The Loyal Girl And The Priosioner

Capitulo Uno

Era definitivo, se quería ir a casa en ese instante. Había mucho ruido en aquella calle llena de personas que iban y venían a toda prisa, lo cual es bastante normal dado que el inicio de clases en los establecimientos académicos mágicos iban a empezar en un par de semanas y todos los padres e hijos estaban como locos escogiendo sus útiles escolares. Aquella era la misma razón del porqué la pequeña niña se encontraba allí parada en la entrada del callejón Diagon de la mano de sus padres.

Había sido aceptada en Hogwarts hace unos días y requería comprar los útiles esenciales para cursar su primer año en aquella instalación; esto sería muy emocionante para un niño de 11 años cualquiera, pero no para nuestra pequeña bruja, pues el simple hecho de mirar tanta gente reunida en un mismo lugar tan angosto como ese callejón y caminando con tanta prisa causaba que su pequeño pecho se acelerará peligrosamente, ante lo que su instinto gritaba "peligro" y su estómago diera una y mil vueltas ante la ansiedad que atacaba su diminuto ser. Además, la baja estatura que presentaba a pesar de su edad solo causaba que el sentimiento de sofocamiento aumentará a medida que avanzaba entre medio de la multitud en compañía de sus cuidadores. En resumen, quería huir a su hogar para abrazar a Lira, su querida elfo doméstico que había estado a su lado desde el nacimiento y no volver a salir nunca más de su residencia.

En un momento no supo si fue el hecho de tener una mueca en rostro o simplemente su padre la conocía tan bien que sin siquiera verla era capaz de saber de su malestar pero, de algún modo, el hombre la alzó en sus brazos hasta posicionarla sobre sus fuertes hombros con el objetivo de evitarle a su hija un agobio mayor debido a la multitud. Lo cual sirvió estupendamente, pues, al cabo de unos minutos la presión había desaparecido de su pecho permitiéndole respirar con normalidad.

-Ya vamos a llegar a la tienda donde confeccionarán tus túnicas, aguanta un poco, cielo -hablo con una dulce y cálida voz la mujer que ahora iba tomada del brazo de su padre. Katherine Sahani, de soltera Sallow, era una mujer de 37 años con unos hermosos ojos azules electrico que eran enmarcados por unas gruesas cejas arqueadas de color castaño, al igual que su cabello.

-Quiero irme a casa, es demasiado ruido -la voz de Tatiana salió de entre medio de sus labios como un fino hilo que solo fue escuchado por sus progenitores, además de haber adoptado una postura sumamente cansada después de sufrir la causa de tantos factores externos que le irritaba.

-Lo sé, cariño, sé que te molesta todo esto pero, ¿no es más emocionante el comprar tu varita, tu uniforme y tus libros? Hogwarts valdrá todo esto, te lo prometo.

En cuanto a su padre, él era muy diferente a su madre, tanto física como psicológicamente. Su piel era unos tonos más moreno que su madre, sus ojos eran de un color café oscuro, pero en ese momento y gracias a la luz del sol se veían de un color caramelo hermoso que eran enmarcadas por una gruesas y perfiladas cejas de color negro. A simple vista también se podían ver las diferencias de ambos padres: mientras que Katherine vestía un vestido simple negro y unos tacones del mismo color, su esposo vestía una chamarra casual de mezclilla junto unos pantalones de vestir negros, acompañados de unas botas de color café claro. También estaba el tema racial, su padre era proveniente de la India, mientras que su madre era escocesa de ascendencia judía. Sin embargo todas estas diferencias de alguna manera se mezclaron a la hora en que su hija,Tatiana Sahani, nació.

Después de unos minutos, finalmente la familia estaba en la tienda que menos llamaba la atención en aquel callejón, en la humilde opinión de Tatiana. «Madam Malkin's Robes for All Occasions» era la tienda encargada de confeccionar el uniforme que la hija mayor de los Sahani vestiría en Hogwarts. Al estar cortos de tiempo, la familia entró directamente para ser atendidos lo más rápido posible, ella hubiera preferido quedarse jugando con su hermanito en casa de sus abuelos o estar en su habitación abrazando a Lira.