00 - Minatozaki

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En algunos casos salir a tomar un poco de aire no está de más, el estrés se acumula y la vida se vuelve un poco mas dura. Liberarse un poco es en ocasiones mas que necesario. Y esa era exactamente la situación en la que una joven se encontraba.

Aquella chica había salido con un abrigo que le ayudara a protegerse del frío durante su corta caminata, los debiles rayos de sol que aún lograban atravesar las nubes lograron chocar con el delicado rostro de la fémina, haciendola entrecerrar los ojos ante la repentina luz que recibió encima de ella, pero se sentía algo tranquila, justo lo que necesitaba. Bajó con cuidado las últimas escaleras que separaban el edificio en donde vivía de el resto de la ciudad, esperaba conseguir algo bueno con ese corto tiempo que iba a disfrutar estando afuera. Pues esos últimos dias fueron mucho más ajetreados de lo que se esperaba, su cabeza se había vuelto un desastre y sentía que nadie podía ayudarla en ese momento; se tomó su tiempo para tomar todo el aire que pudo para posteriormente expulsarlo por su boca, el vapor salió inmediatamente, demostrando la baja temperatura que había en ese momento, esperaba salvarse de cualquier tipo de tormenta que pueda haber en tan solo unos momentos, el cielo estaba nublado, eso ya era suficiente advertencia, entonces ¿Por que salir ahora? Ella ni siquiera estaba segura, esa era la cantidad de desesperación que residía en ella.

Sin esperar mucho más comenzó a dejar que sus piernas la guiaran hacia literalmente, cualquier lugar, no había rumbo. Se quedó mirando todo lo que tenía a su alrededor, analizando a cada persona que tenía al lado, y pensando en cada aspecto que debía mejorar en su vida, o al menos intentarlo. No llevaba ni dos meses con su novio y ya estaba segura que iba a terminarle en cualquier momento. La verdad no mucho tiempo atrás recordaba haber estado nerviosa de confersarle sus sentimientos, lo mucho que su mejor amiga le gritó para hacerlo de una vez por todas, y lo feliz que se sintió cuando aquel chico le correspondió, dando inicio a su relación. Ahora ahí estaba, en medio de la ciudad pensando en que tal vez no estaba tan enamorada como creyó estar en un principio. Pero no quería ser mala, sabía que su novio es un muy buen muchacho, siempre tan atento, dócil y amable, intentaba darle detalles e invitarla a salir cada vez que le era posible, es muy difícil encontrar a un hombre así, por lo que realmente le tenía mucho aprecio a Shinwon, pero lo que sintió por el tal vez fue solo atracción y no verdaderamente amor.

Le gustaría poder hablar sobre eso con su mejor amiga, pero estaba consiente de que así solo lograría confundirse aún más, de todas maneras estaba hablando cada vez más poco con ella, y nunca sería capaz de decirle nada al chico, así era la situación. Debía mantenerse en silencio hasta tenerlo al frente y aclarar las cosas.

De todas maneras no quería meter a Jihyo en sus problemas, no otra vez, ella no debía ser quien se encuentre en medio de una relación que no es suya, así que obligarla a cumplir el papel de intermediaria no sería algo muy bueno, no podía usar a su amiga de esa manera, no otra vez.

Su caminata se detuvo en frente del famoso río Han, escuchaba la corriente fluir a su propio ritmo —El agua debe estar muy fría —. Dijo para si misma. Estaba prácticamente sola, apenas habían tres o cuatro personas cerca de ella, y con razón, la verdad no era un clima para estar caminando por fuera simplemente por aburrimiento, pero al decir verdad sí era de su agrado estar ahí por más frío que se sienta el ambiente. Se sentó en una banca que daba vista hacia el otro lado de la ciudad, atravesando el río, cerró sus ojos lentamente, dejándose llevar por el bajo sonido que este tenía, no era nada fuerte ni mucho menos incómodo, era algo que lograba transmitirle bastante paz. Su nariz ya estaba bastante fría gracias a toda la brisa que recibió durante el trayecto y podía sentirlo, muchas de sus extremidades estaban congelandose lentamente y el viento no mostraba piedad, haciendose cada vez más agresivo. Deseaba quedarse ahí y dejar que el frío la consumiera, quedarse recostada en el suelo y olvidar todos los problemas que debía afrontar. Estaba siendo cobarde, un poco sí, pero ¿A quién no le gustaría dejar todo atrás por el mayor tiempo posible? Sus ojos se abrieron ante un pequeño estruendo que anunciaba una tormenta. Parecía profeta al lograr predecir el clima para si misma. No tenía mucho tiempo por fuera, por lo que se negó a ponerse de pie para regresar a su deprimente apartamento, era lo mejor que podía hacer.

Bad Idea! || SAHYODonde viven las historias. Descúbrelo ahora