Quimera: Un descenso al ascenso

Capítulo 2: Cambio de planes.

Enero 2019: 10 años para el gran día

Genial, hoy será un día especial, finalmente podré dejar mi trabajo, y dedicarme a mis propios proyectos, es algo valiente, sí, pero es momento de dar un paso adelante hacia mi libertad financiera y emocional. Me siento nervioso, puede que sea apresurado, pero como siempre me ha dicho mi padre, la peor decisión es la que no se toma.

Bien, lo haré, es la primera vez que mis manos sudan tanto. Muy bien, no más rodeos finalmente entregaré mi renuncia, ¡al fin saldré de esta jaula corporativa!

-Te sucede algo Solomon?, es raro verte acá en recursos humanos, pero, ya que estás aquí, dime, ¿En qué te puedo ayudar?"

-Disculpe...disculpe señora Valentine, ve...venía a por unas copias, pero creo que deje los archivos en mi oficina, mejor vuelvo al trabajo, no quiero retrasarme.

-Descuida, suele pasar, pero ¿Qué es esa hoja de papel que tienes en tus manos?

- ¿Esto? Nada, solo es basura, no se preocupe por nada, ¿sabe qué? Debería volver ya a la oficina, no quisiera tener problemas con el señor Valentine.

¡Mierda! No puedo creer que no pude entregar la carta. Trabajé en ella por una semana y simplemente me congelé. Esa señora puede ser intimidante, y que decir de su cara, proyecta un sarcasmo demasiado grande, que casi toca la azotea. Estuve tan cerca, realmente estuve tan cerca, no puedo creer que no lo haya hecho, era mi boleto a la libertad.

Se que es mi primer trabajo y que lo tengo desde que tenía 18, pero sé que puedo lograr algo allá afuera, el mundo no puede ser tan cruel. Es increíble como te sientes en una jaula con las alas cortadas en un lugar donde te sonríen porque te dan un cheque a final de mes.

Está bien, no moriré de hambre, pero hacer todo esto me frustra, trabajar, pagar la renta, no enfermarme, y seguir, es tétrico cuando lo digo de esta cruel forma. Pero de momento es la única oportunidad que tengo sobre todo porque, debo hacerlo por quienes me importan.

Dios, no he podido dormir en una semana. Trabajo de aquí a allá, no es nada sencillo, pero estoy seguro de que en algún momento mi plan a largo plazo funcionará, y lo hará en grande. Debo tener paciencia, mucha paciencia.

Bien, ahora debo ir a la oficina del jefe, es extraño. No recuerdo la última vez que me llamaron por su propia voluntad, esto sólo puede significar malas noticias. Lo conozco lo suficiente para saber que es un imbécil, pero temo más a su esposa, ella es el verdadero monstruo.

- "Siéntate muchacho, debo ser franco contigo. Como verás, han sido tiempos difíciles y realmente no sé cómo decirte todo esto, pero igual lo haré. La empresa ya no es lo que era, las ventas han bajado muchísimo, pero nos preocupa mucho el bienestar de nuestros trabajadores y es por ello por lo que tiempos difíciles requieren que hombres fuertes, tomen decisiones aún más difíciles."

- "No logro entenderlo bien señor Valentine, no me asuste, realmente no quiero perder el trabajo sobre todo ahora que lo necesito mucho. Ya sabe, para ayudar a mi pequeña hermana".

- "No es nada de eso, descuida, eres una pieza fundamental en esta empresa y no podemos desistir tus servicios, pero sí que haremos grandes cambios. Quería decírtelo personalmente porque... necesito que estés del lado de nuestro equipo. La señora Valentine organizará una reunión con todos tus compañeros, incluyéndote obviamente, pero yo no estaré. Debo irme de viaje un mes, y ella es la que se encargará de estos asuntos chico.

- Ya veo señor, está bien, lo tendré en cuenta. Espero tenga un buen viaje, y que todo le salga bien, hasta luego.

Es impresionante. Es increíble como un sujeto dueño de una empresa no sea capaz de encarar a sus trabajadores. Ahora se va de viaje, y me cuenta todas esas tonterías de que la empresa no está siendo lo que era, mientras sus hijos presumen de excentricidades en el extranjero, y sus poderosos autos deportivos. Claramente algún problema gigante se viene para nosotros, así que sólo puedo esperar lo peor. Ya veremos qué sucede.