Partie unique.

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— Mon Ange...

Pronunciado esto se sentó en el pasto recién podado. El olor de este le traía paz, tal como la lluvia lo hacía.

— Estoy aquí porque quiero decirte unas palabras antes de el gran día, espero que, dónde quiera que estés, me prestes atención o juro que te traeré rosas rojas la próxima vez — soltó con una pequeña risa acompañada.

Todos sabían que el gran Jeon Jungkook aborrecía las rosas rojas porque aquellas flores le eran muy básicas, pues las personas solían regalarlas por costumbre y no como algo simbólico.

— Nos conocimos desde pequeños por una situación algo rara pero linda ya que gracias a eso te conocí, ¿Recuerdas? Yo odiaba las mariposas, así que una se había parado precisamente en mi cabello, habiendo demasiadas cabezas en esa escuela — un leve puchero apareció pero siguió contando —. Si bueno, tú la espantaste y lograste que se me quitara... después de eso te agradecí y te dí de mi leche de fresa el cuál dijiste que no te gustaban las leches de fresa si no las de banana.

— Desde entonces nos hicimos mejores amigos, tomábamos nuestras leches juntos mientras veíamos maratones de películas de Disney — sonrió con nostalgia —. Cuando entramos a secundaria nos distanciamos un poco, pues habíamos conocido a más personas pero al final nos volvimos a acercar e incluso más que antes, así supimos que nuestra amistad no era pasajera o cosa de niños.

Hablaba mientras en su mente revivía esos momentos únicos que tuvieron, esos momentos mágicos que los unieron cada día más y más.

— Cuando estábamos en preparatoria, específicamente en 2do, hablamos acerca de nuestros sentimientos, aquellos que ya no florecían como una amistad de mejores amigos, si no, como la de unos amantes. Estábamos enamorados, koo — la sonrisa que sostenía iba poco a poco borrandose.

4 de julio del 2016.

— Actúe como un completo idiota minnie, no debí gritarle, lo siento... — dijo con un hilo de voz —. Entenderé si estás enojado conmigo y también entenderé que ya no quieras hacer el día de campo.

Jungkook estaba triste y enojado, pero enojado consigo mismo, cada ves sus sentimientos por el rubio eran cada vez más notorios y se delataba solo. Debía controlarlos y no ponerse celoso por situaciones como esas.

— Mírame koo — con cuidado tomó el mentón del contrario y la alzó, quedando unos ojos avellanas y unos ojos negros como la noche mirándose fijamente —. Lo que hiciste no estuvo bien, pero no por eso me enojaré y mucho menos quiero cancelar el día de campo, tontito — le dió una sonrisa, una sonrisa que trataba de enviar calidez al cuerpo ajeno.

Al parecer resultó porque el pelinegro ya no tenía una mirada triste, todo lo contrario, tenía una pequeña sonrisa. ¿Y cómo no sonreír? hablamos del chico que le mueve completamente el mundo a Jungkook.

— Es solo que.. — el ahora sonrojado pelinegro trataba de buscar una excusa para su comportamiento, pero no lograba encontrar una que no hubiera usado ya, pues las escenas de celos eran constantes.

No porque fuera un mejor amigo posesivo, no. Si no por la misma razón de ser mejores amigos, él no quería ser solo su mejor amigo, él quería ser la razón de las sonrisas del rubio, las risas y sonrojos del rubio.

— Olvídalo koo, solo recuerda que si sigues gritándole a media escuela harás que te odien — acarició tiernamente la mejilla del contrario —. Y menos por cosas como esas, solo me dió una paleta el pobre chico.

Aquí es donde Jungkook se dió una cachetada interna, ¿Cómo era posible que por esos mínimos gestos de las personas hacia Jimin lograran sacarle celos?

Mon Ange   •kookmin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora