Taehyun estaba un poco estúpido ese día. Bueno no un poco, muchísimo.
Llegó tarde porque se quedó dormido e hizo una vergonzosa aparición frente a todos sus cocineros cuando ya estaba todo listo y tuvo que pedir disculpas rojo de la vergüenza. Se confundió de zapatos y anduvo por la cocina con unas converse más viejas que la reina Isabel, casi se corta un dedo, se le quemó su salsa especial y si no hubiera sido por Serim también se hubiera carbonizado la langosta. Regó sin querer un poco de agua sobre la estufa y tuvo que pedir disculpas cada dos segundos por lo distraído que andaba. Tenía la cabeza en todas partes menos en su lugar y ya sentía que todos sus cocineros lo juzgaban con la mirada por su indisciplina. Eran cosas que nunca, bajo ningún termino, le pasaban a Taehyun Ni siquiera en sus días de aprendiz le habían pasado cosas así. Él destacaba por su orden nítido e impecable perfeccionismo.
Pero al igual que todos sus empleados te preguntarás;
¿Por qué un tipo tan estricto consigo mismo y orgulloso al punto de rozar el narcisismo se encontraba tan imbécil?
Bueno, traía la cabeza en algo, más bien en alguien. Una cosa enana de ojos grandes, cabello castaño esponjoso y piel aterciopelada que no paraba de hablar con ese llamativo acento italianizado. Acertaste, un pequeño Beomgyu daba giros en su cabeza por todas partes como un hámster en su rueda desde el momento en el que cruzó la puerta para irse. El recuerdo de su piel dorada brillando con la luz dorada de la tarde, el suéter enorme que solo dejaba ver sus dedos, la risa que le había regalado porque si, el temperamento impredecible, pícaro y juguetón, la voz grave expresiva y los ojos brillantes bajo las pestañas largas. Pensaba en cada palabra que intercambió con el chico, cada fragmento del momento y en qué resultó extrañamente dulce y reconfortante aunque estaba sudado, irritado y amargado. Pero en ese momento se sintió como nunca, acompañado. De hecho, después de eso sí sintió un ligero des estrés y por fin desde hace mucho tiempo, pudo dormir tranquilo esa noche.
Pensaba en Kai y que maldita sea, tuvo razón en lo que dijo. Tal vez lo que necesitaba era poder cocinar con simpleza como antes lo solía hacer y un paladar simple al que impresionar fácilmente, quizás y así por fin conseguiría la inspiración que le faltaba, sin embargo no pensaba exactamente en eso. Su cabeza divagaba en si podría volver a ver de nuevo a ese bonito chico argentino. Se preguntaba y preguntaba, pero siempre llegaba a la misma conclusión de que las posibilidades de encontrarlo eran mínimas, casi nulas. No sabía dónde vivía ni tampoco tenía manera alguna de contactarlo. Con suerte sabía su nombre y no era probable que vuelva a encontrarlo en el puesto de hamburguesas porque tal vez ese día solo fue pura coincidencia. Se apegaba a la idea de no buscarlo porque simplemente era imposible pero si quisiera ¿Cómo encontrar a alguien tan pequeño en una ciudad tan grande como Barcelona? ¿Por dónde empezaría si quiera? El destino estaba siendo demasiado cruel al haberle dado la oportunidad de conocerlo pero no darle ni el más mínimo indicio de que volvería siquiera a pronunciar su nombre. O tal vez las cosas estaban destinadas a ser así, una persona pasajera que le alegró un poco la vida pero que no vería jamás. De esa gente que uno conoce y por más que deseé ser más cercano a ellos por mucho más tiempo jamás volverán y su existencia solo queda como un vago recuerdo en la memoria como el anhelo de volver en el tiempo y pronunciar las palabras que se quedaron estancas en su garganta. Era una lástima, muy dentro de sí mismo le había agradado el chico.
De repente el reloj ya marcaba las nueve y el restaurante ya estaba cerrando, todos lavaban y acomodaban los platos, guardaban la comida y se quitaban los uniformes quedando con la ropa común que solían usar todo el tiempo. Poco a poco cada uno fueron despidiéndose de Taehyun y del resto del personal hasta que ya no quedaba nadie más aparte de él en ese profundo silencio.
- Buena noche, señor Kang.- Escuchó la voz de Kai antes de salir desde la puerta trasera. Taehyun quien estaba guardando algunos platos no regresó a ver, solamente le siguió la despedida sin regresar ver.

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𝐋𝐀 𝐑𝐀𝐓𝐀 𝐃𝐄 𝐁𝐄𝐎𝐌𝐆𝐘𝐔 ❛𝓣𝓪𝓮𝓰𝔂𝓾❜
DiversosTaehyun Kang es un reconocido chef de Barcelona y su restaurante está a punto de conseguir la quinta estrella Michelin pero la amargura de lo ordinario lo ha bloqueado y no logra crear nada que lo haga merecedor de esa estrella. Y Beomgyu es un migr...