𝗟𝖮𝖵𝖤 𝗚𝖠𝖬𝖤 ❛ Niki x JungWon

𔘓uno𔘓

Niki sonrió al ver una sonrisa en el mayor al ganarle por tercera vez, ya era hora de que fueran a casa, pero sabía que el mayor no querría hacerlo. Y aunque quisiera mentirse a sí mismo intentando convencerse de que era tarde él tampoco deseaba irse de allí.

En cuando JungWon miró a Niki, notó que este tenía un gesto serio, haciendo que riera y eso sacará a Niki de sus pensamientos.

— Es hora de irnos Wonnie —El mayor negó con su cabeza— Ya es tarde —Se alejó un poco de la máquina, esperando que el mayor dijera algo.

— Una partida más Kiki, sólo una —Hizo un puchero y junto sus manos frente a su rostro en forma de súplica, haciendo que el corazón de Niki saltará.

— Wonnie, es tarde —El mayor se acercó más al menor, haciéndole ojitos— Bien, la última y nos vamos —El más bajo sonrió orgulloso por su victoria y abrazó al más alto, para luego acercarse nuevamente a la máquina. Niki por alguna razón sentía una felicidad inexplicable cada vez que JungWon sonreía y lo abrazaba.

— Dejaré que ganes esta vez —Sonrió el mayor, haciendo que Niki riera y asintiera. Si tan solo el mayor supiera que Niki lo deja ganar, todo seria diferente.

Ambos continuaron jugando un par de partidas más, realmente era tarde, pero el regaño que recibiría Niki valía completamente la pena al lograr ver sonreír al mayor por más tiempo. Quizás debía acostumbrarse a gastar tanto dinero en el mayor, pero a veces trabajar para que sus padres le den algunas monedas era costoso, y un poco doloroso. No entendía porque lo hacía, pero amaba ver esa sonrisa y ese puchero en el mayor. Simplemente amaba pasar tiempo con JungWon y aunque eso le costará dolores de espalda por cargar cajas y algunos cortes por cortar el césped valía completamente la pena.

Ambos caminaban en dirección a la casa del mayor, mientras este le contaba al menor la cantidad de veces que había ganado. Niki se sentía feliz, amaba lo suficiente a JungWon como para acostumbrarse a simplemente verlo sonreír por esos juegos que compartían juntos.

— Nos vemos mañana Kiki —Sonrió el mayor, mientras se despedía con la mano.

Niki
espero que este entrara y comenzó su camino hacia su casa, posiblemente lo regañarían, y él lo sabía, pero su corazón se sentía feliz y eso era lo único que importaba. Esos regaños no eran más que ruido de fondo al recordar la preciosa sonrisa del mayor.