdí tanto en mis pensamientos que quedé inmovil en la cama bruno me mira de reojo, vuelve a agacharse y pone una mano sobre mi mejilla.

- Te quiero Satoru

- uh?! - me exalto. La verguenza retorna nuevamente coloreando mi rostro.

"Lo habíamos hecho.... en un momento crítico.... mientras intentaba borrar sus penas con cada caricia."

"Desearía estar así por siempre"

"Solo los dos....."

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Varios días después.....

Tal como Bruno me había sugerido que hiciese puse mi departamento en venta. No me dejó si quiera acercarme a el, Bruno se encargó de todos los arreglos y yo de las legalidades con el nuevo dueño. Era un alivio deshacerse de ese lugar pero en parte me rondaba la idea de qué haría después que Bruno tubiese que irse, ya solo faltaban dos meses, pero a pesar de haberselo mencionado en varias ocasiones el insistía con que me llevaría con el a Italia, eso quería decir que toda mi vida en japón pasaría a otra página, de alguna forma comenzaba a entristecerme ya que me gustaba mi trabajo y debía pensar la mejor forma de avisarle a Kibari-san.

Cada día el trabajo en la oficina se iba acumulando con los nuevos contratos y responsabilidades que Kibari-san iba dándome. Me estaba volviendo más competente en mis labores, habían depositado más confianza en mi..... pero ¡¿cómo debía decirles que pronto, dentro de dos meses más me iría de Japón?!

- Satoru? - dice Kibari-san llamando mi ateción - ¿está todo bien? Acabas de engrampar tu corbata junto con las hojas

- mmmm? Ah! Si - respondo avergonzado, evitando mirarlo.

- ultimamente pareces muy preocupado.

- No es nada - fuerzo la sonrisa y me levanto de mi escritorio para ir a colocar las hojas en su respectivo folder.

- ¿Va todo bien con Bruno? - su pregunta me estremece y miro al suelo.

"Claro que todo iba bien, solo que.... me avergondaba decir que planeaba irme con el Italia, temía que Kibari-san se enojara"

- ¿Kibari-san usted cree que mi relación con Bruno dure? - pregunto cabiz bajo.

- ¿A qué te refieres?

- No es que me esté tratando mal ni nada, el es muy amable conmigo, hasta me riñe como una madre por lo inutil que soy con la limpieza pero poco a poco me esta enseñando y bueno....

"Soy tan feliz asi que tengo miedo de que desaparezca"

- los cocineros son estrictos con la limpieza, Sergio es asi, es demasiado quizquilloso que a veces me molesta.

- la limpieza no es lo que me preocupa.... sino el futuro.

- ¿Por lo que Bruno se va a ir dentro de dos meses? - dice Kibari-san poniendose serio.

- si... pero... ¿si yo me voy con el usted se molestaría? - Kibari-san no dice nada y su silencio me pone nervioso - Me apena que esté entrenandome con tanto esfuerzo para que ni siquiera me quede en la compañía, no me parece justo hacerle esto - agrego.

- No se puede evitar, eres el único pupilo que he tomado a mi cargo que no me ha hecho renegar, siempre has sabido lidiar con los problemas sin pedir mi ayuda... no tengo porqué molestarme, además el presidente te aceptó en la compañía por hacerle un favor a tu madre, el siempre quiso que aprendieras aqui sin pedir nada a cambio, creyó que te ayudaría como entrenamiento antes de irte a la compañía de tu madre, asi que desde un comienzo has sido libre de irte.

-.........

Las palabras de Kibari-san me dejan abatido y sin saber que decir, era demasiado sabio y amable, si pudiese me gustaría seguir trabajando a su lado.

Escucho que Kibari-san suelta una leve risa, levanto la vista y el me sonrie - Lastimosamente... tendré que pedirte que te quedes un poco más y alcances a Bruno en Italia porque por falta de personal capacitado tendré que seguir necesitándote.

No sabía si sentirme feliz o triste, era como sentir un rayo de esperanza que hace enrojecer mis mejillas y asiento con la cabeza muy contento aceptando.

Una vez acabado mi trabajo me encamino a la escuela para contarle la noticia a Bruno.

Al estar en las afueras de la escuela diviso a Bruno hablando con alguien que estaba dentro de un auto negro.

Palpitar!
Siento una fría corriente recorrer mi columna y una extraña sensación de miedo me invade.

- Deja de buscar a Satoru! Si te atreves hacerle algo yo no dudaré en contar la clase de persona que eres a tu esposo - dice Bruno entre mezclando Japonés con italiano, el estaba demasiado serio como si le faltase un motivo más para estallar su enojo, me detengo a unos tres metros de el. El conductor del auto anuncia a la persona que hablaba con Bruno e inmediatamente pone el auto en marcha.

Al pasar el auto por mi lado trato de ver a la persona con la que habló Bruno, tenía unos largos y castaños cabellos, labial rojo sobre su típica sonrisa y su siniestra mirada..... era Haruka.

Mi cuerpo comienza a temblar. Todas las imagenes de su ultimo ataque regresan a mi mente hasta que un fuerte tirón me trae nuevamente a la realidad.

- Satotu..... - dice Bruno muy preocupado.

- ¿Qué hacía Haruka aqui?

"¿Por qué preguntar algo bastante obio?"

Bruno no dijo nada, me jaló hacia el para abrazarme.... fuertemente, cada vez que respiraba el me oprimía con más fuerza entre sus brazos.

- Demonios! - dice con rabia y por unos buenos minutos no deja de abrazarme.

Volveré por Ti - Yaoi [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora