Capítulo 2

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Sanji

Tal vez estaba loco, pero desde que todos volvimos a estar juntos después de dos años, ver a Usopp me daba una idea loca: tocarlo, mimarlo y abrazarlo.

Tenía sueños extraños con él que a veces parecían reales. En esos sueños, tocaba su hermoso cuerpo y lo hacía mío. A veces, eso no era suficiente y recurría a las mujeres de otras islas.

Pero justo ese día, cuando Usopp me vio, sentí que había hecho algo mal. Toda la emoción se desvaneció. Volví al barco pensando que Usopp estaría allí, pero no había regresado. Después de cuatro horas, todos empezaron a preocuparse.

-¿Dónde se habrá metido? -murmuró Nami, con los brazos cruzados.

-Usopp nunca se aleja tanto tiempo sin avisar -dijo Franky, frunciendo el ceño.

Cuando estábamos a punto de salir a buscarlo, un hombre se acercó a nosotros con un cuerpo ensangrentado en sus brazos.

Era irreconocible, pero cuando lo vi mejor, reconocí su ropa. Esa ropa que lo hacía ver sexy. Era Usopp.

-Lo siento, creo que este hombre es de su tripulación -dijo el extraño. Al verlo, mi corazón se rompió. Lo tomé con desesperación.

-¡Chopper...! ¡¡Chopper!! -grité mientras lo subía al barco.

Chopper llegó corriendo, su cara se puso pálida al ver a Usopp.

-¡Oh, Dios! ¡Traigan agua caliente y vendas! -gritó Chopper, tomando el control de la situación. Nami y Robin corrieron a buscar lo necesario.

-¿Qué le pasó? -preguntó Luffy, con los puños apretados y la mandíbula tensa.

-Fue atacado por unos mercenarios. Apenas logramos salvarlo -explicó el hombre que lo había traído.

Ese día, mi corazón se rompió. Maldita sea, yo lo amaba. Una parte de mí solo quería a Usopp como un amigo, pero por mi otro lado no soportaba verlo sonreírle a alguien más. También amaba todas sus historias, incluso sus mentiras. Era mío. Que alguien lo hubiera herido de esa manera me enfurecía.

-Luffy, quiero vengar a Usopp -dije con determinación, la furia ardiendo en mi interior. Luffy me miró, y vi la misma furia reflejada en sus ojos. Sabía que no estaba dirigida hacia mí.

-Zoro, Sanji, Brook, vamos. Los demás quédense con Usopp -ordenó Luffy con voz firme.

-Cuida de él, Chopper -dijo Zoro antes de seguir a Luffy.

-Luffy, haz que paguen -dijo Nami, sus ojos llenos de lágrimas y rabia contenida. Luffy asintió.

-Lo haremos... -respondió Luffy con una voz que prometía venganza.

Mientras nos preparábamos para partir, sentí la determinación de todo el equipo. No permitiremos que nadie lastimara a uno de los nuestros sin enfrentar las consecuencias.

Claro estaba, ese día, al encontrar a los que lo lastimaron, ninguno se contuvo.

Casi los rematamos, pero Luffy mostró piedad. Claro, también les robamos sus cosas y los dejamos sin nada.

Piadoso... sí, muy piadoso...

Pasaron los días y Usopp seguía en cama. Verlo sanar mientras estaba inconsciente fue un reto. Cada día, mi obsesión crecía. Quería verlo abrir los ojos, quería que su mirada se encontrara con la mía.

Cuando finalmente despertó, sus ojos parecían confundidos y distraídos. Preguntó cosas importantes, nada más. Su sonrisa era nostálgica, dejándose abrazar por todos. Pero cuando llegó mi turno y quise tocarlo, él me rechazó. Su rechazo no se sentía normal. Era como si odiara mi toque, como si ya amara a alguien más.

Pero no era a mí.

¿Por qué dolía mi pecho?

Esto estaba mal. Cuanto más intentaba acercarme, más lejos lo sentía. Usopp amaba su cabello suelto, lo mantenía así todo el tiempo. Parecía odiar su ropa o, al menos, eso aparentaba.

Cuando empezó a entrenar, algo en él había cambiado. En lugar de golpear un colchón, golpeaba un tronco con una intensidad perturbadora. Cada noche, me escondía y lo observaba. Su mente parecía fija en un solo objetivo, sus golpes eran precisos, casi despiadados. Después de días, rompió el tronco con una fuerza que nunca le había visto antes.

Verlo así me enloquecía. Lo quería para mí. Mi amor se había vuelto perverso, una sombra oscura que nublaba mi mente.

Esa noche, lo encontré entrenando de nuevo. No podía soportarlo más. Me acerqué sigilosamente, mis pasos silenciosos en la cubierta del barco. El sudor resbalaba por su frente, su respiración era pesada.

-Usopp -dije suavemente, pero él no me escuchó.

Me acerqué más y, en un impulso, lo agarré por la cintura. Sentí cómo su cuerpo se tensaba bajo mi toque. Intentó liberarse, pero no lo dejé. Lo giré hacia mí y vi el odio en sus ojos.

-¿Por qué me rechazas? -gruñí, acercando mi rostro al suyo.

-Déjame en paz, Sanji -dijo con voz fría y distante. Pero no podía. No quería.

-No... tú eres mío -susurré, apretando más fuerte.

Sus ojos se llenaron de terror y rabia. Luchó contra mí, pero yo era más fuerte. Lo empujé contra la barandilla del barco y lo besé, brutal y desesperado. Sentí su resistencia, su lucha, pero eso solo avivó mi deseo.

-Estás loco... -murmuró, pero su voz se quebró.

-Tal vez lo estoy -respondí. Mi amor por él había cruzado la línea de la obsesión.

Esa noche, lo llevé a la cocina. Lo desvestí con manos temblorosas, mi corazón latiendo con fuerza en mi pecho. Él me miraba con odio, pero también con algo que no podía identificar.

-¿Qué vas a hacer? -preguntó, su voz llena de temor.

-Te haré el amor y serás completamente mío -respondí.

Pero entonces, algo dentro de él cambió. Con una fuerza inesperada, me golpeó y escapó. Lo vi saltar por la ventana y correr sobre el agua, su figura desapareció en la distancia.

Me quedé allí, solo y confundido. Mi amor por él me estaba destruyendo. Sabía que debía encontrar una manera de recuperar su amor, pero mi mente estaba nublada por la oscuridad.

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**Recuerdo de Sanji:**

Ese día mientras lo miraba entrenando él murmuró su nombre:

-Hashirama...

-Hashirama, te extraño... -dijo en un susurro.

Algo oscuro parecía apoderarse de mí. Odiaba esa sensación.

¿Quién diablos era ese Hashirama?

Esa persona parecía estar en su corazón desde hace años. No sabía por qué, pero mi enojo lo contuve y sonreí. No debía ponerme celoso, él no me pertenecía.

Me lo repetía...y me lo repetía.

Pero él me alejaba. Me alejaba, y mi lado posesivo salía. Él era mío, pero se zafó de mí, alejándose y golpeando me. Pensé que era un sueño, pero no, mis sueños eran reales ya que caminaba soñando.

Entonces recordé los sueños que tuve con Usopp mientras lo hacía, hacía el amor con el. Lo peor era que si era verdad, debía sentirme triste por forzarlo, pero no fue así. Fue lo contrario, estaba excitado y, más que todo, lo había hecho mío. Era mío. No importaba quién mencionara, él era mío y no permitiría que mi lindo Usopp se alejara de mí.

Pero algo en mi mente me decía que esto era solo el principio de algo mucho más oscuro y peligroso.

¿Qué pasa con Usopp? SANUSO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora