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Sentí como algo tocó mi hombro, me desperte de golpe. Mire a mi lado y vi a Louis, él se disculpo en voz baja.

– Esta bien – respondí cortante, en realidad no sabia de que se disculpaba.

¿Era por despertarme tan "sutilmente" o por obligarme a volver a este lugar?

Noah soltó una risita, fruncí el ceño, el estaba concentrado en su celular que apenas nos notaba.

– ¿De que te ries? – pregunté de mala gana, el alzó tan rapidó la cabeza, que temia que se le rompiera el cuello.

– Nada – luego volvió a mirar su celular. Cameron lo miro mal, mientras, Louis se dedicaba a ignorarlos.

– Se que estas molesta... – empezó a decir, puse los ojos en blanco.

– Deja tu discurso de disculpa para despues – dije, entrando a la casa.

Algunas empleadas me saludaron, aunque no vi a Sarah en ningun momento. Eso me preocupo, ¿Que tal si Aidan la despidio?

Ella era la unica persona amable — si se podi decir así — de ese lugar, termine de subir las escaleras. Vi de reojo que Louis y Cameron tambien habian entrado a la casa. Pero ellos estaban en el piso de abajo, mirendome con nerviosismo.

Los ignore y fuí directo al cuarto de Aidan. Antes de que pudiera tocar la puerta esta se abrió, dejandome ver a alguien que crei que no volveria a ver.

– A-Aidan – tartamudé un poco, estaba nerviosa, él se acerco a mi, lentamente.

Senti que mi corazón se iba a salir, mis manos comenzaron a sudar y de nuevo sentia esas mariposas que solo él causaba. El causaba tantas cosas en mi, era muy dificil enumerarlas.

Él apoyo sus manos en mi cintura para atraerme hacia él, sus labios tocaron los mios antes de que pudiera reaccionar.

– Te extrañe – susurro cerca de mis labios, sonrei levemente.

– Yo tambien – volvio a besarme, esta vez con más intensidad.

Bajo sus besos húmedos a mi cuello, solte un gemido al sentir como chupaba una parte sensible de mi cuello.

– Extrañaba esto – dijo, un fuerte sentimiento a nostalgia se apoderó de mi.

– Extrañaba esos besos de la nada – solte sin pensar, él levanto la cabeza de mi cuello, mirandome, intentando descifrar si lo que habia dicho era cierto o no.

– ¿En serio? – pregunto serio – Porque para lo que a mi concierne esto ni siquiera te importo.

Negué con la cabeza, esto me habia importado demasiado, mucho más de lo normal.

– Lo nuestro fue lo más importante y especial para mí.

Apretó sus manos en mi cintura, cerró los ojos mientras pegaba su frente con la mia.

Senti su fuerte olor, ese que volvia loca a quien sea. Me relaje recordando todo lo que habia pasado entree nosotros.

– ¿Por que te fuiste? – su tono de voz se habia entrecortado.

– Yo....no lo sé....necesitaba espacio... – no sabia que decir, estaba nerviosa por su cercania que mi mente quedo en blanco.

– ¿Necesitabas...espacio? ¿Necesitabas tanto espacio como para volar al otro extremo del país? – pregunto, sarcastico, estaba molesto, muy molesto.

No sabia que decir, si volvia abrir la boca lo empeoraria. Mi silencio hizó que se enfadara más.

Volvio a besar mi cuello, cerré los ojos disfrutandolo, mordio el lóbulo de mi oreja.

Solté un gemido cuando apretó mi trasero, acercandome más a él. Envolvi mis brazos en su cuello, y jugué con su cabello, desordenandolo, él seguia haciendo chupones en mi cuello.

Era como si marcara territorio. Era como si dijiera que era suya.

Agarró mis muslos, puse mis piernas al rededor de su cadera.

Cerró la puerta, me apoyo en la puerta.

– Aidan... – solte un suspiró, el frotó su intimidad con la mia.

–Lo sé... – se apartó, me bajo lentamente.

Abri la boca para decir algo, pero no encontré las palabras adecuadas. Tocaron la puerta.

– Pasa.– dijo serio, seguia viendome fijamente, aparté la mirada.

– Lamento interrumpir, pero los demás ya llegaron – dijo Cameron, él evitó contactó visual a toda costa.

– Bien – hablo Aidan, volteo y me señalo con el dedo –...tu quedate aqui.– se fue con Cameron antes de que pudiera responder.

Encerrada otra vez, en esta casa, en su casa.

Alguna vez fue nuestra casa, pensé en eso tantas veces en Chicago, intentaba distraerme pero todo me recordaba a él.

Odiaba la idea de que pudiera amarlo toda la vida, incluso si me hacia daño, odiaba ese sentimiento.

Escuché algunos murmullos en la parte de abajo, puse mi oido en la puerta para oir mejor.

– No...Aidan....ya la encontraste – reconocí la voz de Millie, ella parecia frustrada.

– Aidan.... no es tu puta prisionera – en lo único que alcancé a oir, luego simplemente me aleje de allí.

Camine en circulos por la habitación, él aparecerá en cualquier momento ¿no?

Me arrecoste en su cama, no tenia mi celular conmigo, asi que me dedique a apreciar el techo.

Mi vida en Chicago apareció en mi mente, pasando como si fueran cortos de alguna pelicula.

El pequeño T era mi mejor amigo allá, ahora ni siquiera eso tenia. No sabia donde demonios estaba Jack, posiblemente en la casa de uno de sus amigos.

Todo cambio mucho por aqui.

Él cambio.
Louis cambio.
Noah cambio.
Cameron cambio.
Posiblemente los demás tambien.

Esto seria todo un reto, eso solo alimentaba mis ganas de irme, no sabia que pasaría en el futuro.

¿Que pasaría si no lo hubiera abandonado? o ¿si no me hubiera encontrado?

Muchas preguntas venian a su mente. Queria respuestas, porque algo me decia que esa historia que Louis conto sobre rastrear su celular era mentira.

Algunas tambien eran sobre actitud de Aidan, ahora era indiferente, y con justa razón, el merece algo mejor.

Se escuchó ruido abajó, solo los ignore, y me arrecoste viendo a la ventana.

Si huia no serviria de nada, él la encontraría y esta vez si seria su final.

Segui pensando en eso cuando vi por el rabillo del ojo a Jack, quien habia abierto la puerta y solo se veia su cabeza. Seria bueno cerrarle la puerta justo ahí pra ver con su cabeza se separa de su cuerpo.

– H-hola, ¿como estás? – preguntó acercandose, puse los ojos en blanco.

–¿Como crees? – pregunte sarcasticamente, el sonrio, divertido.

– Parece que bien – volte la cabeza para verlo.

Definitivamente muchos cambios.

Possessive ~ Aidan G. +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora