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Él se había ido temprano, lo sé porque cuando abrí los ojos ya no estaba, y la cama está fría. Él era el único que daba calor para ambos.

Me tomé un tiempo antes de levantarme, me dolían las piernas, ayer si que había sido una montaña rusa, primero me encuentran, luego me encierran en una habitación, me terminó peleando con Jack y acabo la noche cogiendo con Aidan.

Si, exactamente como una montaña rusa.

Me duche y me puse lo de ayer. Me habían, técnicamente, secuestrado, por lo cual no tenía ropa, así que me puse lo de ayer y baje.

Ahí estaba Louis y Sadie, murmurando, Louis la miraba con ojos enamorados mientras Sadie hablaba, quien se callo de inmediato al notar mi presencia.

– MI NIÑA, ¿estás bien?, ¿Cómo has estado?, mejor dicho, ¿dónde has estado? No vuelvas a irte así – me abrazo tan fuerte que a la justas puede respirar.

– Ni a mí me abrazas así – Louis hizo un puchero, puse los ojos en blanco y me despegue de Sadie.

– Atiende a tu futuro esposo, mientras yo desayuno – me encamine a la cocina, escuché a Sadie reprochar a Louis y sonreí al pensar en su cara de niño bueno.

Si que están hechos para estar juntos, me hice un café y un pan con queso. Fui al comedor para encontrarme con que Sadie y Louis se habían ido.

Terminé de desayunar y me comencé a recorrer la casa, algunas cosas habían cambiado desde que me fui.

Había una biblioteca, nunca antes la había visto, la piscina la renovaron, ahora tenía un toque más elegante, también su antigua habitación, ya no estaba la televisión o las luces LED, solo algunas decoraciones.

Sali de la casa con camino al patio necesitaba saber que más había cambiado, pero en cuanto dio un paso fuera de la casa un guardaespaldas estaba a su lado.

– ¿Eh? ¿Hola? – estaba confundida, quien era este tipo y por que la seguía.

– Soy Harry, su guardaespaldas personal cuando salga de casa –dijo, serio, de echo no tenía ninguna expresión,espera acaba de decir ¿cuándo saliera de casa?

–¿Guardes...? Yo no necesito ningún guardaespaldas, estoy bien, gracias, te puedes retirar. – ahora era el gorila quien me veía confuso, al parecer si tenía sentimientos.

– No puedo, órdenes del señor Gallagher – puse los ojos en blanco, mataría a Aidan.

Era ridículo tener a alguien siguiendo las 24horas, pero sabía que no sería fácil confiar en mí otra vez, pero ¿en serio? ¿UN MALDITO GUARDAESPALDAS?

Maldije en voz baja, volví a mirar al orangután, él solo me observaba como si fuera un cubo rubik que no sabe descifrar.

– ¿Te vas a quedar ahí todo el día o nos vamos ya? – este reaccionó de inmediato.

– Claro...¿A dónde quiere ir? – pregunto no muy convencido.

– mmm...al centro comercial tengo que comprar algunas cosas.

Este asintió y se encamino al auto. Yo lo seguí, expectante, tenía mil dudas en la cabeza, digo...no todos los días te asignan a un guardaespaldas.
Abrí la puerta del copiloto, él me ayudó con el cinturón de seguridad, luego se subió al coche y empezó a conducir hacia el centro comercial.

Me distraje viendo la ventana, no tenía ninguna conversación que pudiera fluir con naturalidad, solo había incomodidad, estaba viendo a unos niños jugar en un parque hasta que sentí que vibró algo, toque mi bolso, era mi celular.
Aidan me estaba llamando, decidí contestarle luego, digo no me voy a escapar, tengo un jodido guardaespaldas llamado Harry.

¿Harry? Porque sentía que lo conocía de algo, tal vez Aidan lo menciono antes, pero algo andaba mal, lo conocía de otra parte, lo malo es que no me acordaba. Nah, tal vez solo es mi imaginación.

Llegamos al centro comercial y lo único que pensé es que hasta eso había cambiado. Era mucho más grande que antes, y había más tiendas de música que antes. Sonreí al notar mi tienda favorita, corri en esa dirección, mientas tenía a Harry pisando me los talones.

Era más grande de lo que recordaba. Solo que era otra señorita quien atendía, fruncí el ceño al ver cómo miraba a Harry, típico. Seguí buscando ropa, encontré algunos conjuntos que me gustaban, termine de pagar y nos fuimos. El teléfono de mi guardaespaldas vibró, supuse que era Aidan por como miraba cansado la pantalla, luego me miró y suspiro.

- Tenemos que irnos - puse los ojos en blanco, quería quedarme un rato más antes de volver a esa casa.

- ¿Ahora? - él asintió, me sentía controlada, supongo que era su miedo porqué me volviera escapar. 

Camine con Harry hasta el auto, puso las bolsas en el asiento trasero mientras veía mi nuevo celular, el único número que tenía era el de Aidan. Seguia pensando en lo que pasó ayer, más con lo que pasó con Jack, sabía que lo había hecho por mi pero me sentía traicionada, él no tuvo el derecho de decirle dónde estaba, más sin consultarme, me sentí más confundida con ese pensamiento. 

Quería a Jack, en serio, pero a veces era difícil seguirle el paso, estaba cansada de seguir esforzándome por los demás y que no sea recíproco. Daba todo intentando ser como igual que ellos y sentirme parte de algo. Eso no era sano, no para mí, para mí salud mental. Nada de esto era sano, lo aceptaba, mi 'relacion' era todo menos sana, era adictiva y quería un poco más cada que la probaba. 

Al fin llegamos a casa y Aidan estaba en la puerta con su teléfono en la mano. Lo mire curiosa, nunca sabía que decir en el momento justo pero ahora quería decir tantas cosas, respire hondo para no explotar justo ahí. Necesitaba relajarme y hacia eso lejos de Aidan, creo que también por eso me aleje, el causa muchas cosas, cosas caóticas, casi nunca era paz, era una constante batalla intentar de dejar de pensar en él. Más cuando siempre que lo intentaba se quejaban de que hablaba demasiado, sin embargo también es mi culpa, no debí comprometer nuestros sentimientos. 

 Aunque no quisiera esto era lo que sentia, lo amaba, lo necesitaba y no podría salir de ese círculo vicioso, pero tampoco era que quisiera salir de él. 

Possessive ~ Aidan G. +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora