Dos.

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— Me separo de ti 5 minutos y ya eres el habla de todos. — me dijo Ethan poniendo los ojos en blanco.

— Cállate Ethan, me topé con un chico, y me puso de muy mal humor. — suspire para tratar de calmar mi temperamento. — ¡Tiró la puerta de mi casillero! ¿¡Quién de cree que es?!

— Por lo que yo se, se llama Derek, lo transfirieron aquí, nadie sabe porque. Además, todas las chicas andan tras de él, no sé cómo se satisfacen con eso, si me tienen a mi. — me dijo agarrando sus libros para la próxima clase, no pude evitar soltar una carcajada.

— Por eso eres mi mejor amigo, yo te prefiero a ti que a ese, ¡ese orangután! — dije sonriendo.

— Hablando orangutanes, viene para acá. — me dijo Ethan mirando detrás de mi hombro.

— Oh, aquí estas bonita. — dijo su voz arrogante, ¡Ah! Me exaspere solo al oír su voz.

— ¿Que quieres? — dije dándome la vuelta para mirarlo.

— A ti. — dijo guiñándome el, yo puse los ojos en blanco.

— ¡Amor! ¿Dónde estabas? — grita Jessica llegando, colgándose de el cuello de el tal Derek, cualquiera se esperaba esto, tal para cual.

— No soy tu amor... — dijo el quitándole las manos de su cuello — Hola Jessica. — no pude comprimir la carcajada, y justo al mismo tiempo, sonó la campana.

— Adiós Ethan. — dije sonriéndole. — Adiós, tórtolos. — dije riendo y entrando a mi clase de Química.

Era. El. Infierno.

La señora no paraba de hablar de idioteces de química y nadie le prestaba atención alguna. Hasta qué alguien toco la puerta, sinceramente no le puse mucha atención hasta que hablo...

— Lamento el retraso. — dije sonriendo cínicamente, era Derek. Y estaba en mi clase de química. ¿Qué peor castigo que ese?

— No importa joven, vaya a sentarse. — había un sitio a la par de Gabriella Rose. Ella era agradable, era muy tímida, pero era linda. Pero Derek no se fue a sentar a lado de ella, si no que vino hasta mi mesa, en la que yo estaba con Erik Linderman.

— Si no lo notas, los dos puestos ya están ocupados. — dije con molestia y sonriendo cínicamente.

— Chico, quítate. — dijo el autoritariamente. Erik salió corriendo como gacela en plena casa. Y Derek se sentó al lado mío con una sonrisa triunfante.

— ¿Que te pasa? — dije mirándolo con molestia, no me agradaba nada su actitud de "macho".

— ¿Es malo querer estar cerca tuyo, muñeca? — me dijo con una cara de niño bueno que a kilómetros se veía que era fingida.

— No me llames muñeca, tengo un nombre. — dije poniendo mis ojos en blanco y mirando a mis apuntes.

— ¿Cassie verdad? Tienes un muy bonito nombre. — dije con una sonrisa seductora, ese chico era extraño.

— Señorita Stone, Señor Stevens, ¿tienen algo que compartir con la clase? — dijo la maestra, yo simplemente me encogí en mi asiento.

— No señora, perdónenos. — dije sin mirarla a la cara, me sonroje a más no poder, pues todos nos estaban viendo, no me gusta ver el centro de atención. Derek se puso a reír.

— Señor Stevens, no le veo la gracia a nada de esto. — dijo con algo de enojo en su voz. Lo iba a sacar de la clase.

— Es que Cassie se sonrojó — dijo con una sonrisa de oreja a oreja, lo único que hacía era atraer más atención.

— Jóvenes por favor. — nos dijo la señora, llamándonos la atención, al ver que su risa no paraba nos miro mal. — Salgan de mi clase, a reírse todo lo que quieran. — nos dijo, de mala gana agarre mis cosas, pero Derek seguía aun con una sonrisa en su cara, me senté en una banca frente al salón. Derek se sentó a mi lado.

— No me gusta ser el centro de atención. — le dije con un tono de voz muy feo.

— Pero ¿cómo no quieres serlo? Si tu belleza atrae a todos. — no pude evitar sonrojarme. — ¡Te has puesto roja otra vez! — dijo burlándose de mí.

— ¡Cállate Derek! — dije solo haciendo que el rubor se hiciera más notorio.

— Cállame. — dijo sonriendo al verme.

— Ni que fueras tan afortunado. — me di la vuelta dispuesta para irme, pero él me agarró del brazo y me volteo.

— ¿Y cómo puedo llegar a hacerlo? — dijo muy cerca de mi.

— No puedes, ese es el problema. — me fui casi corriendo esperando que no me agarrara del brazo otra vez.

El día pasó rápido, cuando Ethan y yo íbamos saliendo de la escuela, nos topamos con Jessica.

— No se olviden de ir a la fiesta, los espero ahí. — dijo viendo a Ethan de una manera... extraña. Yo lo voltee a ver y él le guiñó el ojo. ¿Pero qué no estaba con Derek? Yo me le quedé viendo mal.

— ¿Qué? — me dijo el, yo solo puse mis ojos en blanco y me subí al auto.

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Bueno hola, gracias por leer la primera parte, voten y comenten por favor. Derek en multimedia.

Idiota.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora