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Apenas escuchó lo que Anakinn le dijo dejó todo y fue hasta el hospital dónde su esposo había sido llevado, sabía que algo así pasaría pero esos idiotas se atrevieron a ignorar sus advertencias.

Al llegar al hospital lo primero que hizo fue preguntar por el paciente "Khun Vegas Theerapanyakul" la enfermera le informó que había sido llevado de emergencia a cirugía y que que no tenía un pronóstico hasta que el médico diera el informe, suspiró largo y trató de tranquilizarse.

Se sentó en la sala de espera, minutos más tarde su suegro estaba sentado al lado suyo.

— ¿Por qué mandó a Vegas a cerrar ese trato? Si tan sólo me escucharán nada de esto estaría pasando.

— Nunca sale herido pero no se que pasó esta vez.

— El hecho de que haya salido ileso en muchas ocasiones no significa que siempre va a ser así, es humano no una puta máquina que puede esquivar lo que se le cruce.

— Korn quería que Vegas y Anakinn hicieran ese trato.

— Espero que Korn este de rodillas rogando que mi esposo salga vivo porque si no es así no va a tardar mucho en irse por el mismo camino.

— Por el bien de la familia espero que Vegas pueda resistir.

— Eso espero — Volvió a suspirar, quizás se la pasaría así y no pretendía parar porque estaba ansioso, demasiado.

Las horas se le hicieron eternas, no comió y apenas tomó algo, su suegro lo acompañó durante todo ese tiempo hasta que el doctor por fin llamó a los familiares así que se pusieron de pie.

— El señor Vegas tuvo dos impacto de bala muy cerca del corazón, con la cirugía logramos reparar los daños y estaremos al tanto de su recuperación, esperemos que despierte pronto.

— Gracias — Nunca se había sentido tan aliviado como en ese momento — Puede regresar a su casa, me quedaré aquí.

— No dudes en llamarme si necesitas algo ¿Esta bien?.

— Si, no se preocupe — Se despidió de su suegro y volvió a tomar asiento.

Jamás pensó que se preocuparía tanto por alguien y mucho menos que ese alguien sería Vegas, antes era una tortura pensar en su matrimonio pero ahora se sentía fuera de lugar sí su marido no estaba a su lado, era como si le faltara una parte de sí mismo y era un sentimiento poco agradable.

Los días empezaron a ser rutinarios, solo volvía a casa para darse un baño y después iría nuevamente al hospital, por las mañanas Macau y Kan iban a hacerle compañía pero el más apegado era Macau, lo entendía, era su hermano mayor quien estaba en coma y no poder hacer nada era frustrante.

Se sentó al lado de la cama de Vegas y lo miró por unos minutos, se veía pálido y el hecho de que no se moviera en lo absoluto era doloroso.

— Tienes que mejorar y volver a casa conmigo — Tomó con cuidado su mano— Ahora estoy solo porque Macau ya se mudó.

En una casa tan grande sin ninguna compañía la soledad tenía un protagonismo inmenso, prefería mil veces estar discutiendo o haciendo nada pero en compañía de Vegas.

— No sé cuántos días han pasado desde que estás aquí — Mordió levemente su labio— Pero quiero que despiertes, realmente quiero que despiertes, por favor Vegas, haz un esfuerzo ¿Esta bien?.

El doctor dijo que no podía afirmar cuando despertaría, podría ser en unos días, semanas e incluso meses, escuchar eso lo había dejado con los ánimos por los suelos.

— Te juro que si no despiertas me iré con otro hombre — Hizo un mohín.

—A quién engaño, no puedo pensar en otro que no seas tú, idiota, como puedes ponerte a dormir de manera tan profunda cuando estábamos empezando a estar cómodos uno con el otro, eres un tonto.

The Price of Loving You [Vegaspete] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora