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La mañana de los niños del orfanato continua como cualquier día normal con la pequeña diferencia que «Conny» era adoptada ese día, todos estaban felices por ella pero tristes por que sería su último día con ella, así que querían hacer que sea el más feliz para ella.

Una pequeña pelirroja de ojos esmeralda abrió los ojos parpadeando levemente percatándose que ya era hora de levantarse, dio un pequeño brinco en la cama sentandose de golpe para gritar. —¡Chicos, buenos días, es hora de levantarse o se perderán el desayuno! — la gran entrada triunfal de Emma, una niña que era la mayor de las niñas del orfanato, su grito despertó a todos.

Emma comenzó a vestirse para comenzar bien el día de buen humor, los niños recién despiertos comenzaron a pedir ayuda a la niña aun que otros habían comenzado a jugar entre ellos, todo en este orfanato era una maravilloso.

—¡Buenos días, Conny! — grito la enérgica pelirroja cargando a una niña de 6 años quien estaba terminando de peinarse.

Bajaron las escaleras entre risas y la pelirroja comenzó a dar brincos y a correr por los pasillos, los demás niños comenzaron a seguir , cargo a un niño más pequeño y comenzó a correr hasta el comedor hasta que sintió un empujón por detrás que hizo soltar al niño casi callendo y seguido unas risas, se quedó de forma sería y los miro riendo un poco.

—Cuidado...— hablo de forma firme y luego alzó los brazos comenzando a seguirlos. —¡Me los voy a comer— grito persiguiendolos hasta abrazarlos y comenzó a reír mirando a otra niña con anteojos, «Gilda»

—Otra vez con eso... —contesto entre risas Gilda y se hizo a un lado dejando pasar a Emma y a Phil quienes iban corriendo a toda velocidad.

—¡Buenos días, Norman y Ray! — hablo mirando a sus dos mejores amigos.

—Buenos días, Emma— dijo el albino jalando un carrito de comida.

—Buenos días, Emma. — hablo en coro el  pelinegro mientras le sonreía un poco hasta que escucho al albino "Eres muy enérgica, aun cuando no has desayunado" —¿Cuántos años tienes, cinco? — dijo con tono de burla y comenzó a caminar detrás de Norman con el agua.

—¡Tengo 11, igual que ustedes, chicos!, ¡Y yo soy de las mayores aquí! — les grito con molestia hasta que escucho una risa detrás de ella y enseguida supo de quien se trataba. —¿también te ríes, mamá? — volvió a hablar ahora con un tono triste.

—Emma, ¿podrías ayudarme con esto? — hablo riendo un poco hasta que recibió un abrazo de la pelirroja y correspondió gustosa escuchando sus berrinches "Pero, mamá, repetiré mi entrada desde el inicio." —¿Por qué?, me encanta eso de ti. — dijo mirando a la niña con una sonrisa calmada hasta que la escucho hablar de nuevo "¿Que tengo cinco años por dentro?" negó con la cabeza y tomó sus mejillas dando pequeñas caricias en estas. —Lo mucho que te importa tu familia. —

La adulta comenzó a sonar la campana para comenzar a comer —Buenos días, mis queridos niños, demos gracias porque los 38 hermanos aquí pueden vivir felizmente hoy también. — hablo juntando sus manos y cerrando los ojos un momento para volver a hablar —Gracias por la comida. — los niños repitieron el acto y segundos después comenzaron a comer.

La pequeña Conny comenzó a ser atendida por la adulta mientras le daba de comer en la boca. —Que rico... — hablo con una tierna voz.

—actúas como bebé, Conny.— dijo «Isabella» y escucho a la niña volver a hablar "Está bien, en especial hoy, ¿cierto?"

Conforme los niños iban terminando de comer, fueron a lavarse las manos y finalmente fueron al salón donde harían la prueba diaria.

Por lado del pelinegro se quedó viendo unos segundos a una niña rubia que estaba del otro lado de la mesa quien estaba riendo ante los chistes malos de otro niño pelirrojo.

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