27 - En peligro

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*contenido sensible*

"se que ya no hablamos tanto como antes, pero si me necesitas para algo aquí estoy :) no te olvides de que el sábado iremos al cine ok? ;)"

- ¿Otra vez ella? - Las dos chicas caminaban por el pasillo de la universidad.

- Me lleva escribiendo casi dos semanas seguidas. - Dijo la morena. - Pero bueno, ire al cine si le hace ilusión. -

- Es Lisa, ya la conoces. ¿Va a venir ella? -

- Dijo que vendrá con Emma, así que yo iré con Danny. -

- Uhhh Danny. - La rubia le dio un pequeño codazo a Jennie en forma de broma.

- Para, Rosé. Llevamos dos meses y quiero durar así que por favor. - La rubia imitó exageradamente los gestos de la mayor haciendo muecas.

- Es enserio. No quiero que pase como el otro. - Bufó. - Para mí él es más especial, ¿entiendes? -

- Ya ya. Vamos a clases. -

Las dos continuaron por el gran pasillo.

[...]

- ¿Crees que vendrá, Emma? -

- ¿Por qué te importa tanto ella, cielo? - Aquella chica, morena y alta, se encontraba sentada en la silla del despacho de la menor. - Además, si no viene te ahorrarás el viaje hacia Londres. -

- No es eso. Llevamos casi seis meses sin vernos. Es mi amiga, la echo de menos. - Suspiró. - Lo del dinero para el viaje es lo de menos. - La menor se apoyó en el marco de la puerta.

- Bueno, como tú veas. - La chica miró su móvil. - Son menos cinco, date prisa. -

- No te preocupes, ya lo he terminado. -

- ¿Está todo hecho? ¿Hasta lo de 0194? - Lisa esbozó una pequeña sonrisa.

- También la de 8075 y la 4321. Todo hecho. - Emma se acercó hasta ella.

- Tengo suerte de tenerte como mi novia, mi novia mafiosa. - Esta se empezó a reír.

- No digas eso, madre mía qué vergüenza. - La pelirroja comenzó a reír también.

- ¿Suena tan mal? - Esta agarró del cuello de la camisa de la menor y la acercó a ella. - Ven anda. - Las dos se besaron.

La menor las separó.

- Corre que hay que irse. -

- Está bien, pero de esta no te libras. - 

[...]

- No va a funcionar. -

- Hay que hacerlo, ya sabes porqué. No es cosa mía, es M. Es mi jefe, no puedo dejar algo que él hubiera hecho. -

Estaba oyendo algo, pero no sabía que era.

Ese chico.

Solo veía una extraña neblina conformada por una camisa con marcas de sangre y unos pantalones demacrados.

Ella no podía creer lo que había dejado entrar a su casa.

- Oh, mi dulce princesa. Ya está despierta. ¡Tom! Ven a verla. - En ese instante, un chico como de unos quince años apareció por la puerta de esa habitación. - ¡Por dios! ¿Qué es esto? - Pregunto el mayor refiriéndose a la camiseta que llevaba su compañero. - ¿Rojo? Vete a cambiar. Disimula un poco por favor. -

- Sí. - Dijo el pequeño.

- Volviendo a ti. - El chico se levantó a por un carro con herramientas que tenía a dos pasos de él. - Hay cosas que... En la vida tenemos que ver, ¿no? - La chica se encontraba con la boca tapada, atemorizada. - Oye, tranquila. No quiero parecer descortés. -

La chica intentó propinarle patadas en el abdomen.

- ¡Para de una vez! - El chico lanzó un puñetazo a la cara de la chica. - ¿Ves lo que has hecho? No suelo ser violento pero te estás pasando. - El muchacho sacudió su camisa. - Escucha, vamos a hacer las cosas bien, ¿si? Sigues afectada por el somnífero, pero ya verás que enseguida se te pasa. Por ahora voy a mantenerte con esas cuerdas, la diversión sigue, ¿verdad? -

La chica comenzó a sollozar.

- ¡Tom! ¡Ven aquí! - El chico vino corriendo. - Desvístela. Hazlo aquí, quiero ver cómo lo disfruta. - El menor asintió. - Se que nunca hicimos esto, ya es hora. La mantuvimos aquí durante cinco meses. Habrá que hacer algo.

- ¿Estás seguro? ¿Mejor mañana? -

- Es la última que queda, Tom. Las otras ya no están. No podemos dejarlo para mañana. -

El chico desvistió por completo a la muchacha.

- Perfecto. Oh, mi niña bella. Vas a disfrutar, de verdad. Todo esto es para ti, amor. - El mayor agarró el brazo de Tom. - Separale las piernas. ¡Kevin, ven ya! -

Un señor, como de unos 50 años entró por la puerta. Estaba completamente desnudo.

- Toda tuya, deja que Tom se quede aquí para sujetarla, el puede participar si lo desea. Tenéis veinte minutos. -

El chico se fue, cerrando la puerta. Escuchaba sollozos, gemidos, gritos, los muelles de la cama rompiéndose...

Sabía lo que estaba haciendo. 

El señor agarraba a la chica del pelo. Frotaba su cabeza por la zona. Agarraba su torso como si nada y comenzó a provocarles embestidas muy dolorosas. El chico, obligado a participar, la violó también. Este metió su miembro en su boca, tanto que la chica casi vomitó.

Los veinte minutos pasaron.

El mayor se acercó a ellos.

- Estupendo. Kevin, te puedes retirar. -

La chica no podía cerrar las piernas del dolor que tenía.

- No te preocupes, mañana estarás mejor. Aunque ahora me toca a mí. - El chico comenzó a quitarse su cinturón. Se bajó los pantalones.

Se frotaba con aquella chica.

Agarró su cinturón y comenzó a azotarle.

Le quitó la cinta, y la embestía por la boca.

Todo seguido, una y otra vez.

La chica gemía, lloraba... Él no paraba.

- Joder, Jisoo. Eres perfecta. - Le azotó una vez más.

La pelinegra quería escapar de allí.







M! NOV!A MAF!OSA (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora