Smells like infidelity
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Sally movía en círculos la copa de vino tinto que se encontraba sobre su mano, donde yacía en su dedo anular el anillo de bodas, siempre había estado orgullosa de mostrarlo y con gran emoción decía: 'Felizmente casada". De un tiempo para acá el anillo le quemaba, dolía de cierta forma mirar aquel pedazo de metal con la piedra brillante sobre su dedo anular.
Se encontraba en casa de su mejor amiga Amy, tenían la tradición desde que tenía 15 años de reunirse cada lunes a la misma hora, para comer algunas golosinas. Ahora ya no eran esas pequeñas que platicaban sobre qué chico les sacaba alguna sonrisa boba o si el drama que había estado mirando en emisión era de su agrado. No. Las cosas habían cambiado ahora bebían vino y sonreían amargamente, no todo es como lo esperas, la realidad supera la ficción. Las expectativas que habían creado sobre su futura vida adulta estaban lejos de ser la realidad en la que se encontraban.
Amy había permanecido soltera hacía dos años que se encontraba en ese estado y decía que se sentía de maravilla, pero Sally sabía claramente que eso no era más que una falacia, termino una relación en la que aparentemente todo estaba de maravilla pero no contaba con que su antes prometido seria un idiota que la engañaría para despues casarse con la que él le dijo antes de dejarla: "Ella si es el amor de mi vida, Amy". Amy amaba aún a Min Yoongi se conocieron en universidad todo fue sí se podría decir amor a primera vista, ambos psicólogos de buen prestigio, pero todo se fue a la mierda cuando apareció el supuesto primer amor de Yoongi.
-Sally, ¿Estás segura de tus sospechas?- Cuestionó Amy, mientras observaba la mirada triste de su amiga, ciertamente Sally no era la misma desde un tiempo para acá, pero creía que solo era uno de esos problemillas entre parejas. Esta vez era diferente, su amiga se veía vacía como cuando miras al cielo y está totalmente despejada pero con un sentimiento melancólico, así se veía ella.
Sally comenzó a reír amargamente, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, para después decir:
-Si, Amy. Tae Tae ya no es el mismo, el cambio desde hace unos meses.-Dijo mientras sorbía por su nariz.
-Pero, cómo puede ser posible, Sally él te ama.-
-Amy, mi corazón me lo dice, sabes que el corazón nunca miente, sabes...-Le dolía admitir lo que estaba a punto de soltar, pero solo de esta forma se sentiria mejor, era momento de aceptar las cosas tal cual eran sin tapujos, sin maquillaje, la realidad se estaba presentando cruda, desnuda sin adornos. Ella se había encargado de maquillarla y hacerla lucir linda, ya no, ya podía verla tal cual era. Y la imagen de ella era simplemente dolorosa.-Creo que él nunca me amó, siempre era yo la que hacía todo por mantener a flote esta relación, más bien creo que nos acostumbramos tanto a estar juntos que lo confundimos con amor, bueno el lo hizo, porque yo siempre lo he amado y duele darme cuenta de esto.
Amy se paró casi corriendo de donde estaba para abrazar a su amiga, ambas comenzaron a llorar, Sally por amar a alguien que nunca la amó y Amy por seguir con el recuerdo amargo de Min. Después de un tiempo de sollozar y darse consuelo mutuamente en brazos de ambas, Amy dijo:
-La vida es una mierda. Pero sabes Sally es mejor tenerte de mi lado, sabes que las puertas de mi casa están abiertas para ti y el pequeño Bae.
Kim Bae había llegado al matrimonio de Sally cuando tenía apenas dos años de estar casados, el pequeño llegó para alegrar a sus padres, era menudo de piel morena como su padre, ojos marrones, cabello oscuro, tenía un lunar justo en la punta de la nariz tal y como lo tenía su padre, Bae era en realidad una pequeña copia de su padre.
