Capítulo II - Un lobo al acecho

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- Así que esta es la guarida de "Los Lobos".

El sonido de sus tacones derrapando en el aparcamiento del club Howl confirmaron a Buffy Nakamura que no había vuelta atrás. Mucha gente se dedicaba a fumar fuera o charlar al pie de la acera mientras ella apenas podía prestar atención a sus propios pensamientos. La musica alta y las voces a su alrededor la apabullaron por un instante.

Exhaló aire.

Tener que ejercer de espía no era una tarea fácil. Todas se habían ofrecido, pero de ningún modo iban a ser ellas. Era Buffy, como la jefa, quien debía infiltrarse en su entorno con el único propósito de esclarecer la verdad. Es decir, encontrar al cabrón que había causado tal desgracia en sus vidas.

Debía ser cuidadosa y no joderlo.

Y en cuanto lo tuviera entre sus manos...

- No te precipites.- se repitió en voz baja como un mantra.- No te dejes llevar por la ira, Buffy.

El tono de su móvil "HateFuck de Cruel Youth" aplacó su enfado.

Alejándose unos metros del ruido, presionó el botón verde:- ¿Que ocu...?

- ¿Estás segura?- fue lo primero que Angel preguntó nada más contestar.- No te lo voy a preguntar dos veces así que responde.

Molesta apretó el aparato entre sus dedos.

- No dudes de mí.

- No lo hago.- espetó.- Por eso cumplo con preguntartelo, cielo. Es peligroso.

- Mejor preocúpate de lo que os he encargado.- masculló.- Cuida de las chicas por mi y asegurad el club hasta que regrese.- Al otro lado del teléfono, Angel carraspeó.- Ya lo advertí. Nada de llamadas, mensajes, ni señales de humo. Yo contactaré con vosotras, no vosotras conmigo.- repitió muy seriamente.- Si me veis en la calle...

- Ni te conocemos.

La cortó por segunda vez.

Por supuesto. Habían repetido esas frases tantas veces durante las últimas cuarenta y ocho horas que ya estaban escritas a fuego en sus tercas cabezas. "A martillazos si es preciso"- las había amenazado en la sala de billar, lugar de reuniones y fiestas privadas, no mucho antes de partir.

- Ten cuidado y si sucede algo...

-...iremos a por ti.- y colgó.

No, eso no era lo que iba a decir.

Buffy se quedó con el móvil en la mano contemplándolo como una estúpida, luego simplemente suspiró y observó el panorama que tenía delante.

Todas sus fuerzas cobraron sentido.

- Vamos allá.

El cartel de neón iluminó su rostro. Ella dejó su moto en la esquina más apartada asegurándose de que no fuera demasiado vistosa. Había tomado prestada la moto de K para que no la relacionaran con la suya. Para sus conocidos no era un secreto que jamás salía a la calle sin ella.

- ¡Hey, guapa!- la llamaron desde la acera.- ¡Bonita moto! ¿Quieres compañía?

- ¿Tengo cara de que me intereses?- Ella arregló su melena y lo miró con una ceja arqueada.- Búscate a otra.

- Zorra.

"Había empezado bien la noche."- se golpeó mentalmente.- "Su respuesta había salido sin pensar."

Estaba tan acostumbrada a tratar con tipos imbéciles todos los dias que ya no sabía diferenciar a los tipos "meramente" buenos de la basura.

¿Cómo se las iba a arreglar ahí dentro?

ÁNGEL DE SEDUCCIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora