𝐑𝐮𝐢𝐧𝐞𝐝 𝐰𝐞𝐝𝐝𝐢𝐧𝐠

𝐓𝐫𝐞𝐬

Se permitió mirar de arriba a abajo el delgado cuerpo de su prometido cuando salió de la ducha, comenzando a vestirse con su pijama y humectando su piel frente al espejo, pensó que no era real.

Y cuando lo sintió acostarse a su lado en la cama, se sintió afortunado de poder casarse con un chico tan hermoso y dulce como él.

—¿Tu padrino confirmó su presencia? — Preguntó masajeando sus manos con crema atento a la respuesta de la persona de su lado — Jamie.

—Sí, con su novio.

—Bien — Se recostó y dio un fuerte suspiro, Harry pensó que está nervioso —. Eso es bueno, es raro que sea tanta familia tuya, me hace sentir raro.

—Mi familia no es tan numerosa y casi todos ya tienen su propia vida, es normal que no estemos tan cercanos los unos con los otros.

—Sí — Ladeó su cabeza sobre la almohada masajeando por encima de su cuello con la crema que aún no se absorbe en sus manos —. Sabes que para nosotros es esencial la familia y hasta casi es una obligación llamar hasta al primo más lejano para desearle feliz cumpleaños o feliz santo.

—Es unida, eso es lindo.

—Es numerosa, muchos regalos en que pensar.

—Si es por algo bueno, el dinero no importa.

—Lo sé, Harry, lo sé —Respondió girándose para darle la espalda —. Es solo que a veces al ser tan unida y numerosa deja de ser personal, ¿entiendes? Si ellos se ponen de acuerdo y todo debe ser azul, aun cuando a ti te guste el rojo... debe ser azul.

—Amor...

—Como sea — Se estiró para apagar la lámpara de su lado en la mesita de noche —. Ellos te aman, todos y cada uno de ellos te aman, no sé qué hiciste, pero te aman.

—Me siento afortunado de agradar a tantas personas, es difícil.

—Sí, perdón por eso — Se acurrucó mejor entre las sábanas —. De todas formas, en la boda serán ciento cincuenta invitados míos y solo conoces a no sé... tal vez ¿cien?

—Probablemente.

—Tengo mucha familia en el extranjero, así que te presentaré con ellos después de la boda —Bostezó tapando ligeramente su boca —. Casi todos son tíos ya adultos y algún que otro primo que está estudiando a las afueras, la verdad, es que no lo recordaré hasta verlos a la cara, no te preocupes.

Intentó no preocuparse.

—Es nuestra última noche juntos antes de la boda — Harry susurró pasando sus fuertes brazos alrededor de la estrecha cadera del hombre a su lado.

—Lo sé.

Mañana por alguna tradición de los Malfoy un día antes de la boda no podían verse, dormir en casa separadas, tener una despedida de soltero y al otro día verse únicamente cuando dirán el sí, acepto.

—Nos veremos en nuestra boda, cariño — Susurró besando delicadamente la sien del chico que suspiró cansado.

—Buenas noches, Harry.

— 0 —

Harry casi no pudo dormir, solo casi porque al recordar que mañana por la noche sería su luna de miel y debe no dormir aquella noche, se obligó a hacerlo hoy.

Después de la despedida de soltero, nada relevante a decir verdad, se acostó en lo que antes era su habitación, aún manteniendo lo que él a sus tal vez dieciséis o diecisiete le pareció asombroso de pegar en las paredes, él hoy a su veintiséis años cree que fue una mala decisión en ese entonces.

Ni siquiera recuerda por qué tiene un afiche de una mujer semidesnuda en la pared si desde siempre le han ido más los penes.

Cosas de adolescentes.

Le causa risa que su madre aún tenga el cuarto intacto, como si fuese algún tipo de burla a que él en la adolescencia hiciera de todo para gritar hetero cuando realmente es demasiado, demasiado, demasiado homosexual.

Se dio vueltas en un intento de acomodarse en la pequeña cama, su cuerpo lo suficientemente largo para esa cama que soportó a un Harry de solo diecisiete.

Y entonces... el día llegó.

La boda es hoy.